Capítulo 2.

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Sin darme cuenta pasó la semana y ahí estaba yo, otro jueves a primera hora en clase de inglés, y como no, estaba que me tiraba de los pelos por saber si me habían asignado a alguien. Mientras hablaba con Vero y Carol el profesor hizo presencia dejándome sin aire.

-Bien sé que muchos estáis ansiosos por saber si os han asignado a alguien o no, así que seré breve, comenzaré a decir los nombres de los afortunados- realmente estaba nerviosa, me daban ganas de tirarle el estuche a la cabeza para sacarle las palabras- Estela, Yaiza, Miriam, Andres y Kassia- cuando oí mi nombre lancé un gritito de alegría con el que se me quedó mirando toda la clase- Eso es todo-

Realmente contenta se pasaron las tres primeras horas y llegó el recreo. Vero, Carol y yo siempre nos poníamos debajo de un árbol sobre el césped, un poco alejadas para que los profesores de guardia no nos vieran fumar, si, ya sé que es un mal hábito y todo eso pero comencé con la tontería de hacerme la mayor y al final me acabé enganchando. La única que no fumaba de las tres era sorprendentemente Carol, que siempre hacia caritas al vernos a Vero y a mi con un cigarro.

-Bueno y que harás cuando te la traigan?- me preguntó Carol casi más emocionada que yo-

-Ni que fuera una mascota Carol- le dije haciéndome la molesta a lo que ella me sacó la lengua como siempre hace- pues la verdad no tengo ni idea, supongo que le enseñaré mi casa, los sitios más reprensentativos de Murcia, museos.. no sé todo eso.-

-¿Sólo eso? Por dios Kassia la vas a matar del aburrimiento..- me dijo Vero de forma burlona mientras yo le di una gran calada al cigarro- tenemos que llevarla de fiesta, enseñarle los chicos de aquí..- mientras lo decía tenía una mirada soñadora como si sacar de fiesta a la chica americana fuera el mayor logro del mundo.-

-Vero tiene razón Kassia tenemos que llevarnosla y enseñarle como es la fiesta aquí- dijo esta vez Carol.-

-Eso lo sé chichas pero tampoco la voy a tener de parranda todas las noches- ellas empezaron a interrumpirme mientras se quejaban y hacían pucheros como si hubiese dicho que las iba a lanzar por una ventana pero cuando estaba a punto de responderles el profesor de inglés me llamó por detrás.

Me hizo un gesto para que lo siguiera, yo solo pensaba que a lo mejor me había visto fumar pero cuando él llegó hacía rato que lo habia apagado, a saber que querrá este hombre ahora. Llegamos a mi clase y cerró la puerta yo ya imaginaba algo malo y en definitiva así fue.

-Bien Kassia quería hablar contigo por algo del intercambio-mi cara se quedó sin color rápidamente pensando que algo había salido mal y no podría hacerlo- tranquila, que el asunto sigue en pie- ahí volví a ser yo- solo que hay una pequeña modificación, había dicho que no podrían ser mixtos los intercambios pero sobró un alumno americano y no habían más chicos de aquí que estuvieran interesados- ya me empezaba a imaginar algo y no me gustaba- así que tomamos la decisión de que tú te encargarías de él como un caso excepcional.- y ahí estaba yo más tiesa que un palo.- Kassia?-

-Siento decirle que no, yo quería una chica- pateleé el suelo como una nena de cinco años, pero con un chico no podría hacer la mitad de las cosas que tenía pensadas, y encima un desconocido.- además no creo que a mi madre le de gusto que un chicho desconocido se pasee por mi casa.-

-Me imaginaba que dirías algo así, pero piensa en el pobre chico, ¿cómo voy a decirle ahora que no? queda un mes y medio para que venga y seguro que está muy ilusionado..-me lo dijo en un tono de tristeza obviamente para manipularme pero que no pude resistir, al fin y al cabo el chico no tiene la culpa.-

-Esta bien..acepto.- al profesor le cambió totalmente la cara a una sonrisa de oreja a oreja.-

-Chester estará encantado.- Chester? supongo que será el chico que más da.- bueno eso era todo, si hay algún problema con tus padres avisame que yo hablaré con ellos, ya puedes irte-

- Adios profe.-

Sonó la campana y me dediqué a hablar con Carol y Vero que estaban que no cabían en si preguntándose si sería guapo, si ese era el tío que yo necesitaba, que si lo dejaría dormir en mi habitación..en fin mil tonterías más, y no es que no quisiera ya el intercambio pero con una chica las cosas serían mucho más fáciles, además ¿y si era un loco o un pervertido? solo de pensarlo se me ponían los pelos de punta..después de las bestialidades que soltaban mis dos amigas por el camino de vuelta llegue por fin a mi casa..

-Hola cariño ¿cómo ha ido el día?- me preguntó mi madre como cada vez que llegaba a casa.- te han cogido para lo del intercambio?.-

- Si mamá me han cogido...-dije un poco desganada.-

-Eso es estupendo mi vida!.-dijo, con un estusiasmo que daba miedo.- pero que pasa hija? porqué estás así?.-

- A ver como te lo digo.- mi madre tenía una cara de expectación que resultaba graciosa.- el profesor de inglés me dijo que como un chico se quedó sin ningun español para poder venir me lo ha asignado a mi..- dije con un poco de desánimo y miedo por la reacción de mi madre.

-Y cuál es el problema?.- me quedé mirándola con un poco atónita-

-Pues no sé pensaba que tener un chico desconocido por aquí rondando una semana no te iba a hacer mucha gracia.-

-Eso no importa hija, el pobre muchacho no tiene la culpa de que no quedaran más chicos españoles, además a lo mejor es guapo.- me dedicó una sonrisa pícara.-

-Por dios mamá siempre pensando en lo mismo.- mi madre aprovechaba cualquier momento para molestarme con los chicos, sabía mi idea de no tener nada serio hasta que yo no tuviera mi vida resuelta pero a ella le parecía una tontería, decía que el amor no se buscaba que llegaba y que tenía que aprovechar mi juventud.-

- Cielo no te lo digo para molestarte- me dijo mientras ponía la comida en la mesa- pero a tu edad es normal tener noviecitos y todo eso, además si es guapo por lo menos te alegras la vista una semana.- empezó a reirse como si hubiese contado el mejor chiste del mundo, yo solo la miraba pensando si estaba bien de la cabeza aunque pensandolo bien tenía razón.

Terminé de comer y me fui a mi habitación a estudiar, lo único que hacía básicamente desde que empecé el último curso de instituto, no tenía tiempo ni para respirar. Después de estudiar llené mi bañera con agua bien caliente, me quité la ropa y me sumergí en el agua. Me encantaba esa sensación, ponerme mi música mientras cerraba los ojos y sin poder evitarlo comencé a pensar en aquel chico que estaba a miles de kilómetros de mi y que pronto estaría en mi casa y no sé porque una mezcla de curiosidad y nerviosismo se apoderaron de mi. Salí de la bañera, cené con mamá que por cierto no lo he dicho pero se llama Mar y me puse a chatear con mis dos amigas que seguían en sus trece asi que apagué en ordenador y en cuanto me metí en mi cama comencé a soñar con ese chico todavía desconocido para mi del cuál solo sabía su nombre, Chester.

El Intercambio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora