Puso la última vela y apagó el fuego que había encendido. El departamento se veía muy elegante de esa manera. Y es que esa noche, quería sorprenderlo muchísimo. Hace mucho que no tenían tiempo para ambos. Se veían poco debido al trabajo, hablaban por las mañanas, por las noches, pero no había podido tener ese tipo de detalles con él.
Lo había llamado para decirle que esa noche saldría un poco más tarde del trabajo y que no se preocupara en recogerla, cuando en cambio, ella había salido mucho antes y se había tomado el tiempo de decorar todo el lugar de una manera romántica y sensual.
Se acomodó el sostén y el tentador hilo de encaje que había comprado esa misma tarde. Una mirada en el espejo. Mierda, moría por ver la reacción de Justin al verla así.
Le hizo un lazo a su albornoz de seda rojo y se sentó sobre el filo de la cama abrochándose los tacones rojos oscuros, en conjunto con su ropa interior.
Todo estaba listo para la noche perfecta. Solo ambos. Sonrió al imaginar la expresión de Justin al notar todo lo que ella había preparado para él. Después de todo, hace mucho que no tenían ese tiempito que tanto ella había anhelado, y… sumándole a todo eso, hace mucho que no hacían el amor. De alguna forma, necesitaba recuperar todo eso que tenían antes de mudarse a Atlanta. Y estaba decidida. Hoy recuperaría eso y mucho más.
Entonces, escuchó las llaves introducirse en la cerradura de la puerta principal del departamento. Su corazón latió muy rápido. Es él. Es más que seguro. Se desató el albornoz y lo dejó ligeramente abierto, dejando un poco a la imaginación. Soltó un respiro relajante y salió de su habitación.
Pero lo que encontró… fue algo diferente. Había más que solo un hombre ahí afuera. La reacción de ambos había sido bastante graciosa. Justin por su lado, se había quedado perplejo observando toda la decoración del departamento. Vaya, no se lo esperaba. Volteó el rostro y cruzó miradas con ________________. Viéndola vestida de esa forma, tragó saliva inconscientemente y se quedó sin habla. Pero no sucedió lo mismo con Travis.
- Que buena bienvenida… - codeó Travis a Justin. Este no sabía que decir. ¿Acaso había olvidado alguna fecha importante? ¿Aniversario o algo así? Intentó recordar, pero tenía la mente bloqueada por la imagen de _______________ en lencería. Rayos… no podía pasar por alto todo lo que _______________ había hecho… tomando en cuenta que se había vestido con su color favorito. El rojo. Su rojo. Le hacía ver espectacular. Provocaba comérsela. Desnudarla. Tumbarla. Hacerle el amor de distintas maneras ahora mismo y sin ayuda de nadie.
Cuando pudo despertar, se dio cuenta que no era el único que estaba viendo a ________ en poca ropa.
__________ se anudó el albornoz de inmediato.
- ¿Travis? – preguntó ella. Hasta la misma ___________ notaba el cambio físico de este. ¿Era él o soñaba?
- Hola Peterson. – le saludó este. Relamió sus labios sin intención de darse a notar. Bajo la mirada y notó que esos tacones rojos le hacían unas buenas piernas. – gracias por recibirme así… - rio divertido.
- No era para ti…
- Travis va a quedarse unos días por aquí. – dijo Justin.
- ¿Qué? – preguntó _____________ frunciendo el ceño. ¿Desde cuándo él tomaba decisiones sobre el departamento solo y sin preguntárselo antes?
- Espero no incomodar, no será ni una semana. – agregó Travis.
- No incomodas. – le dijo _____________, aunque en su expresión demostrara todo lo contrario. Pero no exactamente por él, sino más bien por Justin. – acomódate aquí. – le dijo refiriéndose a la amplia sala de estar. – por las noches hace frío, pero es cómodo.
Se abrió un amplio silencio. Un silencio lleno de miradas. Travis clavó sus ojos en los de ella. Mucho tiempo. Mucho que decirle. Mucho por hacer. Se quedaría poco tiempo, pero no necesitaría más.
- Qué bueno volver a verte. - dijo ella ahora. La mirada de Travis le incomodaba y le ponía tan nerviosa que deseaba salir corriendo de ahí. Y eso hizo, se dio media vuelta y caminó hasta la puerta de su habitación, entrando y cerrando la puerta tras entrar a ella. El suelo retumbó.
- Acomódate. – le dijo Justin. Su cabeza estaba en otro lado. Mierda, había jodido todo. Seguramente ella estaría detestándolo ahora por no haberle avisado que llevaría a su mejor amigo justo esa noche. Justo esa… donde lo había preparado todo para ambos. - buenas noches. – dijo sin más vueltas que darle. Travis se despidió con la mano y se sentó sobre el filo del sofá ubicado un tanto alejado a la habitación de Justin y __________. Lo vio caminar y abrir la misma puerta que ___________ había cerrado. Lo vio desaparecer y se imaginó muchas cosas. Cosas que a él le hubiera encantado hacer en su lugar.
Por un minuto… un minuto extenso, envidió muchísimo a Justin… tanto, que hasta deseó… de una manera desenfrenada, quitarle la vida.