Entre el Destino y la Casualidad.

Siete: Una jodida reunión familiar...y el invitado

Mi vuelo se había retrasado más de dos horas debido a las inclemencias del tiempo, estuve esperando en el aeropuerto y estaba harto de todo ahí. Gente que se quejaba del clima, del mal servicio, de la gente...y luego estaba yo centrando mi vista en el piloto del avión.

No había perdido mi tiempo, desde que decidí vivir solo no había fin de semana que no estuviera con alguien...con quien fuese estaba bien,  la pérdida de mi madre y de mi dignidad ya eran cosa del pasado.
Con Nam WooHyun descubrí mi atracción hacia el mismo sexo y lo bonito que es ese sentimiento, pero a los doce años perder a mi madre y las ganas de vivir me hicieron perder la esperanza en el amor.

— Y dime... ¿lo buscaras?
La voz de la compañera de a lado me saca de mis ensoñaciones.

— No. No quiero encontrarme con él, seguro para esta fecha debe ser un hombre realizado y con alguien a su lado...digo, trece años es mucho tiempo ¿no crees?

La chica sonríe ante mi respuesta mueve la cabeza y suspira, gira entorno a mi y posa su mano en mi hombro...

— Tal vez tu no sientas amor...pero dudo que él haya olvidado esa promesa...

— Es una promesa tonta.

— No deja de ser una promesa...vale eran niños pero no sé, deberías intentar.

Aparté su mano y cambié de posición ignorando las palabras de esa rubia que venía a mi lado, Jessica, se llama Jessica una chica coreana americana que comenzó a hacer bailarina profesional pero al final se inclinó por el diseño de modas.
Jamás pensé contarle a una extraña ésta historia pero realmente tenía miedo de volver a Namsan y verlo de nuevo...nunca supe nada de él y me di a la tarea de olvidarle...algo que jamás logré.

El resto del viaje fue más largo de lo que imaginé y lo peor fue ver a mi hermana gritando en el aeropuerto mi nombre a todo volumen mientras HyoJin trataba de controlarla.
Sus torpes y delgados brazos rodean mi cuello.
Y sus delgados labios empiezan a recorrer mi rostro, HyoJin ríe por mis gestos y termina por irse a recoger mi maleta. Sabe que cuando mi hermana se pone así de cariñosa no hay nada que la controle.

—Estas tan joven y saludable hermano...es un gusto volverte a ver después de tanto Kyuzizi.

—Ya nadie me llama así— le inturrimpí.

— Evitaste ese sobrenombre desde que mamá murió ¿acaso ella la única que podría llamarte así? — dice acompañada de un lindo y tierno mohín en los labios.

Tiene razón mamá era la única que podía llamarme así, pero que remedio,
YiJeong era terrible.

— Como sea...me alegra verte y además solo faltabas tú...ahora todos estamos en Seúl y es perfecto porque no hay que transbordar a otros lados...serían muchas horas de viaje y ya no estoy para esas cosas...
Me río un poco de YiJeong, realmente no es tan vieja pero siempre ha tenido un gran complejo con su edad.

— ¿Así que todos estamos aquí? ¿eso incluye a Jong?

— Sí, está en Seúl, de hecho fue a ver un departamento cerca... Vivirá con MyungSoo.

Acepto que no me gusta la idea, soy feliz con las decisiones de Jong pero su novio no me agrada, es muy guapo y todo pero tiene cara de pervertido no sé realmente porqué está con mi hermano.
YiJeong balbucea algunas cosas más, cosas que no entiendo...mi mente está centrada en Seúl y sus calles, en las personas que salen y entran al aeropuerto, los taxis grises y el audi negro de HyoJin, bueno de mi hermano en realidad... Mis maletas se quedan en la cajuela del auto y mis ganas de regresar con ellas, Hyo Jin me mira por el retrovisor del auto mientras Jeong sigue hablando de cosas, fiestas, reuniones, accionistas y una cena familiar.

— No estoy para esas reuniones, me has hecho atravesar medio mundo de inmediato. Necesito descansar.
Protesto sin temor a represalias...odio viajar tan seguido y encima tener que "reunirme" con mi familia es más estresante de lo que recuerdo.

YiJeong pierde esa batalla y logro convencerla que lo mejor para mí es descansar, ya tendría tiempo mañana de saludar a todos e incluso ir al club con mis hermanos.
Al único que le dedicaría más tiempo sería a mi pequeño Jong.

HyoJin nos deja en casa y ella vuelve a la oficina en cuanto su móvil suena, a veces extraño a mi compañera de la Universidad a mi gran amiga Choi HyoJin.

Las mucamas llevan mis maletas a mi habitación y decido tomar una ducha. En unas horas la casa estará llena de ruido y deseo aprovechar el silencio para dormir.
Antes de volver a ser el Kim SungKyu de Namsan...

....

Me miro en el espejo y doy un último retoque en mi cabello...me agrada lo que veo y asiento ante mi reflejo, mis dedos esparcen un poco de colonia en mi cuello y tomo las llaves dela apartamento junto con mi billetera.
SungJong no tardará en pasar por mi y espero en mi mullido sofá cruzando la pierna, mi corazón late mil por hora y si no me controlo moriré antes de navidad.

Las manillas del reloj están en contra mía y aunque faltan quince minutos parece una eternidad. O al parecer es culpa mía, he sido yo quien ha insistido asistir a una fiesta familiar sin ser partícipe de ella.
Eramos conocidos y amigos en la infancia, pero a decir verdad trece años son mucho tiempo y no sé si ellos aúe recuerden.
¿Qué habrá sido de YiJeong? Esa mujer era una variedad y un estuche de monerías o tal vez la mismísima caja de Pandora. Ella sabía lo que pasaba y siempre guardó silencio como DongWoo lo sabía...
Mis dedos danzan al ritmo de mi nerviosismo en la codera del sillón hasta que el timbre suena.

—¿Ansioso?— dice SungJong al abrir la puerta, sus labios dibujan una sonrisa burlona enarcando una ceja.

— Lo suficiente como para morir ésta noche.

— Entonces vayamos antes de tu muerte, estoy seguro que no desearas que ni hermano bese a un cadáver ¿o sí?

Nos reímos de eso y MyungSoo sigue sin entender, sin embargo no dice nada, tal vez ve que mis intenciones nunca han sido hacia Jong.
El chico azabache enciende el motor del auto para introducirnos a la carretera que nos llevará a la gran casa Kim...
A la casa de SungKyu...

Me pregunto ¿cuál será su reacción al verme?