ABYSSO: La ciudad amurallada (Libro 1 saga CIUDADES MALDITAS)

CAPÍTULO 17 "CELO" (PRIMERA PARTE)

"Amar es destruir. Ser amado es ser destruido" (1)

"Y a donde nos lleve el viaje iré... contigo iré" (2)

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Gracias a la gran cantidad de supresores que Louis había estado obligado a tomar durante gran parte de su vida, su ciclo reproductivo se había alterado por completo. Sus celos no eran nada parecido a lo que otros omegas tenían que pasar y aunque a ellos tampoco les resultaba sencillo, la intensidad con la que Louis padecía, no tenía un punto de comparación.

Para un omega, estar sometido bajo tanto estrés en un momento que por sí solo ya representaba ansiedad y poca estabilidad, incrementaba las probabilidades de alterar sus celos posteriores. Louis se había tenido que adaptar..., o al menos su cuerpo había tratado de hacerlo; bloqueando su mente y utilizando cualquier recurso que su maltratado organismo pudiera ofrecerle. Funcionaba tan solo las primeras horas en las que podía perderse y dejar a su cuerpo en un periodo de latencia... Despierto..., pero dormido. El calor esperando paciente hasta que llegara el momento para consumirlo.

Los celos de Louis empezaban de forma pausada, como roca viscosa y fundida deslizándose lentamente por una ladera. Lo quemaría en algún momento sin importar cuanto tratara de alejarse, pero se comportaba de una forma tan rastrera y tan vil, que se burlaba de él haciéndole creer que tenía esperanza, que recibiría misericordia. Que la agonía que se vislumbraba cercana, se sentiría un poco menos esa vez.

Nada más alejado de la realidad.

Los primeros minutos, incluso el primer par de horas, era todo luces fugaces bailando bajo sus parpados. Louis caía en una especie de letargo que lo suspendía entre el brillo y la oscuridad. No estaba completamente inconsciente... tampoco lo suficientemente lúcido. Su cuerpo se debilitaba; sus piernas flojas y brazos lánguidos, le dificultaban mantenerse en pie.

Un par de horas después de iniciado su celo, cuando el velo de oscuridad que cubría su rostro, se deslizaba de su piel dejándolo lentamente en carne viva, con cada una de sus terminaciones nerviosas en el punto más alto de sensibilidad, era cuando la verdadera agonía comenzaba.

Y Louis no sufriría en soledad esta vez.

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Los gritos provenientes de las arenas, todavía hacían resonar las paredes de las criptas. Varias peleas seguían llevándose a cabo a la distancia. Mientras, en aquel pasillo, el olor de tantas emociones juntas, se entremezclaba creando un ambiente denso, amargo y nada agradable para respirar.

Liam había aparecido con el rostro preocupado. Sus enormes ojos marrón buscaban a su amigo entre un montón de alfas alterados. También los gemelos Weiss estaban ahí. Zayn y Niall continuaban discutiendo en el exterior de la puerta cerrada.

Detrás de aquellas paredes, un alfa que se sentía completamente inexperto frente una situación para nada común, intentaba mantener la calma, ante un omega que empezaba a sentir las primeras molestias de su celo.

Si debía ser sincero, Harry tendría que decir que había estado con un montón de omegas durante su adolescencia y vida adulta; también con unos cuantos betas; incluso un par de alfas habían pasado por su maltrecha cama. No era un chico especialmente apegado a las personas o capaz de formar lazos afectivos. Ser promiscuo era su pan de cada día.

Pero jamás había estado con un omega en celo.

Hablando con la verdad, nunca había podido permitírselo, y tampoco era algo con lo que hubiese tenido ganas de lidiar.