Soy la mujer más feliz del mundo, y estoy segura que lo puedo gritar a los cuatro vientos. Han sido tres años maravillosos, desde el nacimiento de la pequeña Camila, que es la adoración de su padre, por lo que siempre se refugia en él cuando hace alguna trastada, y él gustoso la colma de mimos y me hacen muecas con la cara por lo que empieza siempre una guerra de cosquillas entre los tres. Esa niña y ese hombre son las dos cosas más valiosas que tengo en la vida, jamás pensé que se pudiese amar a dos seres humanos de esa manera y que llenaran de felicidad cada espacio de mi ser.
El trabajo nos iba bien y muy a nuestro pesar, tuvimos que meter a Camila en una guardería, aunque muchas tardes era Ashley la que la cuidaba. Para Camila Ashley y Luke, su novio, ellos eran sus padrinos, y claro está, ellos la colmaban de regalos y mimos. Ashley se había convertido en una gran amiga para mi, tanto como Carol y Vero que venían a Estados Unidos de vez en cuando a ver a la pequeña y a Chester y a mi que sorprendentemente las dos, hace un año, se casaron con Mario y mi primo César que también venían con ellas. Mi vida se podría decir que era perfecta.
Estaba en casa con Ashley y mi pequeña, Chester volvería tarde del trabajo porque tenía una reunión con los accionistas de la cadena de supermercados.
-Buenos te ha dicho algo ya?.- Ashley estaba empeñada en que ya era hora de que Chester y yo nos casasemos, pero a nosotros no nos hacía falta ningún papel para demostrar que nos amabamos, aunque la verdad es que me haría bastante ilusión, pero estabamos muy ocupados para pensar en una boda.-
-Pero mira que puedes llegar a ser pesada eh?.- le dije mientras le ponía el pijama a Camila para acostarla a dormir.-
-No soy pesada, pero creo que ya toca boda no?.-
-Espera.- acosté a mi pequeña y las dos salimos otra vez al salón.- Ashley cariño, te he dicho mil veces que ahora mismo no podemos pensar en eso, estamos muy bien de momento, y cuando surja la cosa surgirá.-
-Si tú lo dices..-la fulminé con la mirada y ella solo se limitó a sacarme la lengua.-
Estuvimos hablando un par de horas más hasta que Ashley se fue a casa. Me di un largo baño, me puse mi pijama y me recosté en la cama a leer pero el sueño me venció.
-Amor.- abrí los ojos y vi a Chester ya acostado acariciando mi cara.-
-Hola.- le dije con una amplia sonrisa y dandole un beso en los labios.- qué tal ha ido?.-
-Ya sabes, desesperante como siempre, les cuesta horrores ponerse de acuerdo en cosas estúpidas.-
-No te estreses anda, ya sabes como son los negocios.-
-Menos mal que al llegar a casa me esperan mis dos princesas.- me atrajo más a él.- estoy molido.-
-Pues vamos a dormir ya mi amor.-
-Buenas noches princesa.-
-Buenas noches cielo.-
Pasaron las semanas, como siempre pero esta vez no fueron tan utópicas como siempre, Chester siempre llegaba a casa tarde, malhumorado y un poco distante, él me decía que era por el trabajo, y yo sabía que era verdad, una empresa estaba presionando para poder fusionarse con la de la familia de Chester y él no quería, a pesar de que supondría un gran beneficio pero él decía que esa empresa había pasado generaciones enteras de su familia y que no iba a ser ahora cuando le diese la mitad a otra persona. Tenía a todos los accionistas tirándosele al cuello, tenía un montón de reuniones todos los días y lamentablemente, eso también estaba afectándonos a nosotros. Era sábado por la mañana y aprovechándo que Ashley y Luke se habían llevado a Camila a pasar el día con ellos porque sabían de nuestra situación y querían que nos tomaramos tiempo para nosotros decidí decirle a Chester de ir a comer fuera.
ESTÁS LEYENDO
El Intercambio.
Teen FictionKassia, una chica normal con sueños y planes que pronto comenzarán a cambiar.