Underground Prison

Una nueva oportunidad

...

-¡Detente, Minho!-Exclamó el pelirrojo mirando fijamente los fríos ojos del azabache, quien nuevamente vio esa arrolladora determinación reflejada en los ojos de Taemin.

-¿Qué diablos haces aquí? Deberías estar en la enfermería junto con Key.

-No lo mates, Minho... por favor no lo mates...

Al oír tales palabras, el mandamás se mostró sorprendido durante un par de segundos. No obstante, su semblante enseguida se endureció y apretó fuertemente su mandíbula.

-Estás bromeando, ¿verdad?-Le preguntó con el ceño fruncido, Taemin negó inmediatamente.

-¡No estoy bromeando! ¡Yo no juego con la vida de las demás personas! ¡No soy como tú!- Le gritó enfadado.

-¡¿Sabes que fue Onew quien mandó a ese tipo a que te matara?! ¡¿Lo sabes?!-Exclamó un enojadísimo Minho. El pelirrojo se asustó al oír semejante grito, sin embargo no dio su brazo a torcer. Estaba muy consciente de que la vida del pollo dependía de su valentía.

-Sí, lo sé.

Al escuchar tal afirmación, Minho frunció exageradamente el ceño y su quijada se desencajó un poco. Simplemente no podía creer lo que oía.

-¿Cómo...? Tú sabes lo que pasó... ¿y aun así lo estás defendiendo?

-Sí.

-¿Acaso eres estúpido?

-Puede ser...

El azabache pestañeó repetitivas veces. Es que de verdad no podía entender el actuar de Taemin. ¿Por qué diablos defendía a Onew... sabiendo que éste último intentó matarlo? No tenía sentido.

-¿Por qué quieres salvarlo? Maldita sea, dame una puta razón para no matarlo. Se lo merece, se ha ganado a pulso su propia muerte.

-¡Nadie merece morir, Minho! Mucho menos Onew, tú mejor que nadie deberías saber por todo lo que ese chico ha tenido que pasar.

Mientras ellos discutían, el pollo se encontraba tirado en el suelo llorando, tratando de mantener la consciencia mientras escuchaba las palabras del menor. ¿Cómo es que Taemin sabía que él tuvo que pasar por cosas horribles en el pasado? ¿Acaso Key se lo había contado...?

-Que haya tenido un pasado turbio no le da el derecho a hacer lo que quiera.-Sentenció el mandamás sin una pizca de benevolencia. Taemin se mordió la lengua, no podía creer lo insensible que era Minho, ni siquiera mostraba un poquito de compasión por el pollo. No le quedaba otra opción, debía chantajear al azabache.

-Si lo matas, te juro que me largo de esta prisión. Hablaré de nuevo con el abogado que se me asignó... y le diré que empiece el juicio para demostrar mi inocencia.-Sentenció el menor clavando su mirada sobre los ojos negros del mandamás. Minho soltó una cínica carcajada como respuesta.

-¿Me estás chantajeando? ¿En serio? ¿Tú a mí?

-No te estoy chantajeando, simplemente te estoy advirtiendo lo que pasará si lo matas.

El mandamás chasqueó la lengua, evidentemente molesto por toda esa situación. De forma peligrosa se acercó a Taemin, no obstante este último retrocedió por puro instinto de supervivencia.

-¿Por qué retrocedes?-Preguntó el azabache con el ceño fruncido, deteniéndose a unos cinco pasos de donde Taemin se encontraba parado.

-Porque me das miedo.-Contestó el menor con total sinceridad. El ceño de Minho se frunció aún más luego de oír semejante respuesta.