Sentimientos encontrados

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Capítulo 13

—Entonces... ¿Solo yo puedo verte?

—Por ahora... Sí.

—¿Podrías explicarme bien?

—Puedo aparecer y estar donde me plazca. A partir de ahora solo 3 personas podrán verme, tú... Y otras 2.

—¿Y quiénes son?

—... No podría decírtelo con exactitud, no sé quiénes sean.

Hablamos por horas sobre todo lo que siempre quise contarle. Haber perdido a mis padres desde hace más de un siglo es uno de los hechos que no ha dejado de dolerme, muchas veces quise que estuvieran conmigo, poder tener su consejo, su guía o simplemente sus regaños, y nunca había sido posible. No puedo ser una desagradecida con aquellos que cuidaron de mí estos últimos años, pero es un anhelo que mi corazón inerte no deja de pedir. 

Dieron las 6:00 a.m. y la perilla de la puerta se estaba abriendo. Había vuelto a la realidad, una donde estaba sola con Amber, no sabía si mi madre vivía y mi padre era un alma en pena.

—Es Amber.

—Y yo debo irme.

Se giró y llegó a la ventana.

—¡Espera!

—Me miró— Dime.

—... ¿Dónde o quién es mi hermano... O hermana?

Sonrió de lado.

—... No tengo idea. Por ahora, puedo decirte que te amo y lo he hecho siempre.

— Sonreí— Yo igual.

—¿Cat?...

Se abrió la puerta, y la figura de mi padre se desvaneció a través de las cortinas blancas.

—¡Aquí estoy!

—¿Dormis...? ¡Oh Dios!, ¿por qué tienes una herida en el cuello? —Dijo hablándome con extrema preocupación.

Oh Mierda, Gastón.

- ¿Qué?... —Me toqué y un ardor inmediato se hizo presente, fui hacia el baño y me puse de frente al espejo, pero no veía nada.

—No logro ver ninguna herida, Ambs.

—¿Cómo que no?... Tienes una herida cerca de la carótida.

La observé confundida y volví a mirar al espejo, efectivamente había una herida grande que se estaba curando.

—Oh Dios.

Lavé la poca sangra que salió del lugar afectado y Amber me ayudó con un vendaje, era muy extraño, como si la herida hubiera desaparecido el tiempo que estuve con papá.

Pasaron los días y se acercaba Noviembre. Estaba sentada en la cafetería mientras tomaba un chocolate caliente con malvaviscos, agradecía el hecho de que no perdiéramos el gusto por la comida humana y pudiéramos conservar nuestros sabores favoritos con nosotros, era un hechizo complejo pero posible. 

El frío del otoño ya avisaba que las hojas se empezarían a decolorar de rojo, naranja y amarillo. No había vuelto a ver a papá, pero lo más seguro es que él a mí, sí.

En aquel momento una sola pregunta rondaba mi cabeza con insistente angustia, ¿con quién Pasaría navidad si no tenía a dónde ir? ¿Iba a quedarme allí sola?, ¿ o habría posibilidad alguna de irme a casa de Anna?

—¿En qué piensas, pequeña Black? —Salía humo de su aliento por el frío.

—Nada importante... —Mis ojos se perdían en ver las hojas de los árboles caer.

Academia Bleed (Versión física disponible)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora