Capítulo 11: Kaya

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La presencia de Parker me inquieta y me tranquiliza a la vez. Saber que Nathasa y yo no somos las únicas en esta isla desierta me da esperanzas, tal vez sí que haya alguien que pueda decirnos qué nos ha pasado.

Nathasa continúa alejada del arcón temerosa de que pueda pasarle algo malo estando a su lado. Aunque es muy asustadiza y parece tener ganas de llorar me gusta su compañía, es callada y no pone pegas a ninguna de las cosas que propongo.

-¿Puedo echarle un vistazo?-pregunta Parker que se ha puesto al lado de Nathasa.

Asiento y observo como se mueve alrededor del arcón. Lo mira con determinación dispuesto a sacar a la luz los misterios que alberga. Mientras camina me fijo en sus figura. Es muy alto, puede que mida más de metro ochenta, tiene el pelo rubio oscuro y los ojos azules. Parece ser fuerte aunque a primera vista no es muy musculoso. Se detiene delante de la parte en la que está el código y comienza a tocar los números. Parece que ha encontrado algo porque empieza a rascar con la uña los números haciendo que se marque la forma de un cuadrado.

-Mirad esto-nos dice, aunque solo me acerco yo.

-¿Qué es?-pregunta Nathasa que estira la cabeza para ver lo que estamos mirando.

-Parece la cerradura del arcón-digo mientras paso los dedos por el cuadrado que está marcado.

-Sí, pero no es una cerradura cualquiera-añade Parker.

-¿A qué te refieres?

-Es un microchip.

Lo que dice me pilla desprevenida. Un microchip, es extraño que eso esté introducido en un arcón. Es posible que se equivoque, además es difícil saberlo en una primera impresión, ni siquiera ha roto el cuero para ver lo que hay en el interior.

-Sé que suena extraño, pero hacedme caso, es un microchip.

-¿Cómo puedes estar seguro?-pregunto con desconfianza.

-No lo sé, pero estoy seguro de que lo es.

-Entonces si encontramos a 03.18 podremos abrirlo, ¿no?-interviene Nathasa que se ha acercado a nosotros.

-Sí, creedme, sé lo que digo.

Me cuesta creer en lo que dice Parker, primero porque ha afirmado lo que es tras observarlo un poco y segundo porque soy desconfiada por naturaleza. Parker sabe que no me fio de él, me cuesta mostrarme afable cuando acabo de conocerlo y no sé nada de él, ni de mí, ni de esta isla.

-Está bien-accedo, ya que no tenemos mejores ideas-entonces vamos a buscar al 03.18.

-Con suerte estará cerca-añade Parker con una pequeña sonrisa haciendo que Nathasa también sonría.

Ambos cogemos el arcón por cada lado y avanzamos por camino por el que ha venido Parker. Miramos entre las rocas y el exterior de la jungla, pero no vemos a nadie. Nathasa es más pequeña así que le cuesta menos meterse entre las rocas y buscar.

-¿Dónde te has despertado?-le pregunta Nathasa a Parker.

-En una cueva entre las rocas, he tenido que hacer fuerza para poder romper lo que obstruía la salida. Es ahí-dice inclinando la cabeza hacia el conjunto de rocas que forman un pequeño acantilado.

Una gota cae sobre el arcón y en un par de segundos comienzan a caer muchas más. No es tan fuerte como una tormenta así que no nos empapamos rápidamente.

-Cuando estuve encerrado oí un pitido y vi una luz roja que parpadeaba-añade mientras se detiene-quiero echar un vistazo.

Dejamos el arcón en la arena y vamos detrás de Parker al lugar donde se ha despertado. Hay un montón de piedras esparcidas en la arena, de lo que supongo que sería lo que obstruía la salida. Parker se agacha y comienza a gatear hasta meterse dentro de la pequeña cueva. Es bastante pequeña, por lo que parece algo ridículo que un chico tan grande pudiera estar dentro. El sonido de las olas es bastante fuerte pero podemos oír el pitido del que hablaba. Poco a poco vuelve a salir.

-Hay una especie de caja al final, pero es muy estrecho para mí-dice desilusionado.

Nathasa lo mira sin darse cuenta de que quiere que se ofrezca para sacarla. Veo su cara de miedo y como le tiemblan las manos. No soy igual de pequeña que ella pero soy bastante delgada como para poder sacar la caja. Respiro hondo y sin decir nada comienzo a meterme en la cueva.

Hace más frío que fuera y las paredes están húmedas. Es muy pequeña por lo que la luz del exterior ilumina el interior. Estiro la mano y toco la caja, Parker ha dicho que había una pequeña luz roja que parpadeaba, pero yo no veo ninguna, ni siquiera oigo el pitido de antes. Consigo meter las dos manos en el hueco en el que se encuentra la caja y comienzo a tirar de ella. Saco primero el cuerpo y luego la caja.

La caja es negra y de cuero, igual que el arcón que hemos encontrado en el mar. Tampoco tiene cerradura, pero está escrito el código 04.19, el mismo que Parker tiene tatuado en la muñeca. Me giro para mirarle y veo que está tan sorprendido como yo, aunque él tiene la cara pálida y parece estar a punto de desmayarse. Se agacha y se pone a mi lado. La caja comienza a emitir un fuerte pitido y una luz roja situada encima del código empieza a parpadear.

Me pongo en pie y me aparto un poco, me da miedo que pueda explotar o algo por el estilo. Observo cómo pasa los dedos por los números, de repente la luz roja deja parpadear y se queda encendida, el pitido se hace intenso unos instantes y cesa justo antes de que la caja se abra de golpe.

Parker se cae hacia atrás del susto y nosotras retrocedemos unos pasos temerosas de lo que pueda haber en esa caja. Los tres cruzamos una mirada de sorpresa. Me acerco y me agacho para ver lo que hay ya que ninguno de los dos parece muy dispuesto a ser el primero en mirar lo que hay dentro.

Me quedo sin respiración unos segundos al ver lo que hay, es una pistola, con balas de repuesto. La toco con delicadeza y la cojo con cuidado. La observo unos instantes mientras me concentro en buscar una respuesta válida que explique por qué hay una pistola escondida en una caja, por qué estaba todo escondido en una cueva, cómo se ha abierto de golpe y para qué la necesitamos. Parker me la quita de las manos y comienza a observarla con detenimiento, después de mirarla varios segundos se la pasa a Nathasa que la rechaza rápidamente.

-Esto es muy extraño-digo al fin porque nadie parece dispuesto a decir nada.

-Tenemos que guardarla con cuidado, no sabemos a qué nos enfrentamos-añade Parker y yo asiento.

-¿Crees que estamos en peligro?-pregunta Nathasa con la voz estrangulada.

Me giro y veo que se ha apartado un poco más. Está muy pálida y le tiemblan mucho las manos y las rodillas.

-No lo sé, pero por si acaso debemos guardarla.

Una lágrima cae por su mejilla, siento la necesidad de acercarme a ella y consolarla, pero reprimo el impulso rápidamente, todavía no sé si puedo confiar en ellos.

-Por lo menos ya sabemos cómo abrir ese arcón-añade Parker con una pequeña sonrisa que hace que sienta esperanza.

Guardamos la pistola en la caja y nos la llevamos con nosotros al igual que el arcón. La lluvia ha cesado un poco por lo que es más sencillo seguir avanzando. Los pies se nos hunden en la arena mientras caminamos. Ninguno de los tres decimos nada, estamos todos igual de sorprendidos y asustados. Todo lo que ha pasado desde que nos hemos despertado en esta isla no tiene sentido, igual que el hecho de que ninguno tenga recuerdos.

A parte de no saber quién soy, hay algo que también me preocupa mucho, si no sé quién soy ni de lo que soy capaz ¿cómo voy a poder fiarme de Parker y Nathasa? Ambos parecen inocentes, mi instinto me dice que tenga cuidado, aunque a su vez siento la necesidad de permanecer a su lado, no quiero estar sola en esta isla.

Medito durante un tiempo mis ideas hasta que llego a una conclusión, debo permanecer con ellos hasta que descubra qué está pasando, entonces me iré y buscaré la forma de salir.

La Isla de los CincoWhere stories live. Discover now