Inseguridad.

687 88 65
                                    

Sousuke, Haru, Ryuchi, incluso el mismo Kisumi y todos los presentes en el lugar, se quedaron mirando aquella escena. Parecía que todos estaban en shock.

El primero en reacción fue Nanase, quién puso una mano en el hombro de su amigo y tiró de él, tratando de sacarlo de aquella, ensoñación en la que había caído. Luego fue Kisumi quién trató de apartarse de aquellas manos que lo sujetaban firmemente.

Yamazaki no pudo reaccionar, sentía que las rodillas le temblaban, sus piernas no serían capaces de soportarlo por mucho más tiempo, un sudor frío le recorría todo el cuerpo y su mente estaba sumida en una neblina que le imposibilitaba pensar y actuar de cualquier forma.

Makoto después de unos segundos soltó al pelirosa y dirigió su mirada, que reflejaba más que molestia, dolor. Se veía cuanto había sido herido y cuanto sabía también que había dañado.

— Ma... Makoto —susurró apenas el moreno de Samezuka.

—No, Sousuke, no vuelvas a buscarme, olvídate de mi. No te necesito en mi vida —dijo con lágrimas en los ojos—.

Ambos sabían que era todo lo contrario, que debían estar uno al lado del otro, que se necesitaban más que cualquiera de las personas que estaban en el mismo lugar, que jamás se podrían olvidar del otro.

Las palabras dolían, pero el silencio lo hacía mucho más.

Las dos miradas se quedaron mirando, transmitiendo toda clase de sentimientos. Pero lo que Makoto no entendía era el porqué la de Sousuke se veía tan dolida. ¿Era por que había dañado su ego? Seguramente era por eso.

Sin pensarlo dos veces, el castaño dio media vuelta y salió corriendo del lugar sin mirar atrás, Yamazaki iba a salir detrás de él, pero Haruka lo retuvo del brazo.

— No irás trás de él, te lo advertí Yamazaki —sus ojos estaban ardiendo de furia— te dije que pagarías si le hacías daño a Makoto.

—¡Suéltame! ¡Debo ir trás él! ¡Tu no lo entiendes! —le reprochó Sousuke cuando finalmente pudo soltarse.

—¡¿Qué hay que entender?! ¡Está claro! —Haru se encontraba realmente enojado por la situación y quería estampar su puño en el rostro del moreno frente a él.

—¡Kisumi-kun! ¡Hola, tanto tiempo! —una voz que se había mantenida en silencio resonó por el lugar—.

— Ryuchi-san —contestó sin ánimo Shigino mientras le hacía algo similar a una reverencia a modo de saludo— no esperaba verte en esta situación.

— Oh, la verdad es que yo tampoco —le respondió el hombre mayor mientras se miraba una uña— y, dime, ¿qué tan bien besa ese chico? ¿ya te la ha chupado?

— ¡Oe, tu! —Sousuke le tomó por el cuello de la camisa y lo miró amenazantemente— no hables así de Makoto, ¿oíste?

— Pero si yo no he dicho nada, ¿acaso no viste lo mismo que yo? —le contestó Ryuchi con tono inocente.

—Kisumi, ¿acaso conoces a este idiota engreído? —le preguntó Haru—.

—Pues si, lo conozco para mi desgracia —se quejó el pelirosa mientras miraba con el ceño frunciodo a Ryuchi.

—Bueno, tampoco hay que alterarse tanto, Sou-chan —el mayor se soltó del agarre y suspiró mientras miraba el reloj de su muñeca—, aunque salgas corriendo ahora, ya no podrás alcanzarlo y terminarás por perderte. Yo simplemente digo que lo dejes ir, ya no hay vuelta atrás.

—Nada de esto hubiera pasado si no hubieras aparecido de nuevo en mi vida, Ryuchi —le increpó Yamazaki.

—Oh, en eso te equivocas, nada de esto hubiera pasado si me hubieras hecho caso desde un principio o si le hubieras sido sincero desde un comienzo a tu novio, o mejor dicho, ex novio.

Ya Somos Adultos (SouMako) [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora