CAPÍTULO 18 "CELO" (SEGUNDA PARTE)

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Quemaban.

Como si estuviese de pie, ardiendo en medio del infierno; las palabras de Louis lo estaban quemando hasta los huesos. Derritiendo la piel, evaporando la sangre. Una sensación dolorosamente agónica y que no brindaba ni un segundo de misericordia.

"No quiero ser un omega asqueroso", había dicho, con la voz rota y los ojos brillantes de lágrimas.

Asqueroso... Como si eso fuera posible; como si la pureza de una flor pudiera robarse con el hecho de desprender uno solo de sus pétalos.

Igualmente dolía, porque a Louis lo habían desprendido de la tierra con todo y raíz. Le habían impedido florecer y Harry sintió de inmediato como algo dentro de su pecho se despedazaba, al escuchar esas palabras.

Avanzó solo un paso más. La bandeja con agua aún era sostenida entre sus manos. Los pequeños cubos de hielo chocaban entre sí por el movimiento y creaban un sutil tintineo. Le estaban temblando las manos; más de lo que debería mostrar a un omega que necesitaba de su fortaleza. Maldijo internamente, pero se prometió a sí mismo, no volverse a quebrar.

Podía ver el dolor en aquellos ojos azules. Podía ver como ese cuerpo poco a poco se consumía; como el calor se llevaba más y más la cordura del omega. ¿Por qué le habían hecho tanto daño? ¿Por qué el destino no había querido encontrarlos antes?

—Tengo mucho calor —gimoteó con la voz entrecortada. Harry sacudió la cabeza y volvió a mirarlo. Estaba sudando mucho y las finas hebras de cabello se le pegaban a la frente. La camiseta de Harry en la que hubiese estado respirando tan solo unos momentos atrás, aún era sostenida de forma firme en su mano derecha. Con su mano izquierda tallaba sus muslos arrastrando las uñas, como si el simple contacto de la tela de su pantalón con la piel, lo molestara. Estaba haciéndose daño.

—Detente... —el alfa replicó. Su voz serena pero firme. Louis detuvo el movimiento de inmediato, pero la desesperación en sus facciones fue evidente. Lo miró con los ojos muy abiertos y ahogando un sollozo—. Esto va a hacerte sentir mejor —mencionó dando un par de pasos más. Louis retrocedió en su lugar, incluso si no tenía más espacio para hacerlo. Un bajo gemido de dolor abandonó su garganta—. Por favor. Necesito que me dejes ayudarte.

—¡No vas a ayudarme! —El grito del omega salió desgarrado. Su rostro estaba fruncido en un gesto que Harry no comprendía. La camiseta que sostenía en su mano, terminó hecha una bola de tela que fue lanzada hacia Harry con furia. El alfa tuvo que hacerse a un lado y equilibrar la bandeja para no dejarla caer—. Se lo que quieres. Se lo que cualquier alfa querría de mí, pero yo no soy eso... no lo soy...

Un llanto agudo le siguió a esas palabras. El omega ni siquiera pudo seguir hablando, estaba retorciéndose en la cama de puro dolor y el olor a desesperación que emanaba de Harry, probablemente podía respirarse por todo el edificio.

Lo único que Harry necesitaba, era que Louis estuviera bien y no estaba haciendo nada para conseguirlo. Seguía ahí de pie, inmóvil por el miedo y sintiéndose inútil. Un omega en celo presentaba su estado más vulnerable y quizá él no había compartido jamás su tiempo con alguno, pero sabía que debían ser cuidados y contenidos; debían sentir seguridad.

Tenía que acercarse.

Pero tampoco quería asustarlo, no cuando estaba tan dañado que había construido a su alrededor una sólida barrera. No quería hacer algún movimiento brusco o sentir que estaba imponiéndose. Quería que las cosas se hicieran como él las pidiera. Necesitaba ganarse su confianza más que nada.

También estaba luchando para no gruñir, porque su instinto seguía gritándole sin descanso, repitiendo una y otra vez las mismas palabras, arañándole el pecho y haciéndolo sangrar.

ABYSSO: La ciudad amurallada (Libro 1 saga CIUDADES MALDITAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora