CAPÍTULO 3

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Al día siguiente llegué muy temprano a la oficina, no había llegado ni siquiera Mónica y eso que ella es siempre la primera.

Encendí mi computadora y entré a mi correo, tenía un mensaje de mi jefe; lo que me faltaba, era mi turno de escoger la foto de la portada y debía entregarla hoy a las cuatro de la tarde.

-¡Fantástico!- Exclamé en voz alta, yo con las hormonas algo alborotadas y debo estar toda la mañana viendo fotos de un modelo. A parte de eso, tenía otros asuntos más importantes que atender primero. 

A la hora del almuerzo, Mónica me invitó a comer, ya que quería pedir mi opinión para la decoración del cumpleaños número tres de su pequeña hija Katherine, esta era la conversación que necesitaba, charlar de un tema inocente que me ayudara a olvidar ese fuego que llevo dentro y de seguro a la hora de hacer la dichosa portada me hará sentir mucho más ansiosa.

Al regresar, me encerré en mi oficina dispuesta a hacer el trabajo que llevo postergando todo el día, después de revisar varias sesiones de fotos de Jamie Dornan al final escogí una foto de la sesión de las 50 sombras de Grey, que conveniente.

Ya la había terminado, la imprimí y estaba por llevarlo al edificio de imprenta y entonces se me ocurrió una gran idea. Como el edificio es un poco alejado, le diré al jefe que ya no voy a regresar a la oficina y luego voy a llamar al extraño.

Eran las cinco de la tarde cuando salí de la imprenta, aunque me citaron a las cuatro, me hicieron esperar más de una hora.

En cuanto estuve en mi auto tomé mi celular, mi corazón latía muy rápido, pero me entró una llamada primero, era Alex, ya me había olvidado de nuestra pelea de anoche.

-Hola amor, ya cerramos el trato en Nueva York, nos vamos a San Fernando juntos, tal como te dije.

-¿Cuando?- Pregunté desanimada.

-No lo sé todavía, cuando llegue a Madrid le pido a mi jefe el permiso, ¿Aún...estás molesta conmigo?

-No, ayer estuve un poco estresada en el trabajo y exploté contigo, lo siento- Mentí, en realidad todo lo que le dije era cierto, pero no puedo decir más nada, después de todo, yo lo estoy engañando mientras él trabaja por los dos.

-Descuida, yo sé que en parte también es mí culpa, descansa, vuelvo en dos días, que descanses, te amo.

-Y yo a ti- Respondí desinteresada.

Ésta es la misma rutina de siempre cuando peleamos. Alex espera todo un día hasta que se me pase. En realidad si necesitaba exteriorizar lo que sentía, hace mucho no me besaba y cuando podíamos hacer algo, siempre me rechazaba, pero, ¿Cómo le reclamo algo? Yo soy la infiel que busca a un desconocido para que le dé el amor que le falta.

Volviendo a mi plan, marqué el número del extraño, mi corazón se aceleraba cada vez más.

-Hola...- Escuché finalmente esa voz que me alteraba.

-¿Tienes tiempo para mí?- Pregunté en un tono sensual para tentarlo.

-Si, te veo en el mismo lugar a las ocho, ¿Te parece, bonita?

-¿No podría ser más temprano?¿A las 6:30?- Estaba necesitada y se lo hice saber

-Lo siento, me es imposible a esa hora.

-Bien, entonces a las ocho- No tuve mas remedio que aceptar.

-Te veo en el lobby, al lado de los elevadores.

Y volvió a colgar primero sin darme tiempo de decir algo más, me arrepiento de haber mostrado mi urgencia, seguramente él tiene una vida y un trabajo. Además tengo el tiempo suficiente de ir a mi departamento y arreglarme.

¿Tienes tiempo para mí? (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora