Capitulo 11

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Acabo de escribirlo y solo le di una leída rápida, cualquier duda o error, avisen.

...

Stiles llegó a su casa después de unos minutos, aún no salía de su pequeño trance. Suspiró aliviado cuando se percató que sólo estaban Jordan y Scott ya sentados en la sala con todo y galletas.

Par de chismosos fue lo único que pensó mientras rodaba los ojos; tomó asiento junto a Jordan mientras miraba a los dos; ningún habló durante un rato, el castaño porque no sabía qué decir mientras que ellos por algo de respeto.

—Supongo que quieren saber qué pasó — se llevó una galleta a la boca mientras pensaba qué palabras diría, levantó la cabeza y observó cómo ambos sentían—. Pues, felicidades serán tío y abuelo— dijo con falsa emoción mientras movía las manos; empezó a odiar la mirada que le daba Jordán y Scott—. No me miren así —demandó—. Estoy bien.

—¿Qué harás? — Stiles negó con la cabeza —. No lo sabes— criticó Jordán—. Stiles, debes pensar rápido ese bebé ya viene, ya está en camino.

—No me presiones— contestó.

—Jordan tiene razón, Stiles debes decirle a tu padre, mientras antes sea, mejor amigo—aconsejó Scott preocupado por la salud mental de su amigo.

—Quizás…

—Nada que quizás Stiles, debes hacerlo.

—Es mejor que se entere por ti amigo—señaló el de rasgos latinos.

—No es tan fácil—dio un largo suspiro.

—Obvio que no lo es — Jordán posó su mano en el muslo del castaño y mirando sus ojos habló—. Es lo más difícil que harás es tu vida, un embarazo no es un juego y tiene que tomarse con responsabilidad— no dejó que Stiles protestará —. Sé que no pediste esto, pero es momento de afrontar las consecuencias.

—El error no ha sido tuyo amigo, quizás debas decirle con...— la mente de Scott se quedó en blanco.

—Derek— continuó Stiles con cansancio.

—Ah, sí, ese— asintió —. Si yo no lo tomé bien, imagina cómo lo hará tu padre.

—Scott, callate— amenazó Jordan—. No ayudas.

Stiles bajó la mirada, estaba algo destrozado.

—No sé cuándo decirle—colocó su cabeza entre sus manos.

—¿Decirme qué?

Todos en aquella sala se quedaron quietos, más blancos que el mismo papel, se miraron de manera cómplice mientras el mayor se quedaba mirando extrañado la actitud de ellos. Stiles empezó a sudar frío, mirando a la nada creyendo que había algún tipo de conspiración en su contra; y es que ¿se podía tener más mala suerte? Pasaron varios minutos en el que el sheriff estuvo parado en la entrada del salón, suspiró y solo entró, se paró en medio de la sala, observó a todos de manera sugerente.

—Y bien ¿Qué pasó? —sonrió de manera ligera.

—Yo...—Stiles trataba de encontrar las palabras precisas.

—Stiles...—trató de ayudar a su amigo, pasó sus manos por sus hombros dando unos apretones.

—¿Pasó algo malo?—Noah se empezaba a poner nervioso, su hijo estaba pálido, su esposo ni siquiera había mantenido su mirada—. ¿Sofi?— se alteró al no ver a su hija menor.

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