Maravillosas Heridas [Omegaverse]

19. Fotografía Sepia

El click de la cámara y el zumbido fugaz del lente al abrirse, eran cosas a las que se terminó por acostumbrar Hye, en especial si eres pareja de un aficionado a la fotografía con cámaras antiguas.

El Beta gustaba de capturar todo lo que llamara su atención, usando una de sus cámaras preferidas que era capaz de crear una foto instantánea.

Ya no eran jóvenes, así que contestar con honestidad sobre su relación no era un problema; claro que no todo era fácil, la marca de su cuello, a veces le hacía pensar en Shin, y eso era algo con lo que tendría que vivir, aun si el no profesara un afecto romántico hacia ella.

Y estaban esos encuentros entre el Beta con la siempre orgullosa Alfa; esos donde la mujer empequeñecía al hombre con su mirada, algo normal considerando que Shin podría superarlo en fuerza sin ningún problema.

―Estas aquí― gruñía la Alfa como siempre al encontrarse con él, más por costumbre que porque lo odiara.

―Hye baja en un momento, y Mae no está― agregaba, esperando que la mujer dejara de mirarlo. Ya se acostumbraba a sentir la dureza del carácter de Shin cuando se encontraban, pero eso no impedía que sintiera miedo.

― ¿Estas nervioso? ― Con un reto implícito en sus palabras, la Alfa le encaro, sorprendiéndose de que el Beta no bajara su mirada.

―No, solo es cansancio...los adolescentes son difíciles― Con decisión, Teuk no permitió que la mujer sintiera que gano algún tipo de batalla mostrándose temeroso.

―Te doy razón en eso― reconoció un poco el mérito del profesor, teniendo en cuenta que ahora los grupos escolares comenzaban a ser de clases mixtas.

Para Shin era el conflicto de su vida, el dejar ir lo que tuvo con Hye; su tristeza de poder olvidar le pesaba, aun lo amaba. En los últimos años, intentaba abrirse a una insistente y nada tímida Omega; que más bien era la Omega la que parecía seguirle el rastro.

La Alfa conocía a pocos de su clase, siendo su hermano el único, hasta que se topó con Jian; cabe decir que la mujer se sentía un poco frustrada con lo gentil que era el Alfa que estaba unido a Suni, y suponía que, con el carácter del Omega, ese hombre se alejaría tarde o temprano, cosa que no fue así. El pelinegro sería muy suave a ojos de otros; más bien guardaba su aplomo para los tribunales, queriendo ser el mismo con los que amaba.

Termino por dejar que el abogado ganara su simpatía, en especial por la forma tan sutil en que lograba tomar sus decisiones y lidiar con el peculiar carácter de Suni.

En cuanto a ser abuela, era una de las cosas en las que se tenía que acostumbrar cada día; la voz de Mae llamándole de manera cariñosa, era algo con lo que a veces no tenía mucha idea de cómo responder.

― Abuela, has venido a mi cumpleaños otra vez― le tomo de la mano Mae, cerca de sus doce años una vez, pronunciando tan correcto como podía y sin detenerse a pensar, solo mostrándose abierto con ella―. Espero te guste el pastel, ¡A mí me encanta!

Al fondo se reía Hye, mientras Jian se sonrojaba recordando cierto evento relacionado con pasteles, cosa que hizo mirar extrañada al niño, aunque no le dio mucha importancia. Mae por su parte, consideraba ser muy suertudo al tener tantos abuelos.

La cordialidad fue el primer paso en que su hijo y la mujer pudieron comenzar a entablar una conversación, las emociones negativas iban yéndose, pero estaban aún impregnadas en sus recuerdos.

Sentada en la mesa, y observándose parte de la escena, Shin sonrió para una fotografía de una cámara que Teuk programo, para capturarlos a todos.

Su relación con su hermano mejoraba, quien aún estaba casado con el Omega, aun si este no podía dar la descendencia que sus padres querían, decidiendo después de muchos años comenzar un largo proceso de adopción.

Las cosas no eran como lo que pensó alguna vez,

Pero la vida no sigue ningún plan.

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Los quiero :)