Capitulo 15

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Hola hermosas, siento la demora, ojala les guste.

...

Cuando murió Claudia Stilinski la palabra felicidad era lo último que pasaba por la mente de Stiles, quien dejó de ser un chico feliz y alegre, para cambiar y ser una de las personas más tristes y solitarias.

Cuando llegó Jordán, el reclamó.

¡Nunca la quisiste papá! Fue lo que gritó en aquella cena, hace ya varios años, cuando su padre le presentó a su actual novio.

Yo también merezco otra oportunidad hijo, entiende. La cara de dolor en su padre era notoria, y en vez de que Jordan huyera, se quedó, el siempre estuvo ahí.

La palabra felicidad tampoco apareció, pero esta vez fue reemplazada por odio y resentimiento ante el recién llegado.

Fueron días oscuros, según Stiles, pero ninguno cuando su padre le dijo que aquel hombre estaba embarazado, aquel hombre que el aun no aceptaba.

Lloró, y le juró al cielo que odiaría a esa niña. Que se iría, que ni siquiera la llamaría hermana.

Pero todo cambió cuando tuvo a Sofi en sus brazos por primera vez.

Ahora la palabra felicidad tenía sentido en su vida.


Una sonrisa se formó en sus labios de manera incontrolable, lágrimas empezaron a mojar sus rostro, sí, era una mancha, pero la mancha más hermosa que había visto en su vida.

Empezó a reír, era un momento mágico, volteó a ver a Derek, una gran sonrisa estaba plasmada en su rostro y por dentro, le gustó ser parte de su felicidad.

—Está sano, parece que se está formando bien—sintió como aquel objeto era retirado de su abdomen—. En tres meses sabremos el sexo—Stiles bajó su camisa mientras Derek ya estaba sentado frente a la doctora, bajó y se sentó a su lado.

—Bueno chicos, pedirán cita para el otro mes—se escuchaba como escribía en el computador—. Las vitaminas son necesarias, tranquilos sólo es rutina, y para evitar quizás algunos síntomas que vendrán después. Cualquier cosa u emergencia, tienen mi número, nos vemos.

Ambos chicos sonrieron y se retiraron del consultorio para ir al estacionamiento.

—¿Aún tienes hambre?—Stiles salió de su burbuja, dirigió su mirada hacia el hombre de ojos verdes.

—Sí—esquivó un poste, se apegó más a Derek por la pequeña pérdida de equilibrio —. Ha sido un día único —su sonrisa volvió, le estaban empezando a doler sus mejillas.

Derek asintió mientras buscaba las llave de su auto, pensó en ir a un pequeño restaurante que había cerca, aunque claro, dependía de Stiles. Abrió la puerta de su auto para que Stiles subiera, este agradeció el gesto.

—¿Tienes en mente que comer?—preguntó Derek mientras entraba para prender el auto.

Stiles se puso el cinturón de seguridad, y al oír la pregunta del moreno solo negó con la cabeza.

—¿Hamburguesas?—respondió al aire, fue lo primero que cruzó por su mente.

—Hamburguesas serán—concluyó Derek para poner en marcha su auto.

Durante el camino; el silencio reinó, Derek puso el estéreo el auto, mientras que Stiles se quedó dormido.

Derek no pudo evitar observar al castaño durante todo el camino, este se veía tan relajado, su cabello ya estaba largo, así que algunos mechones tapaban su rostro, Derek resistió la tentación de acomodarlo, uno, porque no lo creía correcto y dos, quería evitar un accidente.

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