Maratón final 2/3
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- ¡Eres una bestia! – me grita ella, desesperada y de rodillas en el suelo. Frunzo el ceño. Sí. Sí. Lo soy. Una bestia que está enamorada de ti. Trago saliva y el pensamiento hace añicos mi corazón. - ¡míralo! – grita de nuevo, señalándolo con las manos.
Sus palabras me tocan de nuevo. Como solo ella podría hacerlo. Me giro y golpeo las paredes con fuerza haciéndolas resonar, tumbando cada cosa que encuentro en el camino, volviéndome loco, una bestia… y corro hacia a ella, que se coloca de pie de inmediato al verme yendo desesperado y sin control hacia su encuentro. Me mira horrorizada cuando llego hacia ella y la elevo con brusquedad, envolviéndola en mis brazos. Suelta un gemido en defensa. Somos ella y yo. La siento cerca y al hacerlo me invaden las ganas de llorar una vez más. Tiro su cuerpo ante la pared con fuerza, totalmente empedernido y sosteniendo la furia en mis ojos. La veo cerrar los ojos asustada ante el impacto y al abrirlos, solo estamos ella y yo… ella, su bendita valentía; y yo, la bestia que solo ella podría controlar.
- ¿Vas a golpearme también? – me pregunta abriendo bien los ojos, sin esconderse de nada, enfrentándome. La miro tensando la mandíbula. Sí, quiero hacerlo, quiero golpearle… esa es mi maldita naturaleza, de eso estoy hecho. – deja de mirarme y hazlo, ¡hazlo de una maldita vez! – me grita desesperada. Y su grito azota mi corazón. Su mirada llena de miedo llega a tocar cada parte de mi cuerpo, debilitando mis fuerzas, mis sentidos. Alterando cada parte de mi naturaleza. Y no puedo hacerlo… no puedo si quiera tocarla, o mirarla… no puedo si quiera sentir que la tengo cerca… es mi maldito punto débil, mi talón de Aquiles, no puedo hacerle daño, no podría hacérselo jamás… es mi vida, mi vida convertida y hecha persona en pocas palabras.
Me separo de ella rápidamente, dejándola libre y sin poder mirarle a los ojos. Mis impulsos no pueden creerse lo que acaba de suceder. Esto es lo que _________ Peterson ha conseguid hacer conmigo. Volverme un maldito racional.
Escucho a Travis sentarse sobre el suelo. Ahora recuperado, sube la mirada ante ____________, pero ésta ya no lo mira. Me está mirando a mí, tiene algo para decirme.
- ¿Podemos hablar tranquilamente? – me pide. Sus ojos se llenan de ternura al hablarme. Me quiere. Todavía me quiere.
Asiento. He perdido mi capacidad para hablar.
- Yo… - suelta aire y baja la mirada, enredada entre sus palabras. – Justin…
- ¿Por qué no has contestado mis llamadas? – logro articular lo primero que se me ocurre.
- Perdóname… - susurra. Y logro divisar su verdadero arrepentimiento en aquella palabra.
Travis logra colocarse de pie, aun adolorido.
- ¿Se lo vas a decir tú o se lo que tengo que decir yo? – pregunta detrás de __________, haciendo que esta cierre los ojos y se vuelva a colocar nerviosa.
Y todo esto me jode. Que se hablen. Que tengan secretos entre ellos. Solo me provoca molerlo a golpes una vez más. Maldito imbécil, infeliz… joder… mis puños arden deseosos. Pero ella me mira, y sus ojos me tranquilizan al hacerlo. Mierda, aun tiene poder sobre mí, aun cuando debería odiarla... Frunzo el ceño. Y __________ se queda petrificada y sin palabras, muerde su labio para no romper en llanto una vez más. Me mira. Sus ojos tocan los míos suavemente. Y sé que está pidiéndome perdón por lo que voy a escuchar.
- Tentation quiere a _____________ de vuelta. – Travis toma la palabra al saber que ella no podría decírmelo. La escucho sollozar cuando “Tentation” resuena entre nuestros oídos. – quiso esperarte para decírtelo y ahora que estás aquí, no nos queda más que irnos.
“Irnos”… ___________ sube la mirada. Sus sollozos se escuchan más fuertes. Y no puedo entender nada. Mi mente se ha cerrado en un solo pensamiento: “Irnos”… entierro mis ojos en el suelo, apretándolos, y aprieto los puños. Y me siento… me siento perdido…
- Solo será un tiempo… Justin… - me llama. Pero no aparto la mirada de mi dirección actual. No quiero verla. No quiero mirarla. – solo me necesitan para…
- ¿Desde cuándo tenías planeado irte con él? – levanto la mirada. Mágicamente estoy hablando y mirándole a los ojos. Ella puede verme. Y siento su corazón romperse al mirarme. Porque lo sabe. Sabe todo lo que está causando en mí. Todo lo que está destrozando. Lo que está rompiendo. Lo que está terminando.
- Estoy aquí desde ayer. – responde Travis.
- Que me responda ella. – gruño. Fuerte. Tenso. Sin dejar de mirarla. Los malditos puños me pican de nuevo.
- Por favor, perdóname… - se limita a decirme. Y solloza, porque no puede contenerse. – te prometo que no será mucho tiempo, voy a volver… te lo juro…
Asiento. Y por un momento siento que ella tiene una pequeña esperanza en mí. En mi perdón.
Busco con la mirada las llaves del departamento, tiradas sobre el diván. Al encontrarlas, sonrío. Sonrió lleno de ira. Sonrío sarcástico. Las cojo y las tiro con fuerza al suelo.
- Vuelve cuando se te de la maldita gana. – digo. Trago saliva y lleno mi cuerpo de la última fuerza que tengo reserva. – llévatelo todo.
La miro retorcerse ante mis palabras, sin dejar el llanto. Pero nada de eso me importa. Camino paciente hasta la habitación, tratando de entender el porqué de su traición. Después de todo lo que le he contado… está ahí, diciéndome que va a volver… grito en mi interior, y al entrar a nuestra habitación, observo la cama destendida y desordenada. Y me los imagino a ambos. Traicionándome de la misma manera. Haciendo el amor a mis espaldas. A él, a él con mi chica en sus brazos, teniendo todo lo que es mío, teniendo mi mundo y apropiándoselo para llevárselo lejos de mí.
Aturdido y con ganas inmundas de llorar, abro los cajones de ropa y saco los cigarrillos que guardo siempre, pero que hace mucho no fumaba. Y regreso. Colocando uno en mi boca, lo aprieto.
- No quiero que vuelvas. – le digo caminando hasta la puerta. Mi maleta de ropa por el viaje está intacta. – no quiero que te preocupes por mí, _________. Olvídalo. – hago unas señas con la mano y me acerco a Travis, que me mira alerta. Saco de su bolsillo interior de la chaqueta de cuero un encendedor, enciendo el cigarrillo y fumo en la cara de ambos. – se acabó. – sonrío. Pero en realidad estoy acabado. Estoy hundido. Muerto. – no pienses en regresar por mí, porque te juro que yo no voy a estar para esperarte. – traga saliva. Sé que mis palabras le duelen. Pero te lo aseguro nena, todo esto me está doliendo mucho más a mí que a ti. – quédate con el jodido departamento y todo lo que quieras…
Quédate con todo. Con mi corazón. Con mi vida…
- Y olvídalo todo. ¿Vale? – la miro a los ojos. Rencoroso. Sé que quiere hablarme, pero solloza sin fuerzas para encarar sus actos. Mi corazón se llena de rencor. Y la odio. La odio muchísimo. La detesto y aborrezco el segundo en el que me fijé en ella por primera vez. El minuto en el que la dejé subir a mi auto y dejar que pasara la noche conmigo. Y maldigo el momento en el que dejé que se metiera en mi vida, que interfiriera, que me transformara, que me hiciera un tipo que ahora muere por ella. – que todo les salga bien en Tentation, no creo que teniéndote yo les haga falta. – vuelvo a sonreír, esta vez apartando mis ojos de los de __________. Porque sé que llora y escucharla hace que el alma se me destroce.
Abro la puerta del departamento y cargo mis maletas.
- Fue bueno mientras duró. – Y siento que es la frase más dura que he dicho en mi vida. Porque sé que es verdad. Porqué se que esta mierda que hemos tenido le importa menos que una aventura con un imbécil.
La miro una vez más, llora muchísimo mientras las lágrimas caen por sus mejillas ahogando sus palabras. Atrás Travis me mira con los ojos oscuros, una mirada parecida a la mía. Sí, a ganado y se lo ha llevado todo. Puedo ver como coloca sus manos sobre el hombro de __________ y le susurra algo para que se tranquilice. Pero nada de eso me importa. Mi cuerpo se retuerce por dentro mientras mi interior, mis sentimientos y mi jodido corazón solo me piden que me largue de ahí. Y así lo hago. Pero mis ojos la vuelven a buscar. A ella y a sus lágrimas. A ella y a su rostro, a sus ojos, su rostro, mía… trago saliva ante ese pensamiento y me doy cuenta que tengo un nudo grande en la garganta. Suspiro, y en ese mismo instante una promesa arropa mis pensamientos. No quiero volver a verla. No quiero saber de ella jamás. Y solo en ese momento me doy cuenta de que estoy acabado, que nada tiene sentido y que mi mundo se lo ha llevado ella, para absolutamente siempre. – adiós, ______________.
Le doy la espalda y la imagen de ella y Travis ocupa mi cabeza. Y la imagen de ella en Tentation, después de todo lo que le conté, me estruja el corazón.
Y te amo _________. Con todo mi maldito y oscuro corazón. Te amo. Te amo tanto, muchísimo, demasiado..
Pero esto ha sido todo..
Y cierro la puerta, envolviéndome en mi propio sufrimiento.