A Hoseok le gustan los dulces; Yoongi tiene el apodo de uno.
¿La vida puede ser tan dulce como una paleta o amarga como un limón?
☞Capítulos cortos.
☞No copia, ni adaptación.
☞100% mía.
☞Un poco de Lemon.
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En todo el día Yoongi estuvo pensando en cómo completar el boceto, sabía que tendría una buena calificación si era ese chico.
Había hecho máximo cinco dibujos de Hoseok, él bailando en diferentes poses.
Solo le faltaban los toques finales, normalmente sus dibujos son de los mejores que hay; pero siempre les falta un detalle, algo que el profesor no le quiere decir.
—Yoongi —SeokJin venía corriendo detrás de Jungkook por toda la casa. Yoongi rodó los ojos al saber lo que estaba pasando en ese piso —. ¡Dile a este niño que se ponga sus calzoncillos!
Yoongi se vuelve a concentrar en esos dibujos, viéndolos a detalle, sabía que estaban perfectos, pero, el profesor no tardaría en hacerle algún comentario negativo; claro que después de una felicitación.
— ¿Qué mierda le faltan? —rechista molesto mientras deja caer su cabeza hacía atrás mirando al techo. Estaba molesto por no saber qué era lo que les faltaba a sus dibujos —. Creo que ya sé qué hacer.
Se levanta de su sitio para ir afuera de su casa. Pasa por enfrente de Jungkook y SeokJin sin siquiera mirarlos.
— ¿Sabes qué es lo que le pasa a Yoongi? —alza una ceja, de manera acusadora SeokJin. Jungkook sólo toma su bóxer para ir arriba.
No se volvería a meter en la vida de su Hyung, la última vez todo había acabado muy mal y él había salido perjudicado en todo.
Para suerte de Jungkook creía que estaba en el pasado lo que hacía Yoongi para conseguir unos excelentes dibujos, pero al parecer no.
—Tch, esta vez no voy a meter la mano al fuego por él —murmura molesto Jungkook antes de encerrarse en su habitación.
El celular del menor comienza a sonar y en la pantalla reflejaba el número de Yoongi, tenía un mal presentimiento así que no contesto.
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Yoongi mira su celular de nuevo y maldice por lo bajo: —Maldito mocoso, me la va a pagar —se dirige a paso lento a la casa de Namjoon hasta que ve a alguien saliendo de la tienda de dulces.
—Jimin estará contento por los dulces —sonríe Hoseok mirando el contenido en su bolsa.
Alza la mirada y sus ojos se encuentran con las del cabello menta. Hoseok se sonroja al instante al recordarlo: el chico de los sanitarios. Y Yoongi no puede estar más feliz por haberlo encontrando.
