Es de madrugada y mi turno de vigilancia empieza en unas horas, sin embargo no tengo sueño. El nuevo sitio en el que nos hemos asentado es mucho más cómodo que el anterior. El campo de hierba perfecta y próxima al lago demuestra que fue hechp aposta. Todo en esta isla parece estar hecho de forma artificial, incluso la isla misma.
Nathasa sigue dormida abrazando su mochila. Estoy preocupada por ella. Su comportamiento y sus ataques de pánico y los desmayos me hacen pensar en la posibilidad de que esté enferma y de que muera. Aquí no disponemos de los medicamentos necesarios. Maï sabe de medicina, aunque no sabe explicar por qué, por lo menos ella sabrá cómo actuar si empeora.
No dejo de pensar en cómo podemos salir de aquí. He diseñado varios planes de huida, pero sin saber en qué punto del océano nos encontramos, si saliéramos sería un suicidio. No quiero pasar aquí el resto de mi vida, pero no podemos construir una balsa y dejar que la marea nos guie.
Salgo al exterior agobiada y abrumada. Necesito aire fresco. La suave brisa me acaricia las mejillas. Bebo un poco de agua del lago y me aproximo a sustituir a Parker en el turno de vigilancia. Cuando me acerco me doy cuenta de que se ha quedado dormido. No voy a enfadarme por ello, en los pocos días que llevamos aquí no se ha producido ningún incidente. Dormido parece más relajado y tranquilo. Me alegra ver que por lo menos él sí descansa. Le toco el hombro para despertarlo y al hacerlo me apunta con el arpón. Retrocedo de un salto y espero a que se dé cuenta de que soy yo.
-Lo siento-al ver mi cara baja la mirada avergonzado-me he quedado dormido.
Se queda en silencio esperando a que le reprenda.
-No importa, ahora ya puedes descansar.
Asiente y se marcha a su tienda. Me siento junto a la hoguera. Al cabo de una hora el fuego ya casi se ha consumido. Me alejo un poco del campamento para buscar ramas con las que mantener las llamas. Mientras estoy buscando oigo un ruido entre los arbustos. Me paro en seco y escucho detenidamente. El ruido de hojas se repite, pero esta vez seguido de pisadas. Tiro las ramas que he cogido y me dirijo corriendo al campamento. Al llegar veo que todo sigue en su sitio, ninguno ha oído las pisadas. Estoy a punto de pensar que ha sido mi imaginación cuando veo que la cremallera que permite la entrada a una de las tiendas está abierta, y no hay nadie dentro. Robin.
Me pongo alerta al instante. Cojo el arpón que ha dejado Parker y me dirijo al lugar donde he oído las pisadas. Me aseguro de llevar una linterna conmigo y me adentro en la jungla. Enfoco el suelo con la linterna y veo un rastro de pisadas. Ello me conduce de nuevo a la playa. Me detengo junto a una de las palmeras y me escondo hasta buscar el lugar en el que se encuentra Robin. Lo veo apoyado sobre el tronco caído. A la luz de la luna tiene un aspecto despreocupado, su posición me hace pensar que está esperando a alguien, concretamente, a mí.
Salgo de mi escondite y me aproximo a él a grandes zancadas. Me detengo a una distancia de tres metros.
-Me alegra que hayas venido, no estaba seguro de si encontrarías el camino.
Sigo callada esperando a que continúe hablando, sin embargo se queda en silencio con una sonrisa de suficiencia en la cara. Me exaspera su actitud, así que hago lo que espera, preguntar.
-¿Qué es lo que quieres?
Suelta una carcajada.
-Eres muy directa-me hace un gesto para que me acerque a él, pero me quedo donde estoy-Quiero que me des el control.
Suelto una carcajada al oír sus palabras. Sabía que tarde o temprano volvería a intentarlo, pero no imaginaba que fuese tan pronto.
-No.
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La Isla de los Cinco
AventureCinco chicos. Una isla. Cero recuerdos. Kaya solo recuerda su nombre. Nathasa tiene un extraño tatuaje. Parker está encerrado. Robin tiene una herida de bala. Maï está perdida en mitad de la isla. Los cinco tendrán que unirse para sobrevivir a los m...