Joe y Zac entraron rápidamente al banco, cada uno cubierto con un pasamontañas. Dieron varios disparos más, solo con la intención de asustar a la gente de ahí.
- Buen trabajo Peterson. – le dijo Joe. – encárgate del gordito. – dijo refiriéndose al guardia de seguridad. _____________ sonrió ligeramente. Se volteó y le apuntó al guardia mientras que los demás hacían el trabajo.
Para ser la segunda vez que hacía esto, había mejorado bastante. Había recibido preparación para esto por dos semanas. Dos semanas llenas de gritos y humillaciones. Tentation era basura. Te entrenaban para robar, defenderte, manejar armas, pelear y hasta follar al mismo tiempo… pero al final del día, te tiraban al suelo como un gran saco de mierda. La única razón por la que ahora ____________ era parte de esa mafia, era por Justin.
- Baja el arma. – le dijo un hombre por detrás. Había aparecido de repente. Pero había estado observándolo todo desde un inicio. Traía lentes de sol, a pesar de la noche y un pasamontañas que solo le cubría la frente.
_____________ tragó saliva. Mierda. No tenía porque sentirse nerviosa, ella había sido entrenada para esto. Ningún hombre podía intimidarla ahora. Pero aquel tipo… aquel era sumamente diferente. Tanto, que no temió en acercársele un poco más hasta abrazarle el cuerpo. – te dije que la bajaras… - dijo susurrándole al oído. _____________ se estremeció. Eso no pasaba a menudo. Algo andaba mal. Algo no encajaba. Pero no tuvo de pensar mucho. Codeo fuertemente el estómago de aquel tipo, haciéndolo retroceder de dolor. - ¡Mierda! – se quejó este.
- Al suelo, o te juro que te mato. – le apuntó _________.
- ¿Tú, matarme?
- Sí imbécil. Ahora, al suelo o…
- ¿O qué?
_________ tragó saliva. No podía ser cierto, reconocía aquella voz… abrió un poco más los ojos. Y de pronto todo se fue. El robo. Tentation. Los demás. El oficial que estaba en el suelo. Solo había algo que le había llamado la atención.
- No puedo creerlo. – se quejó él.
- ¿Justin…?
- ¿Qué haces vestida así? – le preguntó cabreado. Se quitó las Rayban y el pasamontañas que cubría su frente. – Mierda ____________, tienes que explicarme muchas cosas.
Los ojos de ella se humedecieron. Pero… ¿Qué hacía él ahí? ¿Cómo? ¿Cuándo?
- ¿Qué miras idiota? – preguntó Justin al oficial, que miraba todo desde un buen ángulo desde el suelo. Probablemente miraba a _________, y se imaginaba cosas. No tuvo oportunidad de cabrearse más, pues ___________ se había colgado de sus hombros, aún con las armas en las manos, abrazándolo y llenándolo del cálido vapor de su cuerpo. Llenándolo de besos en el cuello. Calentándolo. Vaya. ¿Cuánto se podía extrañar a una persona? Sintió como todo su cuerpo se entregaba en un espasmo rápido. Estaba en el cielo y más allá de él. Tenía el cuerpo de _________ pegado al suyo y acariciándoselo. Era perfecto. No podía sentir más. – vámonos de aquí. – le dijo él. Pues no podía quedarse mucho tiempo, ni mucho menos permitir que los demás le vieran.
- No puedo yo… estoy… estoy trabajando justo ahora…
- Hoy no. Hoy vienes conmigo.