Stiles corría lo más rápido que podía, con un par de lobos detrás de él, mientras sus hermanos iban en direcciones contrarias, tratando de distraerlos.
El hijo más pequeño de Noah había insistido mucho tiempo para que lo dejaran ser parte de los entrenamientos de la manada, porque para él era fastidioso ver como correteaban de un lado a otro mientras él estaba sentado en el porche de la mansión o en un tronco. Hasta que por fin cumplió los diez y sus padres consideraron que ya podía unirse a los, poco ortodoxos, entrenamientos.
Saltó sobre unas raíces y se detuvo detrás de un árbol, mientras por el rabillo del ojo veía a Dean colocar unos aturdidores para los lobos, eran inofensivos para ellos, pero debían aprender a tratar con todo tipo de artefactos ante posibles ataques. Stiles era el único con una bolsita de mountain ash en el bolsillo, ya que en un par de ocasiones en que se había colado en los entrenamientos había podido manipularlo sin ningún problema, sorprendiendo bastante a los adultos de la manada.
El chico miró a los tres lobos que olfateaban el aire antes de echar a correr en dirección al claro que daba a la mansión. Escuchó cómo iniciaban la carrera contra él al tiempo que una flecha pasó muy cerca suyo, iluminando su entorno con una luz plateada, sabía que eso cegaría a los lobos unos momentos, dándole ventaja. Vio a Sam arriba de un árbol, con el arco plateado en sus manos y una sonrisa socarrona en el rostro.
Stiles entró al claro y metió la mano en su chamarra, lanzando un montón de mountain ash y formando un círculo que los Hale no podrían atravesar. En ese momento uno de los lobos se estampó con la protección, haciendo temblar ligeramente el campo a su alrededor. Cayó agotado por la carrera mientras veía con una sonrisa a los otros dos lobos salir del bosque. El lobo que se había estrellado era café, así que tenía que ser Laura. El lobo de pelaje negro, que sabía era Derek, caminaba alrededor de la ceniza, y el lobo más pequeño, con el extraño pelaje rojizo, se acostó sobre sus patas, sin prestarle más atención.
Dean y Sam salieron en ese momento, ambos con un par de cortadas en los brazos y caminaron hacia su hermano, entrando en el círculo y sonriendo con chulería.
Dean le alborotó el cabello a Stiles.
—Tienes la chispa ¿sabes? —le cuestionó Sam, Stiles le miró sin entender— igual que mamá.
La boca del más pequeño formó una perfecta o.
—¿Seré druida como ella? —inquirió con curiosidad.
—Seguramente, eso si la alfa te acepta— respondió Sam mientras miraba a Laura, que seguía en su forma de lobo, movió el hocico asintiendo. Stiles salió del círculo en ese momento y abrazó al lobo café.
—Gracias— murmuró en su oreja puntiaguda. Laura le lamió la cara en respuesta.
El chico se retiró riendo y echó a correr hacia sus padres en el porche, que lo miraban orgulloso.
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—Apenas tiene diez, Laura, no puedes esperar que inicie su entrenamiento como emisario— refutó Derek ante la terquedad de su hermana.
—Es buen tiempo ¿o no, mamá?
Talia negó en respuesta.
—Es demasiado pequeño y tu demasiado joven para ser alfa oficial, empezará, si sus padres están de acuerdo, cuando cumpla los quince, no antes— Laura suspiró y agachó la cabeza.
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El castaño había comenzado por si solo el entrenamiento, al leer todos los libros que su madre había heredado de Alan Deaton, antes de que éste muriera y ella se convirtiera en la emisaria de los Hale.
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Everybody wants to rule the world.
FanfictionDean pasaba poco tiempo con su familia por culpa de su nueva labor, Sam se había reintegrado a la cotidianidad que era su vida antes de su muerte y Stiles... bueno Stiles era otra historia. El chico traía unas ojeras terribles y no podía dormir m...