Capítulo 16.

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Mi cabeza trabajaba como si hubieran personitas pequeñas corriendo a toda velocidad, no me costó mucho tomar una decisión, pero tenía que pensarlo bien, así que cuando los agentes se fueron y aprovechándo que hasta mañana no iban a ponerme las patrullas de vigilancia decidí ir a correr un rato.

Corría con todas mis ganas, pensando en todo, sobre todo en Chester y en mi hija y fue ahí cuando pensé que sería ahora o nunca, pero parecer ser que ese día la suerte estaba de mi lado, porque pasando por un barrio no muy acogedor por decirlo de alguna manera, alguien tiró de mi hacia un callejón. Ese alguien era Mark.

-Nos volvemos a encontrar bonita.- tenía ganas de matarlo a golpes, pero tenía que controlarme.-

-En realidad tú has tirado de mi hasta este callejón.-

-Cierto, te gustaría mejor ir a mi casa para estar más cómodos?.- sentía miedo, pero la ira que invadía cada rincón de mi cuerpo era mucho más fuerte.-

-Por que no.- me miró con cara de incredulidad.- oh vamos Mark, los dos sabemos a que viene esto, ambos tenemos intereses.- le puse mi mejor sonrisa de zorra buscona y finalmente se relajó.-

Fuimos a un edificio de ese mismo barrio que tenía incluso peor aspecto, y por no hablar de la casa, no estaba sucio ni mucho menos, más bien porque no había nada más que un sofá, una pequeña tele, y una mini nevera con una pequeña mesa y un par de sillas al lado.

-Quieres tomar algo?.-

-No, estoy bien.- no pensaba tomar nada que procediese de sus asquerosas manos.-

-Bueno y cuéntame, cómo te va todo? he oido que tu amado Chester a sufrido un terrible "accidente".- se burló haciéndo con sus dedos el gesto de las comillas sobre la última palabra.-

-Si, un terrible accidente.- sonreí de medio lado y me acerqué un poco a él.- disfrutaste mucho pasándo por encima de él verdad?.-

-Bueno, no tenía intenciones de hacerle daño a él, físicamente claro, más bien iba para ti.- me decía mientras daba vueltas a mi alrededor.- y cuando tú estuvieses muerta él sufriría la pérdida de su amada y lo más importante, que no volvería a tocarte nunca más, pero mira, las cosas salieron de otra manera.-  notaba hasta mis orejas ardiendo de la rabia, pero había ido allí con un propósito.-

-No entiendo porque haces todo esto Mark.- dije mientras por encima de su hombro pude ver la pistola que había encima de mesita y sonreí interiormente.- he venido a pedirte por favor que nos dejes en paz, haré lo que tú quieras, pero por favor, déjanos ser felices.-

-Suena tentadora tu oferta, así que la aceptaré, pero ya sabes que quiero a cambio.- yo asentí y a medida que él se iba acercando yo retrocedía en dirección a la mesa, una vez apoyada comenzó a besarme el cuello, sentía nauseas pero me puse alerta cuando una de sus manos intentó alcanzar la pistola, así que haciendo que no me había percatado puse sus manos sobre mis pechos y comencé a besarle en la boca, aguantándome las ganas de vomitar.- mmm sabía que me deseabas tanto como yo a ti.-

-Se disimular muy bien.- mientras le rozaba con mi rodilla sus partes haciéndole soltar algún que otro gemido de placer y aprovechándo su atontamiento cogí la pistola que estaba a mis espaldas.-

-Eh eh eh, qué te crees que estás haciee..- antes de que pudiese acabar le propiné un puñetazo y una patada en sus partes haciéndo que cayese al suelo.- zorra..- dijo entre los suspiros de dolor y yo sonreí de medio lado.-

-Eres un maldito hijo de puta!.- le grité con toda la rabia que tenía y el solo se limitó a reir.-

-Sé que no vas a matarme, no tienes suficiente coraje, aunque a lo mejor lo consigues cuando termine de rematar a tu querido americano, en una hora él estará volando muy lejos de aquí.- mi cuerpo entero se puso en tensión y sujeté la pistola con más fuerza.-

El Intercambio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora