Sinner » VKook [ En HIATUS ]

09

(Art here 👇🏻)

El humo se extendía por toda la habitación dejándola impregnada del seco olor a tabaco, algo que molestaba a la nariz de el menor.
Estaba sentado en la cama viendo cómo aquel hombre caminaba por toda la habitación tranquilamente, mientras él era un mar de nervios. Necesitaba salir de allí, sus padres seguramente debían de estar locos buscándolo y podía ver el castigo venir. Suspiró.

— ¿Algo te molesta? — habló sacando el cigarro de su boca, expulsando el humo espeso.

El menor sonrío sin gracia alguna.

— Bueno, estar aquí en este momento . — lo miró — podría decirme que estoy haciendo aquí y quién es usted, por favor.

Aquel hombre lo miró de soslayo e ignorándolo caminó hasta la puerta, la abrió y esperó de pie junto a esta con su mano en el pomo.

— ¿Vienes?

El chico se levantó, con desconfianza pasó a su lado saliendo de la habitación, estando fuera se encontró con un pasillo del mismo estilo de decoración de la habitación. Sus ojos se fijaban en cada detalle, los cuadros colgados, algunas estatuas y el tapizado de las paredes. Escuchó al hombre llamarlo para que lo siguiera y con temor lo hizo.

Caminaron por unos minutos en silencio atravesando largos pasillos hasta topar con una puerta blanca, cruzándola se encontraron en una especie de estancia gigante, de paredes blancas con complicadas decoraciones en ella. Dos tramos de escaleras en ambos extremos del lugar se unían en uno solo para ser llevados un gran salón de suelo limpio. Los grandes ventanales que dejaban entrar la luz haciéndolo ver más amplio y iluminado. El chico preguntó en si encontraba en un castillo o algo parecido pero al mismo tiempo se cuestionó, pues nunca había escuchado de la existencia de uno en donde vivía, además de que la arquitectura no coincidía.

— Amm... ¿Vives aquí?

Bajaron poco a poco los escalones.

— Sí.

— Vaya... usted debe de tener mucho dinero... ¿es un millonario acaso?

El hombre lo miró y carcajeó.

— Pequeño, yo no necesito dinero.

Los zapatos de charol sonaban a cada paso que daba por aquel lugar, mientras JungKook daba pequeños brinquitos para tratar de no sentir el frío piso en sus pies descalzos. Llegaron a otra sala, que parecía ser una biblioteca, en la que había varias personas. El castaño algo tímido se escondió por inercia detrás de aquel hombre.