- ¿A dónde crees que se vayan? - ____________ se muerde un labio. Levanta las cejas sutilmente y se imagina el destino de Chaz y Travis.
- ¿Te importa mucho? – le cuestiono. Ella enarca una vez más las cejas, esta vez en un acto de sorpresa.
- ¿Estás…bien? – pregunta sin saber si está diciendo lo correcto. Aquella camiseta mía le queda grande. Sensual. También trae unos pantaloncillos míos que le quedan anchos, en especial por la parte delantera. Me gusta tanto verla así. Recién duchada. Conmigo, por cierto.
- Dime tú. – le respondo y me acomodo en el sofá. Ahora ambos estamos en un extremo diferente. Ella frunce el ceño. – ahora fumas y hablas de Tentation como si te lo hubieras pasado de puta madre ahí… - ella susurra algo, intentado levantar la voz, pero le interrumpo. – y agregándole… - sonrío. – …¿desde cuanto tanto amor con Travis? – la miro a los ojos. Ella solo ha decidido mirarme sin ninguna expresión en su rostro. – lo he escuchado todo, no me creas estúpido.
- No tienes por qué hablarme así.
- ¿Te gusta él? – le pregunto con frialdad e ignorando completamente lo que acababa de decirme. Siento como si no me importara nada más. Solo lo que ella sintiera y por quién lo sintiera. Como si cada cosa hubiera desaparecido, y solo necesitara con ansias enterarme si aún ella está enamorada de mí. Y nada más importa. Absolutamente.
____________ niega con la cabeza y suelta aire. Escucho un “eres imposible…” que susurra con sumo cuidado.
- Es uno de tus mejores amigos… - me contesta.
- Yo no voy a compartirte con nadie.
- Mierda Justin. – se queja. Coloca sus manos sobre su rostro y lo cubre totalmente frustrada. ¡Mil veces mierda! a mí y a mis malditos celos… me pongo nervioso. Siempre suelo estropear este tipo de momentos. - yo no soy nada tuyo. – concluye.
- Eres mi novia.
- A veces me gustaría que acabara ¿sabes? – me mira. Lo que acaba de decir, solo logra hacer que yo abra los ojos y me dé cuenta de cuanto estoy cagando lo mucho que he avanzado con ella. – estoy… - cierra los ojos y los vuelve a abrir tratando de encontrar las palabras exactas. – cansada… - me dice. – no te he visto desde hace dos jodidas semanas… y lo único que haces es reclamarme desde entonces… porque siempre, siempre piensas en ti y solo en ti…
- Pienso más en ti que en mí. Y eso ya es mucho.
- Pues no quiero que sigas haciendo más esfuerzos por mí. Nunca te lo pedí.
- ¿Por qué no aceptas que has coqueteado con Travis? ¿te cuesta mucho?
- ¡Nunca lo hice! – grita. Esta vez está más frustrada que antes. Por un momento, logro encontrar de nuevo a la antigua ____________. Mi piel se eriza. Hace que me estremezca. Pero necesito una respuesta concreta antes de derretirme en sus labios.
- Ha cogido tu maldito cigarro y se lo ha puesto en la boca. – le digo. Aquella escena ha quedado marcada en mi memoria. – te ha dicho que estás buena, y tú no has dicho nada… ¿esperas que esté sonriendo ahora por eso? Por saber que ahora fumas y que te encanta Tentation, cuando hace unos meses ni siquiera querías saber de mí por eso… - los ojos se le llenaron de lágrimas. Y sí, era ella, desde aquel momento, empecé a ver a la misma de antes. Aquella que no temía llorar en frente de alguien y que enrojecía cada vez que le decía algo subido de tono. Mi ________. – tú no eres esto. Lo sabes perfectamente. Odias el humo del cigarrillo… y fumas mal…
- Ya no más…
- No tienes que convertirte en esto ___________. No por mí o por ellos…
- Dos semanas te cambian mucho. – se limpia las lágrimas que han empezado a salir. Me gusta mucho verla así. No sé porque. Se ve tan tierna. Un instinto en mí se despierta y hace que quiera besarla hasta detener sus lágrimas. Que quiera hacerle el amor de una manera desenfrenada hasta escucharla dormirse entre mis brazos.
- Cinco años mucho más. – le respondo. – y tuve que conocerte a ti para entender por fin que debía cambiar. – le confieso. Y no es nada fácil. Al contrario, siento como mi rostro se pinta de rojo y los tonos de mi piel cambian de la misma manera.
________ suelta aire. Parece entender ahora un poco más. Levanta la mirada, y traspasa la mía con sus ojos. Nos miramos sin decir nada. ¿Qué estás pensando gatita? Me gustaría saberlo.
- ¿Te molesta mucho que haya aprendido a fumar?
Sonrío. Su pregunta me hace sentir aún más cerca de la antigua __________. A la dulce, a la tierna, a la inocente ___________. Porque aunque nadie pudiera creerme, dos semanas habían hecho a mi novia, una chica diferente. Con aires triunfadores. Con aires de poca humildad. Mierda… no era ella. Y lo había podido reconocer desde el primer momento que había logrado verla y encontrarla en ese banco. El cual estaba robando. Con ese pantalon, que nunca antes la había visto usar. Los labios pintados, de un color que jamás había lucido. Y una actitud cambiante, que solo me hacía reflexionar, cuan enamorado estaba de la chica dulce e inocente que conocí. Cuan enamorado estaba, de mi opuesto.
- ¿Sabes? – le digo. Ella se coloca de rodillas sobre el sofá, y camina en la misma posición hasta el extremo en el que yo me encontraba. Coloca un cojín sobre mi regazo y se acuesta sobre él. Escabulle su rostro en mi abdomen. Logro sentir su respiración, lo cual hace que poco a poco la temperatura del lugar subiera. O al menos la mía, que ya se encontraba en otro estado. - ya acabó ¿vale?... Tentation ha muerto para los dos. – mis dedos se hunden en su delicado cabello. Se lo acaricio, ella cierra los ojos y se relaja. – ninguno de los dos volverá a ser parte de ellos. Vamos a empezar una nueva vida… ¿lo recuerdas?
Asiente con la cabeza y encoje sus piernas hasta abrazárselas con sus propios brazos.
- Quiero que todo vuelva a la normalidad. – continúo. Mi voz es tranquila. Los celos se me han pasado. No busco más explicaciones. No quiero más. – nuestra vida, nosotros… tú… yo… - retiro mis manos de entre su cabello, ella intenta sentarse de nuevo sobre el sofá. Y lo hace. Para esta vez, retirar el cojín que había colocado sobre mi regazo, y en vez de eso, sentarse ella sobre mí. Coloca su cabeza sobre mi hombro. Su olor me hace excitar muchísimo. Una erección instantánea se forma en mis pantalones, la siento, y trago saliva al notar que ____________ se ha sentado sobre ella. Mi instinto se amplía más, y al no poder resistirme… le besó suavemente el mentón. Mis labios los aprietan, besándoselo. Es lo primero que puedo alcanzar. Abro un poco más la boca, y logro tocar su mentón esta vez con la punta de mi lengua. ___________ sonríe.