Capítulo 27

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***Elsa***

Sentía cómo el aire me faltaba, entonces fue que abrí mis ojos con la necesidad de absorber con la boca todo el aire posible para sentirme viva.

Mi respiración era rápida pero gracias a la bocanada de aire comienza a descender a un estado intermedio, miro a mis alrededores y me veo en una habitación completamente blanca de hospital, me giro para ver alguna referencia al hospital donde me encuentro y leo una palabra sobre una bata de enfermera, "Guardianes".

Me tranquilizo al saber que no estoy en un hospital a donde cualquier enemigo pueda entrar, aquí siempre ha sido seguro y nuestros doctores son de gran velocidad en el trabajo para nosotros los miembros.

-¿Disculpen? – Hablo ligeramente para llamar a alguien, siempre hay alguien en vigilancia. Espero la llegada pero nadie llega – Oigan – Levanto un poco la voz.

Pienso en levantarme pero mis costillas me queman, aparte siento un gran peso sobre ellas, como si estuvieran aferrados a la camilla. Me quito las sábanas blancas y miro como una gran mancha negra cubre todo mi torso, la toco y llega hasta la camilla.

Es cierto, esta mancha viscosa me tiene aferrada a la camilla.

-Dios – Murmuro asombra - ¡Oigan! – Llamo la atención a quien sea que esté cerca pero nadie llega. ¿Qué hora es? Busco algún reloj en la habitación pero no consigo ver nada, miro a las ventanas pero todas están cubiertas por cortinas grandes color blanca.

Deben ser muy pesadas y gruesas para no dejar ver si hay luz.

-¡Oigan! Estoy aquí – Veo si acaso alguna de mis otros extremos tienen esa mancha, y nada que ver, todo se enfoca a mi vientre.

Mis ropas son un conjunto de pants con sudadera blanca y mis pies descalzos.

-¿Qué está pasando?

Me cubro de nuevo el cuerpo con la sábana delgada, me intento remover pero es inútil, ni acomodarme a gusto puedo.

¿Habrán pasado horas? ¿Días? ¿Qué sucedió para comenzar? ¿Por qué estoy en este lugar?

Intento recordar algo pero nada llega a mi cabeza, siento que va a explotar por todos los intentos que hago.

Mis párpados me pesan, me siento agotada y no puedo retirarme la capa negra de viscosidad en mi cuerpo.

-¿Has dormido bien? – Una voz masculina me sobresalta. Me giro para mirar de donde viene y es de una puerta al frente de mi camilla a unos metros.

Veo a un hombre alto entrar, piel grisácea, cabello y traje de gala negro de ojos ámbar. Sonríe educado y cierra tras él la puerta.

-¿Qué hago aquí? ¿Qué sucedió?

-Tranquila mi niña – Llega a mi costado y acaricia mi cabeza con delicadeza – Estás en un proceso del que te fortalecerás.

-Pero.....¿Para qué? Disculpe ¿Usted quién es?

-Omitamos esa parte por ahora, no importa mi nombre en estos momentos.

-Quiero salir pero no puedo señor, tengo esta mancha viscosa – Le muestro quitando la sábana.

-Esa mancha, mi niña, es tu proceso. Tú decidirás si crece y te dejas abrazar por su fuerza y habilidades.

-¿Qué pasa si la quito? ¿Si desaparece o la borro?

-Entonces te quedarás estancada en la miseria y el fracaso. Nunca saldrías de este lugar.

-Oh cielos. ¿Qué debo hacer para que me cubra toda?

-Sólo obedecerme en todo lo que te pida – El hombre logra apartar un pedazo de la viscosidad para untarlo en mi frente – Sólo deja que ésta mancha se ocupe de todo, cuando termine su trabajo tus fortalezas serán invencibles, tus miedos se alejaran y tus dones se fortalecerán.

-¿Cuánto tiempo llevará?

-Eso depende, yo vendré por cierto tiempo y cuidaré de ti. Ahora descansa- Con su mano en mis ojos lograr cerrar mis parpados y hundirme en un sueño.

***Narradora***

Ahí estaba Elsa, dormida, profundamente. En aquella sala de emergencias donde habían terminado su trabajo los mejores doctores e incluyendo a una de sus mejores amigas, Rapunzel.

-Es que....ya está curada su cuerpo – Murmura Rapunzel viendo cómo se llevaban a Elsa a su habitación.

-¿Por qué no ha despertado? – preguntó Tadashi con su mirada también en la camilla de Elsa.

-No tengo idea y eso me inquieta – Rapunzel comenzó a morder su dedo pulgar – Ella.....Ella está en la prisa fase de un coma.

Tadashi mira asombrado a la rubia.

Las enfermeras ya habían dejado a Elsa en su habitación, donde ella ahora tenía que pelear en sus adentros, y no dejar que Pitch la convenza a llevarla por el mismo camino que tomó con Jack hace dos años.


La Caída Del Guardián. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora