Capítulo 10: Robin

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Sigo sentado a la sombra de la palmera apoyado contra su tronco. La herida de la pierna sigue sangrando a pesar de que tengo la mano sobre ella e intento taponarla. Siento un dolor desgarrador y me he desmayado varias veces desde que me he despertado.

El cielo se ha teñido de gris y a pesar de que todavía hace calor no tardará en cambiar la temperatura. Tengo que encontrar una manera de salir de aquí o hacer que alguien me encuentre.

-¡Ayuda!-grito lo más fuerte que puedo, pero se me corta la voz.

Echo la cabeza hacia atrás y miro hacia arriba. Las hojas de las palmeras hacen que sea difícil ver el cielo, tal vez puedan resguardarme un poco de la lluvia cuando empiece a llover. Tengo miedo, me he despertado solo y sin ningún recuerdo en la mente. De qué me sirve saber mi nombre y mi edad si no hay nadie a quien pueda decírselo. No sé cómo he acabado herido, pero me juro a mí mismo que me vengaré de aquel que me haya disparado. Se arrepentirá hasta el final de sus días de lo que me ha hecho.

Mi estómago vuelve rugir de hambre, si voy a permanecer aquí más tiempo tendré que encontrar una fuente de alimento. Detrás de la palmera en la que estoy a poyado hay un arbusto con unos frutos rojos, estoy muy hambriento así que no dudo en alargar el brazo y coger un puñado de esos frutos tan extraños. Antes de llevarme uno a la boca, observo su forma y el color, es redondo y con puntos morados, el color rojo es similar al de la sangre. Tengo tanta hambre que me meto a la boca todos los que tengo en la mano. Es un sabor amargo y dulce a la vez, están muy buenos y tienen bastante jugo en el interior. También me sirven para tomar líquido, me veo incapaz de ir a buscar agua.

Deseo que aparezca alguien pronto o moriré desangrado.

La Isla de los CincoWhere stories live. Discover now