A Hoseok le gustan los dulces; Yoongi tiene el apodo de uno.
¿La vida puede ser tan dulce como una paleta o amarga como un limón?
☞Capítulos cortos.
☞No copia, ni adaptación.
☞100% mía.
☞Un poco de Lemon.
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Hoseok se pasaba todos los días ensayando, Yoongi no había visto a ese chico de nuevo, pareciera que se escondiera pero Hoseok siempre estaba en el club de baile.
—Dos semanas y éste chico no aparece —Yoongi no podía terminar su dibujo si no veía su cuerpo desnudo.
Solo había podido terminar el rostro y a muy duras penas ya que intentaba, imaginaba al chico con diferentes expresiones cuando estuviera en su orgasmo.
—Abuelo, ¿vas a desayunar ésta vez con nosotros? Quiero presentarte a mi futuro novio —Namjoon se ríe por ese comentario y Yoongi se quita el brazo del menor.
—No. Tengo cosas que hacer, mocoso. Más importantes que tu estúpida ilusión.
— ¿Qué clase de cosas? —pregunta esta vez SeokJin y Yoongi suspira.
No estaba de más preguntar por él.
—Un chico, se llama Jung Hoseok —todos fruncen el ceño excepto el menor de todos quien ignoró eso.
—Ah, seguro está en el club de baile. Jimin dice que siempre está ahí —responde Namjoon y Jungkook se pone nervioso.
—Ya veo, entonces nos vemos después—sus amigos lo miran confundidos.
— ¿Algo que quieras compartir con nosotros, Kook? —habla Taehyung por todo en cuanto desaparece Yoongi de su campo de visión.
Jungkook se encoge de hombros para seguir su camino a la cafetería y ver a Jimin.
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Hoseok era muy ágil, también un buen bailarín, Yoongi veía con atención cada uno de sus movimientos mientras se reproducía una canción en toda la sala.
Yoongi no podía apartar la mirada de éste, solo hasta que se acabó la música. Justo terminaba cuando sonaba también el timbre para entrar a clases.
