Capítulo 13

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Jimin Pov

Me acerco a él, mientras Jungkook clava su mirada en mi nuca.

- Eres un hijo de la gran puta - le espeto a Taehyung que me mira con media sonrisa.
- Me dijiste que te ayudase a alejarlo, ¿verdad?
- No te dije que intentases follártelo.
- Jimin, tú lo vas a dejar, lo vas a abandonar, tomaré tu puesto y no deberías de impedírmelo. No sois nada.

Tiene razón, este tío con aires de grandeza tiene toda la razón del mundo.
No tengo la más mínima excusa para quejarme, pues soy yo quien le va a abandonar.
Me alejo un paso y de mis labios se escapa la palabra más triste que jamás pudiese esperar.

- Cuídalo

Cierro los puños y tras pedirle a Jungkook que no se vuelva a acercar a mí, me alejo por el pasillo.
Me hubiese gustado ser yo quien lo cuidase, ser quien lo salvaguardase de su padre y de todo aquel que intente herirle. Pero yo he sido la principal causa de todo su dolor y si podía ser quien lo protegiese de todo y de todos, ya he perdido ese derecho.

Jungkook grita y mi corazón se parte en dos, una parte está con él, la otra parte la tiré a la basura en el momento en el que decidí dejarlo todo.
Puedo oír como rechaza la ayuda de Taehyung y como se revuelve para que el otro no le toque pero tras unos segundos yo desciendo por las escaleras y escucho como la puerta de su apartamento se cierra cuidadosamente.

Cuando llego a la calle puedo ver un coche oscuro con las luces de posición encendidas.
El padre de Jungkook se encuentra en el interior y afirma con la cabeza mientras da marcha atrás y se aleja calle abajo.
Me siento en la escalera y apoyo la cabeza en mis manos, percatándome de que mis mejillas están húmedas como todo un océano y calientes como un volcán en ebullición.

Tras una carrera de diez minutos me hallo en mi apartamento y me hundo en el sofá mientras clavo mi mirada en la puerta, estoy seguro de que Taehyung no volverá esta noche y de que estaré sólo de nuevo, sólo como cuando Jungkook no existía ni en mi imaginación.

Sin saber cómo, me quedo dormido en un profundo sueño en el que todo lo ocurrido se repite una y otra vez, una y otra vez, otra vez de nuevo hasta que mi garganta está seca.
Entonces me doy cuenta de que todo ha acabado. Me levanto y, con la luz de primera hora, me voy al gimnasio de la facultad, necesito desahogarme y a eso solo me ayuda un bueno saco de arena, al que golpeo como si se tratase de mi cobardía.
En cuanto voy a dar el golpe, que posiblemente rompería todos los huesos de mi mano, alguien da dos toques en mi hombro, me giro lánguidamente para encontrarme a mi compañero de piso.

- ¿Cómo estás? - su tranquila mirada me enfurece más de lo que estoy.

- Taehyung, lárgate no estoy de humor.

- Jimin... Te considero un amigo y siempre te he dicho lo bien que me caía Jungkook, ¿por qué te pones así?

- ¿Qué? - pego un puño en el saco que provoca que éste explote por el otro lado y la arena se precipite - Has utilizado el peor momento para lanzarte, ¿No crees?

Taehyung da la vuelta al saco y mira la arena fíjamente, luego posa sus ojos sobre los míos - Ayer hablamos y me perdonó por estar bebido y se quedó dormido, lograré que te olvide y que no sufra, no te preocupes por él, estará bien.

Se aleja y sale del gimnasio, sus palabras dejan un sabor agridulce en todas partes. Sé que Taehyung es un buen chico pero está con mi Jungkook, eso es imperdonable para cualquier persona.

Caigo sobre mis rodillas y pongo la mano bajo la cascada de arena.
Algo vibra en mi pantalón y saco del bolsillo, Jungkook me ha enviado un mensaje:

Kookie 🍪:

- No te voy a olvidar y nunca dejaré de acercarme a ti.

Se atraganta cada una de sus palabras.

Yo:

- Jungkook, espero que Taehyung sepa cuidarte como lo he intentado yo.

Antes de bloquear su contacto recibo un último mensaje que ignoro a pesar del miedo que causa en mis entrañas.

Kookie 🍪:

- ¿Ha sido mi padre?

CLAUSURA - JiKook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora