CAPÍTULO 31 "EL NOVENO CÍRCULO: INFIERNO DE HIELO" (PRIMERA PARTE)

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"Y el hermano entregará a la muerte al hermano y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte"

Mateo 10:21

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Ni siquiera estaba sorprendido de sentir las piernas tan inestables. Se arrepintió en el momento exacto en el que puso los pies en el suelo, porque no estaba seguro de ser capaz de sostenerse a sí mismo en el corto camino hacia el baño. Se sentó de nuevo en la cama y una punzada dolorosa atravesó su cadera de lado a lado, haciéndolo maldecir en voz baja.

Luego de casi un día completo, por fortuna el celo de Harry había pasado y él sentía como si un camión hubiese pasado por encima de él, rompiendo huesos y carne a su paso. Quizá ese pensamiento no estaba muy alejado de la realidad, sin embargo, también sabía que, en ese momento, las cosas no se trataban de él y a pesar de que cada parte de su cuerpo se sentía adolorida, tenía la necesidad de cuidar del alfa que yacía a su lado en la cama, sumido en la inconciencia del sueño. Cuidarlo, por el momento, solamente consistía en dejarlo dormir hasta cansarse.

Lo observó mientras se removía debajo de las mantas. Había una ligera mueca en sus facciones, como si tuviera un sueño bastante movido y Louis sintió ganas de besar cada espacio de su rostro, sobre todo aquel ligero puchero y el pequeño espacio de su ceño fruncido. ¿En qué momento su vida había cambiado de esa manera? No lo sabía con certeza. Lo que sí sabía era que el sentimiento que colmaba su pecho, parecía volverse cada vez más grande e incluso si seguía sintiendo temor por todo aquello que estaba conociendo junto a Harry, no había lugar para ninguna clase de arrepentimiento.

Se puso nuevamente de pie y maldijo cuando las rodillas se le doblaron y cayó al suelo, luego de soltar un quejido de dolor. Escuchó de inmediato las mantas removiéndose a su espalda y en un par de segundos, Harry ya se encontraba a su lado, con el cabello revuelto, el rostro adormilado, pero con los ojos muy abiertos y asustados.

—¿Estás bien? —preguntó de inmediato. Estaba vistiendo únicamente su ropa interior y por algún motivo, aquello hizo que Louis reparara en el hecho de que él estaba completamente desnudo, apenas cubierto con la delgada sábana en la que se había envuelto de la cintura para abajo. Sintió como su rostro se calentaba y no importaba si Harry había hecho mucho más que solo verlo desnudo, tan solo un par de horas atrás, Louis tuvo la necesidad de bajar el rostro, porque aquella mirada intensa, continuaba haciendo que su piel ardiera—. Si necesitabas algo tendrías que haberme despertado, cachorrito —aclaró Harry, como un fingido reclamo que contrastaba por completo con la sonrisa cariñosa y protectora que había en sus labios.

—Solo... solo necesito ir al baño —mencionó sin mirarlo a los ojos. Se tambaleó un poco cuando intentó ponerse de pie. Harry lo tomó por la cintura y lo elevó del piso con una facilidad pasmosa. El omega dejó escapar un agudo chillido cuando el alfa pasó uno de sus brazos por debajo de sus muslos y lo levantó, afianzándolo también por la espalda—. Pero no es necesario que me cargues. De verdad, yo puedo...

Harry negó con la cabeza y él tuvo que guardar silencio cuando el alfa empezó a caminar hacia el baño, cargando con él en sus brazos. El ligero recuerdo de los días después de cada uno de sus celos, cuando ni siquiera podía caminar por sí mismo luego de haber sido sacado de su encierro, lo hizo estremecerse. Cerró los ojos e instintivamente llevó las manos a los hombros de Harry, aferrándose a él. Respiró profundo cerca de su cuello. En un instante, aquel olor ligeramente amargo y familiar, logró que la calma llegara a él, rápidamente. Se sintió adormecido y ligero.

—Necesitas que esté aquí para...

Cuando escuchó nuevamente la voz de Harry, abrió lentamente los ojos. Se encontró rodeado de baldosas blancas y con la claridad de los ojos de su alfa, muy fijos en él. Hasta ese momento fue que notó que la sábana con la que precariamente se cubría, se había arremangado un poco hacia arriba y que la mano derecha de Harry, grande y cálida, estaba afianzada a la parte superior de su muslo desnudo, muy cerca de la curva inferior de su trasero...

ABYSSO: La ciudad amurallada (Libro 1 saga CIUDADES MALDITAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora