Maratón 3/6
Justin soltó una sonrisa pequeña. Nunca antes le habían dicho algo parecido. Vale, sería breve. Al menos por ella.
- Mnh… - lo pensó encontrando las palabras. – mis padres son un tanto complicados _________, tienen mucho dinero ahora y por eso creen ser los dueños del mundo. Cuando estuve con ellos, planearon hacer lo mismo conmigo, manejarme a su jodida manera y retenerme de muchas cosas. Pero lo lograron, lograron meterme en su maldito mundo de mierda.
La mente de ___________ se detuvo. Nada tenía sentido. ¿Por qué demonios Justin está… o estuvo en Tentation haciendo los servicios que hacía si sus padres eran adinerados? Intentó juntar el rompecabezas, pero no podía encontrar la pieza clave para terminarlo.
- Quieres decir que… ¿estuviste en Tentation solo para darles la contra?
Justin soltó una risa grande.
- Tentation es de mis padres ___________.
Ellos manejan la base central en un país que no me es permitido decirte. Estuve en esa mierda por ellos, porque cuando surgió no tenían dinero y no les quedó más que empezar a robar bancos con un grupo pequeño de personas que también querían aclarar sus deudas financiares, y me unieron, sin importar que solo tenía catorce jodidos años. – frunció el ceño. El recuerdo le mortificaba muchísimo. - Y funcionó, el primer banco fue un éxito, lo mismo sucedió con los siguientes diez en diferentes partes del mundo. Fueron uniendo a más personas, a más familias necesitadas de dinero y endeudadas hasta el cuello. La familia Butler y la familia Maslow. - ________ entreabrió los labios. Oh, Dios, las familias de Ryan y Travis también. – Ellos crecieron conmigo en el mismo mundo. Siendo niños como yo. – tragó saliva. Malditos recuerdos. - La familia de Chaz se unió luego. Hasta entonces yo ya era un maldito experto en todo el asunto. Volviéndome mejor y peor a la vez. – soltó una risa llena de sarcasmo, melancolía, y mucho… mucho rencor acumulado. – y mis padres no hicieron nada para detenerme.
_________ abrió los labios ligeramente. Su garganta se había entumecido. Quería llorar fuerte. Cada palabra que Justin había narrado, había ocupado su mente en distintas escenas llenas de horror. Siempre había confiado que Justin no era un ladrón por simple naturaleza o hazaña del destino, sino que tenía una historia, justo como lo estaba afirmando ahora. La noticia no dejaba de sorprenderle. Y deseaba preguntarle tantas cosas. Y es que había mucho que no cuadraba. Si Tentation era de su familia, ¿por qué habrían querido asesinarlo?
- Sin embargo, también hay muchas personas que me odian dentro de toda esa mierda. – susurró, mirando el horizonte, respondiendo mágicamente a sus preguntas no formuladas.
“Muchas personas que me odian”…
La frase erizó la piel de ________ y enfrió a la misma vez su corazón. Miró a Justin. Lucía tan jodido de hablar sobre este tema. Sus ojos estaban caídos pero a la vez esperanzados por ser valiente y no decaer ante los recuerdos. Era un hombre fuerte, y a pesar de su corta edad, había tenido que pasar por tantas cosas que no querría mencionárselas a nadie. Robar desde una temprana edad, hacerse adicto al maldito dinero y querer robar más y más, lo habían hecho volverse duro, frío, controlador e impulsivo desde que había salido de la niñez… no había sido fácil salir de ese mundo. Sin embargo, la solución a todos sus problemas lo miraba con ojos húmedos y estaba desnuda sobre él.
La idea le hizo sonreír. Mucha razón tenían cuando decían que después de una estruendosa y frenética tormenta, llegaba la calma y el arcoíris cursi, colorido y de cuentos, aparecía. Aunque él, definitivamente, había obtenido algo mejor.
No quiso sentimentalizar el ambiente. Sabía que __________ se pondría a llorar en cualquier momento por su inesperada confesión. La conocía. Podía ver sus bonitos ojos brillar y su mandíbula moverse graciosamente. Que ternura más grande. Parte de ello hacía desearla más y más. Oh, ahora que lo recordaba, tenía su erección chocando contra su vientre. Quiso hacérselo saber y movió un poco las caderas para tocar su monte de Venus más profundamente.
- No llores nena. Eso ya ha pasado, ahora estoy aquí, soy diferente… es lo que importa. – la acercó a su boca y se la besó suavemente. Moviendo sus labios bajo ella. – quiero hacerte el amor _________. Olvidémonos de esto. – ella asintió, aun aturdida, pero lo suficientemente consiente. – como podrás ver, eres todo lo que tengo ahora. – le sonrió y sentó, sin mucho esfuerzo, el débil cuerpo de __________ sobre su estómago. Ella abrió las piernas, acomodándolas a ambos lados. Tocó el torso desnudo de Justin. Inclinándose para darle un pequeño beso de nuevo. Su corazón latía con fuerza. Quería llorar. Por él. Porque antes de esto no sabía nada. Nada de su historia. Quería llorar por el abuso que habían tenido con él. Por haberlo metido a ese mundo. Por haberlo explotado de esa manera. Quería llorar por esa maldita historia, que aunque él no quisiera aceptar, le dolía muchísimo. Podía notarlo en su mirada. Ahora cambiada. Llena de rencor. Pero con una esperanza prendida. Su esperanza. Ella.
Soltó un suspiro y compartió una mirada de consuelo con él.
Hizo un leve movimiento de caderas e hizo que la erección de Justin se hundiera en ella lentamente. Llenándose. Llenándolo. Llenando varios vacíos de un corazón que había sido roto y explotado a una corta edad.