Ally no respondía ni un solo mensaje, parecía todo un desastre. Leonardo no dejaba de pensar en ella y se guardaba ese problema, no tenía con quien compartirlo.
Su hermana, sus padres, sus amigos, todos pensaban que Ally no era más que un pasatiempo para él, sólo que en esa ocasión se sentía solo.
Miraba la ciudad a través de su ventana favorita, sabía que en algún punto se encontraba Ally, lejos de él en todo sentido.
Le dolía, en verdad le dolía.
Condujo hasta la casa de Ally y la esperó afuera de su casa un rato, oyendo varias canciones cursis que escupía la radio.
Vio a la camioneta bajar y de inmediato se dirigió a la entrada de la casa, Ally parecía evitarlo.
—¡Ally, espera!
—Déjame en par, por favor.
—Quiero explicarte las cosas—se defendió—. No son como tú crees.
—¿Es verdad? ¿Has estado con muchas mujeres?
—Sí, no lo negaré, he salido con un montón de chicas en mi vida.
Ally no tomó con agrado la respuesta y siguió adelante.
—Creo que lo mejor es que te vayas—le pidió la madre de Ally.
—No, antes quiero que sepas algo—siguió aunque Jess y su madre le impedían el paso—. Yo fui un pésimo tipo, sí, sólo me fijaba en chicas para pasar el rato, pero contigo, contigo todo es diferente, contigo es como tener mil relaciones a la vez, porque tú haces que me sienta mil veces mejor persona de lo que en verdad soy.
Ally se quedó en la puerta de su casa, escuchándolo de espaldas, a sus pies llegó Kimmy, como si entendiera que ella lo necesitaba y le acarició las piernas con su crispado lomo felino.
—Ally, si quieres que esto termine, está bien. Pero quiero que sepas que eres el mejor personaje que he tenido en mi historia y que sin ti, no quiero conocer otro final.
Ally se dio la vuelta para acercarse a Leonardo, tanto su madre como su hermana la dejaron pasar.
—Lamento ser todo un tonto, sé que te mereces a alguien mejor y me gustaría ser él—continuó Leonardo.
Ally casi suelta una lágrima.
—Te quiero, Ally.
Ya no pudo resistirlo y salto a sus brazos.
Jess aplaudió, efusiva, como si aquella escena fuera el final de una obra.
—Quiero mostrarte algo.
—¿Qué cosa?
—Tranquila señora, la traeré temprano, se lo juro.
—Más te vale.
Leonardo se llevó a Ally por toda la ciudad y mientras él fue completamente honesto con ella, le contó todo lo que debía saber, le dijo detalles de su vida, cosas que le gustaban, fue un libro abierto e incluso le dijo quién era Mariana.
—Estaba loco por ella—terminó—. Espero no te moleste.
Le contó como terminaron las cosas e incluso que ahora que ella volvió intentó recuperar la relación.
—¿Y tú aún sientes algo por ella?
—Por supuesto que no, Mariana es fría y calculadora, ceo que la razón por la que estudió medicina es para saber lo que es un corazón.
Ally se rio del comentario.
—¿Y tú? ¿Has tenido un amor así?
—No, claro que no.
—Anda, dímelo. ¿Debo estar celoso de alguien?
—No... bueno, hubo alguien, sólo que, ya no importa.
—Vamos, dime, prometo no matarlo, al menos no directamente.
Ally sonrió.
—Era un chico que nos ayudaba, se llamaba David, él tenía 22 y yo quince. Era muy lindo y atento, siempre hacía ejercicio y estudiaba ingeniería.
"Solía ser muy dulce conmigo, me ayudaba en muchas cosas y nos la pasábamos muy bien.
El tono de añoranza empezaba a levantar los celos de Leonardo.
—Pero... un día, llegó con la noticia de que se casaría, me rompió el corazón, me dolió mucho.
La alegría de Ally se escapaba de sus palabras.
—Lo peor es que cada año vamos a la fiesta de su hijo y es doloroso verlo con su familia.
—Supongo que todos tenemos esa espinita, ¿no?
—Sí, pero al final, esos amores son los que nos fortalecen hasta que llega la... la persona indicada.
Puso su mano sobre la de Leonardo.
—¿A dónde vamos?—le preguntó Ally.
—Ya lo verás.
Leonardo condujo hasta un vecindario al sur de la ciudad, las casas eran preciosas y dejaban con la boca abierta a quien las viera, por sus jardines, sus diseños y sus arreglos se notaba que vivía gente importante en ellas.
—Lindo sitio—comentó Ally, sorprendida.
Leonardo siguió avanzando entre las calles, su novia creía que irían a una reunión con sus amigos, pero no, se detuvieron en medio de un terreno muy grande, de casi 100 metros cuadrados.
Bajó del auto y se colocó en medio con los brazos extendidos, Ally no entendía que sucedía.
—Bienvenida a mi casa.
Confundida, Ally bajó y se acercó a él.
—¿Qué?
—Hace años, cuando realicé mi primer gran proyecto, compré este terreno—Leonardo tomó a Ally de las manos—. Siempre soñé con construir mi propia casa, la llevo planeando desde hace tiempo y hoy quiero que sepas que yo, la quiero compartir contigo.
Ally no podía creerlo.
—Eres la única mujer que quiero en mi vida.
Leonardo se fue acercando al rostro de su novia y le plantó un beso en silencio mientras la acercaba a su cuerpo, Ally lo abrazó por la cintura.
Con ese beso, las dudas de Leonardo se disiparon, supo que Ally era lo que necesitaba en su vida y que era la indicada.
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MI PRINCESA FAVORITA
RomanceLeonardo vive su vida como un exitoso arquitecto y no cree en el amor, sin embargo, sus ideas cambian cuando conoce a Alicia, una increible chica que le enseñará que la vida es más de lo que él cree y que debe seguir sus sueños y luchar por ellos si...