Maravillosas Heridas [Omegaverse]

9. Aprendiendo a ser tú

Los cambios en el cuerpo causados por un embarazo, no son exclusivos del periodo de nueve meses; a veces la verdadera prueba, y los  aspectos más complicados que se tienen que asimilar son hasta después del nacimiento.

Algo que estaba aprendiendo a lidiar el Omega Keun Suni.

Y es que nadie le hablo de esas cosas anteriormente, su padre lo intento siendo ignorado por el joven en ese entonces, algo lógico, él era incapaz de concebir, o eso pensaron todos; no era necesario hablar de algo que era imposible de suceder.

¿Para qué molestarse?; pensó Suni antes de conocer a Jian,

Sus caderas le incomodaban cuando noto como sus pantalones ya no se ajustaban tan cómodamente como antes; su piel se encontraba sensible, y su pecho cambio para poder atender el recién nacido. Los cambios siempre eran algo sobrecogedor en el caso de los Omegas masculinos.

Estaba asustado,

Y tal vez estaría aterrado si no tuviera a dos personas a su lado sonriéndole pacientes; o su pequeño en sus brazos. Su miedo, se tornó en irritabilidad y ansiedad al pasar los días, claro que intentaba no descargarse con Jian o Hye, mucho menos con Mae, como lo hizo su madre con él.

Su enfado se mostraba en cambio, en situaciones fuera de su hogar.

La gente al verlo pasar con bebe en brazos, y a veces concentrarse en algunos libros de psicología para mantenerse actualizado; le miraban mal, como si no debiera estar fuera haciendo cosas que su Alfa desaprobaría;

Le veían solamente como un Omega.

A Suni, siempre le gusto pensar que podría estar independiente; ajeno al juicio de otros. Razón por la que solía ir solo cuando tenía que hacerlo; aun con su hijo en brazos; algo que dejaba tenso a Hye en la puerta al despedirlo.

Un poco obligándolo; Hye termino por imponerse, y acompañarlo cuando salía, en especial al ver lo enojado que regresaba, mientras Mae se inquietaba por el humor de su madre.

Jian aún continuaba usando toda su paciencia posible con el Omega; siendo la situación que lo ponía a prueba, el que este generalmente no dejara ver lo que le pasaba, aun si no se alejaba de él.

En cuanto el Alfa veía que algo le ocurría Suni, y no quería hablarlo, solo se acercaba para acompañarlo en silencio, abrazándolo cuando este se relajaba.

—Solo necesita relajarse— le aseguro Hye, mientras Jian revisaba algunos detalles de un caso una noche con sus cejas juntas; estaba más estresado por no entender a Suni, que por su trabajo a veces—. Aún está aprendiendo a abrirse, solo sigue animándolo y no lo dejes solo...él está asustado de todos los cambios.

—Lo sé, pero no me daré por vencido intentando que me cuente lo que le pasa— contesto cansado, pero firme, recibiendo un poco de café de manos de Hye, mientras Suni estaba en sala alimentando a Mae.

—Podríamos intentar usando las cosas que le gustan...como las películas y los juegos de mesa.

Y así, con ese objetivo en mente; Hye se ofreció a buscar algo que pudiera ayudar a abrirse Suni, o al menos a relajarse. El Omega mayor sabía, que Jian casi no tenía tiempo; las pocas horas libres que tenía, las dedicaba a Suni, y su hijo. Así que la tarea de buscar algo para el joven Omega, que se enfrentaba a ser madre, recaía en él.

A Hye le emocionaba tener una misión, si le preguntaban.

—Hye— saluda tranquilo, un hombre que reconoce inmediatamente—. Veo que buscas algo.

—Teuk, es una agradable sorpresa encontrarte— le dice el Omega—. Si...estoy buscando algo que ayude a dejar estrés, o expresar algo— agrega, jugando con sus manos cerca de su pecho al no estar muy seguro de cómo explicarlo.

—Pues...creo que puedo darte un consejo— menciona pensativo, recargándose en su carrito de compra, y resbalándose un poco, casi cayendo, cuando este se desliza debajo de su brazo apoyado—. Bueno, y tú siempre me ayudas— se acomoda el cabello aclarándose la garganta avergonzado

—Me agradaría eso— asiente ligeramente con su cabeza—. Tú trabajas con... ¿niños?

—Más bien adolescentes— aclara Teuk—. Más problemáticos, pero ganas experiencia rápidamente.

El Omega le mira sorprendido. El Beta parecía alguien más bien dócil, demasiado amable y un tanto torpe; claro que Hye sabía que las apariencias, podían ser un engaño a veces sin intención de la otra persona. El castaño miro con atención a los ojos del otro, viendo aquel brillo característico de la inteligencia.

—Desde hace años— menciona el rubio, acompañando a Hye a la zona de juegos de mesa—, Soy asesor del grupo de teatro de la escuela, y muchas veces para ayudar a los nuevos integrantes— El Beta se detiene, al ver una caja de un brillante color rojo cuando pasan. La toma leyendo el título y mostrándosela al Omega—, Usamos este juego o algo parecido.

El castaño ve en la caja escrito: Charadas.

—Este juego ayuda a la imaginación, y poder expresar cosas sin palabras: usa la mímica y el lenguaje corporal— le sonríe tímido, al ver el ávido interés con el que el otro escucha cada palabra—. Sé que es un adulto tu hijo...pero se puede intentar, supongo— baja un poco la cabeza sonrojado, al ver la sonrisa en el rostro de Hye formarse.

— ¡Yo también creo que puede funcionar!— le confirma extasiado, abrazando la caja contra su cuerpo—. Ah...lo siento, estoy muy emocionado— se disculpa al darse cuenta de su reacción.

—Está bien— le tranquiliza, sonriéndole con un sonrojo—. Casi lo olvido— interrumpe enrojeciendo más de sus mejillas—Déjame invitarte un café, por todas las veces que me has ayudado— susurra convirtiéndose en un manojo de nervios.

—No es necesario— Menea su cabeza— Fue un placer, pero me encantaría platicar más— Le sonríe, caminando a la caja.

El Omega, estaba extrañado de porque el Beta estaba tan nervioso cuando le hablaba, o porque el color de su rostro, pero igual le agradaba el carácter del profesor.

La tarde paso, entre la brisa cálida y una taza de café.

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Los veo pronto...espero xD

Gracias por leer ^^