CAPÍTULO 24 (FINAL)

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-Alexa, querida, llegaron los estilistas que contrataste.- Anunció Susana abriendo la puerta de la habitación en compañía de dos chicas.

Alexa dijo que yo sería la primera que arreglarían debido a que Melissa acababa de llegar y necesitaba ducharse y que ella  primero debía ponerse el vestido y no podía hacerlo sola.

Una de las chicas comenzó su trabajo, me recogieron un poco el cabello en una moderna trenza que adornaba los rizos de mi cabello y mi flequillo de lado; después pasé con la maquillista, me sentía como toda una celebridad, me preguntó de que color era mi vestido y le dije que era azul, con distintas tonalidades de azul realizó el maquillaje, me miré al espejo cuando terminó, me veía bastante diferente, si que saben hacer bien su trabajo.

Mientras peinaban y maquillaban a Melissa. Yo le ayudaba a Alexa a ponerse el hermoso vestido color marfil diseñado por ella misma, una vez lo tuvo puesto se sentó con sumo cuidado para que las estilistas terminaran, entonces fui a mi recámara para cambiarme de ropa.

Entré y estaba vacía, así que cuidadosamente me quité la ropa que llevaba, saqué mi vestido del armario que parecía una habitación más y me lo puse al igual que los tacones. Estaba mirándome al espejo cuando Abraham entró.

-Vaya, te ves bellísima, vas a ser la envidia de la fiesta.

-Gracias.-Respondí sonriente y dándome la vuelta, al ver sus ojos, la triste historia regresó a mi mente, lo abrazé tan fuerte como pude, incluso sentía como mis ganas de llorar regresaban.-Dime que todo está bien.

-¿Qué pasa? ¿Ocurrió algo, Bonita?- Preguntó confundido abrazando mi cintura con suavidad.

-No, sólo quiero escucharlo, por cierto gracias por permitirme estar contigo.- Mencioné apoyándome en su pecho.

-Todo estará bien siempre si estoy contigo, las gracias debería dártelas yo, sin ti nada tendría sentido, además tú fuiste la que me llamó ¿Recuerdas?

-Sí,  pero...- Me quedé callada, no era buena idea contarle que Melissa me contó sobre su primera novia-¿Desde cuando rompiste las reglas Abraham?

-Casi desde el principio ¿Recuerdas la noche que llovió?- Asentí con la cabeza- Me quedé contigo hasta mucho después que amaneció, era mentira que no traía auto, si te lo dije fue porque no quería ilusionarte, yo mismo no quería ilusionarme, estaba muy confundido y quizá rompí las reglas antes que tú.

-Te amo Abraham, creo que te amé desde que te vi en la recepción del Imperial.

-Creo que yo también, eres la única mujer con la que he hecho el amor, definitivamente el agradecido de que hayas entrado a mi vida soy yo- Me besó tiernamente en los labios.

Guardé silencio luego de lo que me había dicho, me sentí tranquila al escucharlo decir tales palabras, Melissa tenía razón, ahora sus heridas estaban cicatrizadas, pues eso me decían los tranquilos latidos de su corazón.

-Bien, tengo que cambiarme, no puedo ir a la boda de mi hermano en jeans.- Mencionó divertido dándome un tierno beso en los labios y separándose de mi, yo solté una pequeña risa y salí al balcón.

-Bien, ahora si podemos recibir a los invitados.- Mencionó tras de mi.

-¡Que nervios!

-No te preocupes, te ves preciosa, impresionarás a todos.

Cuando volteé a verlo, su corbata era también de color azul, hacía juego con mi vestido.

-Estamos en sincronía.- Dijo sonriente y guiñándome un ojo.

Nos dirigímos al hotel y allí ya se encontraban los padres de Abraham que charlaban con algunos invitados, los cuales eran los tíos de los Mateo, muy serios, por cierto.

¿Tienes tiempo para mí? (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora