Maratón 1/3
- ¿Aló?
Justin se hundió en ella con toda su lengua sin previo aviso.
Oh… joder.
- ¡Justin! – gritó ella, con todo su cuerpo convulsionando. Se apartó el móvil del rostro y bajó la mirada. ¿Qué le podía decir? Si en realidad moría porque no parara.
- Buenas noches __________, disculpe la hora en que la estoy llamando – se disculpó el señor McCain, por la otra línea del teléfono.
__________ soltó un suspiro. ¡Mierda! ¿Cómo le iba a contestar con tremendo placer entre sus piernas? Cerró los ojos con fuerza, y habló.
- No se preocupe señor, ¿está todo… - se tapó los labios con dureza al sentir la lengua de Justin una vez más mortificándola. ¡Maldito imbécil! - ¿está todo bien? – preguntó con rapidez, antes de que pudiera escucharla gemir.
- Sí, es solo que ha surgido un imprevisto en los papeles que me dio la noche... - __________ se apartó el auricular.
- ¡Oh, sí! – gritó arqueando la espalda. La lengua de Justin se movía en círculos muy dentro de ella. Saciándola. Él sonrió al saber que el señor McCain seguía en la línea. – por favor, sigue…
- Eso haré nena, pero contéstale a tu jefe. – rió, gustoso. ¿Sabría el señor McCain lo que le estaba haciendo a su trabajadora estrella?
- Mnh… sí… no se preocupe señor. - __________ soltó un gemido involuntario. Sentía la respiración de Justin abajo, abrazándole el sexo y buscando un punto en donde introducirse de nuevo. – yo… - gimió de nuevo, pero optó por separarse el móvil antes. – lo revisaré mañana señor… - jadeó.
- ¿Está bien Peterson? – le preguntó el señor McCain, ligeramente alarmado por los gemidos continuos de _________.
- Dile a tu jefe que te lo estás pasando genial. – le sonrió Justin. Le separó un poco más las piernas y _________ gimió solo de sentir el aire pasar por su sexo. – que te voy a follar mientras le hablas por teléfono.
Ella bajó la mirada, embelesada por lo que veía, a su novio meter su lengua entre su sexo una vez más. La imagen le nubló el pensamiento. ¡Mierda, mierda, mierda! El deseo y placer se le subió al cerebro y no supo cómo pensar. Todo su cuerpo estaba siendo poseído.
- Estoy bien señor… mañana prometo… ¡Mnh! – gimió alto. ¡Maldita sea! La lengua de Justin no dejaba de penetrarla. – prometo encargarme de eso mañana. – le aseguró, recobrando su sentido.
- Vale. Buenas noches Peterson. – el señor McCain colgó. Tal vez ni siquiera habría sospechado lo que “Peterson” estaba haciendo o más bien… lo que le estaban haciendo.
- Oh, genial, yo quería escuchar cómo te corrías cuando le hablabas por teléfono.
_________ negó con la cabeza, aun aturdida por todas las sensaciones que estaba percibiendo. Abrazó el cuello de Justin con las piernas.
- Haré que te corras… - le avisó una vez mirándola. – y quiero que lo veas todo.
Su lengua volvió a acariciarle el vientre. Esta vez ella se sentía con más libertad de poder gritar a los cuatro vientos cuanto le deseaba. Pero de pronto, el celular de Justin sonó entre ambos.
- Joder. – se quejó él, verdaderamente molesto.
__________ sonrió plácidamente.
- Contesta. – le ordeno. Y Justin supo perfectamente que era lo que estaba por venir.