Capítulo 23.

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-Kassia.- una suave voz me despertó.-

-Papá? qué haces aquí? dónde estoy?.- dije mirándo todo a mi alrededor.-

-Tranquila, estás en el hospital, te dió un ataque de nervios y te desmayaste.- de repente mi cabeza empezó a reconstruir todo lo ocurrido.-

-Está muerto.- dije mientras las lágrimas se agolpaban en mis ojos.-

-Tranquila, todo va a estar bien.-

-Y tú qué sabes?!.- le grité furiosa.- nunca has estado a mi lado! ahora qué pretendes? qué quieres?!.-

-Cálmate por favor, solo quiero ayudarte.-

-Y por qué no estuviste conmigo todas las veces que te he necesitado?.-

-En esos momentos no eran un hombre responsable.- bufé irónica.- pero ahora quiero que me dejes estar a tu lado, no quiero que estés sola en un momento como este.-

-No estoy sola.- le dije acordándome de Ashley, Luke, los padres de Chester, Kelly..-

-Bueno pues te pido que me dejes formar parte de tu vida.- en sus ojos vi que estaba arrepentido, y la verdad en ese momento yo no estaba como para negar el apoyo de nadie, además todo el mundo merece una segunda oportunidad.-

-Esta bien.- su sonrisa se ensanchó de punta a punta y yo le sonreí débilmente.- quiero verlo.- dije de repente.-

-No creo que sea buena idea.-

-Pero quiero hacerlo, quiero despedirme!.- le dije como pude debido al llanto.-

-Es que ya está todo hecho.- lo miré confunsa.- lo han incinerado.-

-Pero como van a incinerarlo tan rápido? sin dejarme verlo? esto no tiene sentido.- miré a mi padre y parecía nervioso.- pasa algo?.-

-No cariño, que va a pasar?.-

-No me puedo creer que ya no esté, ni si quiera puedo despedirme de él.- sollocé.- y qué se supone que le voy a decir a Camila?.-

-No le digas nada de momento, espera a que estés más tranquila.- yo asentí, en esos momentos no estaba con fuerzas para darle ese batacazo a mi hija.-

-Esa bala era para mi! está muerto por mi culpa.-

-No digas eso nunca, él dió tu vida por ti y por Camila.- lloré con más fuerza.-

-No sé si voy a poder seguir sin él.-

-Si vas a poder, ya verás que si, todo se va a solucionar.- no se porque pero algo en sus palabras me hizo relajarme.-

A las pocas horas me dieron el alta, salí sin despedirme de nadie, no tenía ánimos en esos momentos, además tenía que recoger a Camila de casa de Ashley, la pobre cuida más de ella que yo. Después de recogerla le di la cena y la metí en su cama, regresé al salón con mi padre.

-Vamos a hacer aunque sea una misa no?.- le pregunté.-

-Claro, mañana en la tarde, y ya tú podrás hacer con sus cenizas lo que quieras.-

-Me sigue pareciendo muy raro eso de la incineración tan rápida, pero en fin.- suspiré vencida.-

Seguí un rato más hablando con mi padre hasta que se fue pese a su insistencia de quedarse con nosotras, pero necesitaba tiempo a solas para asimilar todo esto. Entré a nuestro dormitorio y pensé que se me iba a partir el alma cuando vi todavía la cama desecha y su ropa tirada por el medio. Cogí su camiseta, aspiré su aroma, tapándome la cara con ella para ahogar mi llanto, no sabía que iba a hacer sin él. Fui a su lado de la cama y pase la mano por la suave sábana, como si tocara su piel. Por un momento logré imaginarmelo ahí tumbado, sonriéndome de esa forma que solo él sabe y mirándome con esos intensos ojos azules, esos ojos que nunca más volverán a mirarme.

El Intercambio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora