Ed. Física vampírica

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Capítulo 2.

—Buenos días a todos, espero tengan ropa cómoda porque hoy haremos mucho, les doy 10 minutos para que corran a sus habitaciones, se cambien y vuelvan aquí.

Un silbato sonó y todo emprendimos carrera, en menos de lo esperado ya estábamos en el patio haciendo calentamiento. Debíamos hacer una especie de "carreras" con el maestro para definir nuestro estado físico. Poseía unos ojos azul cristal y una mirada profunda, algo misteriosa. Volviendo al tema de la clase, llegó mi turno.

—¿Señorita Catalaia Black?

—Soy yo. —Salí y me observó por unos segundos, sus ojos se tornaron en un dorado intenso.

—Sencillo señorita Black, el objetivo es alcanzarme... Si puede. —Dijo orgulloso de su velocidad.

—Reí con desafío— Lo haré.

En menos de 3 minutos lo alcancé.

—¡Whoa!, me alcanzaste en tiempo récord. Tienes un buen rendimiento, me servirás para algún deporte.

—Alcé las cejas en señal de sorpresa— Gracias maestro.

—Dime Nick —Dijo coqueto.

Oh, por favor. A este sí se le notaban sus intenciones.

—Okay, Nick. —Dije y rodé los ojos cuando ya no me veía.

Terminó la clase y noté que Bryttany y su séquito de clones, que por cierto eran 2, se encontraban mirándome de forma extraña y ciertamente provocadora, volteé a verla y sus pupilas se hallaban dilatadas, además de tener los ojos decolorados de rojo, su aura estaba más negra que de costumbre y algo me decía que tendríamos un problema, ni en una academia me libraba de los dichosos conflictos.

—¿Te pasa algo, Bryttany?

—¿Y te atreves a preguntar? Los profesores Harry y Nick son los más ardientes de la academia y son míos, de mi propiedad. —Remarcó las últimas palabras casi rechinando los dientes.

—Por el amor de Dios, no me importa de quién sean, no me interesa. De igual forma, ¿quién te ha dicho que son objetos? A ti no te pertenece nadie, tu nombre no está escrito en ninguno de ellos.

—Mira engreída —Escupió— Aléjate de ellos, no me importa que seas una cerebrito, ellos son míos, ¿entendiste?

Saqué mis colmillos, ya me tenía harta con sus estúpidos juegos de niña caprichosa, pero me llegó una visión del futuro: la vencería, pero por aquel conflicto, la directora me sacaría de la academia, así que decidí relajarme.

—Rió irónicamente— ¿Te asusté?

—Ni lo sueñes.

—Di lo que quieras, cobarde. 

En eso se acercó y trató de morderme pero como ya lo había mencionado, me tenía harta. Saqué mis colmillos y mis ojos se decoloraron de rojo, ella lo notó y se alejó, simplemente se alejó.

Iba por el pasillo y me choqué con el maestro Frank, sabía su nombre porque para ser sincera, sus ojos miel eran los únicos interesantes.

—¡Oh! Lo siento mucho maestro.

—Tranquila, ¿cómo es tu nombre, linda? —Preguntó con simpatía.

—Catalaia Black.

—Un hermoso nombre para una hermosa chica. —Dijo en voz baja.

—Reí levemente— Gracias.

¿Risita torpe? Eres un desastre, Catalaia.

—¿Qué clase tienes?

—Casualmente, idiomas.

—Entonces, ¿vamos?

—Claro.  —Sonreí.

Llegamos al salón y nos miraron con expresiones mal intencionadas, sin prestarles atención comenzó la clase.

Estaba en mi zona. Los últimos 2 años he tenido que viajar, lo hacía desde niña. Aprendí muchos idiomas para poder comer. Español, Inglés, Francés, Italiano, Coreano y Portugués, entre otros. Casualmente éstos son lo que veremos durante el curso. el maestro por su parte disimulaba sus miradas esporádicas durante toda la clase, y Amber me miraba con una expresión divertida, nos hablamos por medio de pensamientos hasta el final de la clase.

Noté al maestro un poco misterioso, como si tuviera nervios. Me escondí tras la puerta y me quedé viéndolo para ver qué hacía. Dijo algo en Latín, un extraño sello se iluminó en la pared mientras esta se abría y entró al conducto secreto, cuando entró, se cerró. Para mi suerte soy ágil y logré entrar después de él, llegué hasta una especie de súper biblioteca donde habían muchos documentos. Al parecer, el maestro estaba estaba estudiando o averiguando algo sobre el concejo vampírico. Había sobre la mesa un sobre que decía: "Frank". La curiosidad me invadió y me acerqué, cuando iba a tomarlo el maestro apareció, y me lanzó una mirada de sorpresa.

—¡¿Qué haces aquí?! —Dijo enojado.

—Eh... —Titubeé— Yo, nada.

—No me mientas. —Dijo con severidad.

—Está bien. —Dije tímida— Yo solo estaba siguiéndolo, porque no había visto esta parte de la Academia.

—Ni debiste verla. —Cuando se tranquilizó tomó el sobre de la mesa-— Esto es confidencial. —Dijo en voz baja y muy despacio, como si fuera un secreto de vida o muerte.

—No sé qué es eso.

—... ¿Segura?

—Totalmente.

— ... Bien.

Sentí un extraño escalofrío cuando sus ojos se posaron en los míos, me tomé el atrevimiento de leer sus pensamientos... Quería acercarse a mí, pero lo único que hice fue pedir disculpas y salir con la curiosidad de saber qué había en el misterioso sobre, llegué a mi habitación  y luego de permanecer callada por un largo rato, decidí contarle a Amber, necesitaba un consejo.

Academia Bleed (Versión física disponible)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora