Regalo

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Makoto se encontraba con unas ojeras que le hacían ver completamente demacrado. Si se le comparaba con el resto de los estudiantes de la universidad, tendría una apariencia normal. Pero lo que lo diferenciaba del resto de estudiantes zombies, era que la causa de su insomnio no eran precisamente los exámenes finales. 

De solo recordar el motivo por el cual no había podido dormir, nuevas nauseas se asentaron en su estómago. Aunque... esperaba que fueran nauseas y no otra cosa. 

Iba tan distraído caminando con la mente en otra parte que no notó cuando la persona que iba frente a él se detuvo provocando que chocara con él. 

Levantó la vista avergonzado para pedir disculpas a quién fuera y se encontró con la persona que menos quería ver en ese momento y que era el causante de su preocupación y estado actual. 

- ¡Sousuke! -su voz demostraba sorpresa, y destilaba cierto temor y enojo.

-Makoto, ayer no me avisaste cuando llegaste a tu casa, estaba preocupado. -El moreno se acercó de manera natural, pero unas manos lo alejaron. -¿Qué te pasa? 

-Yo... Necesito hablar contigo -Tachibana seguía sin mirarle a los ojos y su rostro estaba rojo mientras que mantenía los puños apretados.-

- ¿Te parece bien a la hora de almuerzo? Tengo una clase ahora y... 

- ¡No! ¡Tiene que ser ahora mismo! -le cortó el castaño.

A continuación le tomó del brazo y comenzó a caminar con él arrastrándolo por la multitud. Era cierto que Sousuke tenía clases de una asignatura importante, pero ver a su novio actuar tan decidido valía completamente el faltar a aquella cátedra. 

Con paso rápido y decidido, Makoto caminó hasta toparse con una escalera, era la típica que llevaba a la azotea del edificio, creyó que sería buena idea y guió al moreno que no había emitido alguna palabra de reproche por el trato al que estaba siendo sometido. 

Cuando por fin salieron al aire libre en el techo, el chico más bajó cerró la puerta, soltó bruscamente a Yamazaki y se puso a buscar algo en su mochila. De ahí sacó la bolsa negra que  le había entregado la noche anterior y se prácticamente se la tiró de vuelta. 

Sousuke aun sorprendido por todo aquello, pasó su mirada desde el paquete hasta su -ahora claramente- molesto novio y enarcó una ceja.

- Quiero una explicación de esto. 

- Fue un regalo, ¿no te gustó? -ahora fue el turno del ex nadador estilo mariposa de verse molesto y extrañado. - ¿por qué no?

- ¿Es una broma? porque no le veo lo gracioso -pocas veces había visto tan molesto al castaño-. Te hablo en serio, Yamazaki.

Ok, estaba enojado. Lo captó. 

- Yo te hablo en serio tambien, Tachibana. 

La mirada verdosa de Makoto dudó unos segundos y se acercó lentamente a él. Su expresión seguía demostrando determinación y su gesto era serio. Por un segundo, cuando Sousuke lo tuvo frente a él, pensó que lo golpearía. 

Pero tomó su cara entre ambas manos y apoyándose un poco más en la punta de los pies para quedar a la misma altura, le giró el rostro y mordió su lóbulo. ¡Estaba cumpliendo aquella estúpida condición! 

A diferencia de la vez anterior, este mordisco fue bruto y más que placer, le causó dolor, pero el mordisco no se detuvo, ni tampoco la actitud de su novio. 

Yamazaki se vio sorprendido cuando una mano lo empujó hasta quedar pegado a la pared de la caseta que se encontraba en el techo. La boca de Makoto se deslizó por todo su oído y bajó hasta el cuello, en dónde se detuvo durante varios segundos, no solo mordiendo, sino que también besando. Todo con un hambre que hasta el momento, el moreno no había sentido.

Ya Somos Adultos (SouMako) [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora