—¿Estás bien? —Derek tomó entre sus manos el rostro de su novio, Stiles lo miró un momento, tratando de enfocarlo, antes de asentir.
—¿Dónde estoy? ¿Qué sucedió?
—Estás en el hospital, alguien puso una bomba en la oficina del sheriff— Derek frunció el ceño al ver que el castaño elevó la comisura de su labio, como en un intento de sonrisa, pero se lo atribuyó al aturdimiento que seguramente tendría después de algo así.
—¿Hubo muchos heridos? —inquirió en voz baja.
—Sí, cuatro oficiales heridos y fallecieron otros dos— jaló la silla para estar un poco más cerca de él.
Stiles se llevó una mano a la cabeza al sentir que había algo ahí estorbando, hizo una mueca al tocarse y sentir la punzada de dolor, tenía una venda en la frente.
—¿Saben ya quién la puso? —el castaño se enderezó en la cama. Derek negó.
—La manada se unió a la búsqueda, sobre todo de posibles esencias en el lugar, aunque no hay mucho que puedan hacer, no había ningún olor identificable además de la pólvora y la madera— Stiles asintió— tus padres estaban revisando si no era obra de alguna criatura.
—¿Crees que podría ser algo sobrenatural? —Derek tomó la mano de su novio entre las suyas.
—No podemos descartar opciones—el chico volvió a asentir, el lobo ladeó la cabeza, su novio estaba inusualmente callado, le sorprendía que no estuviera haciendo preguntas hasta por los codos, como hacía normalmente, aunque no podía pedirle mucho, no después de lo que acababan de pasar y el fuerte golpe que el chico se llevó en la cabeza al caer.
Una hora después llegó la manada completa, importándoles poco si no podía haber más de tres personas en la habitación, Dean solo se apareció a la mitad del cuarto y prácticamente corrió a abrazar a su hermano en la cama, Sam hizo lo mismo y cuando por fin se separaron pudo ver al ángel, que se encontraba de pie en la esquina más alejada de las personas.
—Hola— saludó Stiles, Dean jaló del brazo a Castiel para que se acercara. El ángel movió la cabeza a modo de asentimiento.
—No te va a morder por saludarlo ¿sabes? —le reprochó Dean. Castiel se removió incómodo en su lugar.
—Hay algo que no me gusta en este lugar— Castiel habló en voz baja, pero todos los lobos pudieron escucharlo, ya que voltearon a verlo.
—¿Qué esperabas? ¿Ir a un parque de diversiones? —Dean rodó los ojos— estamos en un hospital, Cas— el ángel enarcó una ceja ante el mote— no se supone que este lugar te guste, me preocuparía si lo hiciera— Castiel suspiró, y miró al humano en la cama, tan intensamente que Stiles quiso fundirse con ella y desaparecer.
Derek carraspeó, para atraer la atención de su novio y disipar la tensión que abruptamente se había instalado en el cuarto. Stiles parpadeó varias veces mientras miraba al lobo, el pelinegro le habló, pero el chico no podía entender lo que decía. Hubo mucho movimiento a su alrededor y los bordes de su visión se volvieron negros.
Segundos después perdió la consciencia.
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Stiles abrió los ojos, un poco de luz entraba por las ventanas dándole de lleno en la cara. Sacudió la cabeza, aturdido, antes de incorporarse. Miró a su alrededor, reconociendo los vestidores de su antigua escuela.
Se puso en pie, sacando el móvil de sus pantalones, no recordaba haber llegado ahí, ya que lo pensaba de lo último de lo que tenía recuerdo era de estar en la destilería, después de ver a su hermano en el suelo y sin saber si seguía con vida o no... Genial, no tenía señal en su celular.
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Everybody wants to rule the world.
FanfictionDean pasaba poco tiempo con su familia por culpa de su nueva labor, Sam se había reintegrado a la cotidianidad que era su vida antes de su muerte y Stiles... bueno Stiles era otra historia. El chico traía unas ojeras terribles y no podía dormir m...