Todo estaba listo, y mis nervios a flor de piel, no me podía creer que solo quedasen dos días para mi boda. Todavía seguiamos viviendo en el apartamento, todavía nos quedaba decorar la nueva casa, para por fin poder irnos a vivir allí.
Me desperté y miré hacia el otro lado y allí estaba él, durmiendo plácidamente, con ese cuerpo que todavía después de tantos años me seguía dejando sin respiración. Me quedé observándolo unos minutos hasta que se despertó.
-Estabas mirándome?.- dijo con una sonrisa arrogante.-
-Un poco, no te emociones.- se colocó encima de mi.-
-No finjas más, sabes que no puedes resistirte a mi increíble atractivo.- yo reí a carcajadas.- acaso es mentira?.-
-No del todo.- le dije mientras acariciaba con mis manos su torso desnudo.- pero aunque no quería reconocerlo me dejaste sin respiración la primera vez que te vi.- esta vez acariciaba su cara mientras miraba sus intensos ojos azules.- y con el paso del tiempo me gustas más.- sonrió de medio lado, cosa que me encanta y él sabe.-
-Tú también me dejaste sin respiración la primera vez que te vi y lo sigues haciendo.- pasó toda su mano por mi cuerpo.- y sabes qué es lo que más me gusta?.- negué con la cabeza.- que eres mia.- yo sonreí y él me dio un tierno pero a la vez posesivo beso en los labios.-
-Bueno bueno vamos a parar.- le dije cuando las cosas estaban subiendo de tono, Chester me miró incrédulo.- hay que esperar a la noche de bodas.-
-Estás de coña? llevamos meses sin..ya sabes.-
-Por eso mismo, dos días más no creo que sean para tanto no?.-la verdad es que quería hacerlo sufrir un poco, que no lo haya matado de una paliza por haberse hecho pasar por muerto no quiere decir que no le dedique pequeñas venganzas.-
-Si es para tanto, tengo ganas de besarte, de tocarte, de acariciarte, de hacerte mil cosas que no te puedo decir ahora mismo porque estamos en horario infantil.- me sonrió pícaramente.-
-He dicho que no.-lo empujé hacia el otro lado y salí de la habitación.-
El día pasó sin más, con estrés, nervios, intentos de seducción de Chester cosa que me hacía partime de risa, y la verdad es que cada vez se me hacia más difícil decirle que no, y no es por nada, pero mi querido futuro marido cada día que pasa es...que está más bueno hombre, hablemos sin rodeos y yo con estas hormonas del embarazo..en fin el día pasó sin incidentes, el único fue que Camila se negaba a volver a casa porque se quería quedar otra noche con sus abuelos, y que remedio. Con los padres de Chester todo quedó solucionado, no tenía ningún motivo para cabrearme con ellos, era su hijo, y a ningún padre le haría gracia una situación así, además, ellos habían sido y son como mis padres, no quería distanciarme de ellos por nada del mundo.
Con mi padre también solucioné muchas cosas, no solo el que ayudó a Chester a hacerse pasar por muerto, si no todas las carencias de años atrás y la verdad me alegraba, lo único que hacia que se me encogiese el corazón, era saber que mi madre no estaba aquí, disfrutando conmigo de mi felicidad, que no haya conocido a su nieta ni vaya a conocer a su nieto. Chester me proponía muchas veces el ir a Murcia a visitar su tumba, pero soy de esas personas que piensa que por llevar flores a una tumba no estás más cerca de aquella persona que falleció, yo prefiero recordarla como era conmigo, todos los momentos vividos y creer que está a mi lado cuidándome.
La mañana de hoy estaba más nerviosa que nunca, solo quedaba un día para mi boda.
-Cariño voy a recoger a Camila a casa de mis padres vale?.-
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El Intercambio.
Teen FictionKassia, una chica normal con sueños y planes que pronto comenzarán a cambiar.