Su cabeza le punza, a punto de desencadenar en un fuerte dolor de cabeza; pero trabajar, y mantenerse ocupada parecía ser algo que la aliviaba, o alejaba su mente de pensar en que ahora estaba sola, en que Hye ya no tendría un lugar para ella en su vida.
Ella era un Alfa, debía ser fuerte.
Había sido como todo Alfa debía ser, era de esperarse que sus hijos también lo fueran; pero el cuerpo de Suni, le recordó que una vida plena, era algo que hasta a quien cumpliera su rol de manera excelsa, la sociedad podía negarles.
Culpaba a Suni, su propio hijo; porque sentía el rechazo de su Omega, y porque culparse, terminaría por consumirla.
Trabajar largas horas la mantenía ocupada, así que no tenía que darse cuenta de que comenzaba a despreciar todo; de que al llegar a casa, con poco más de cuarenta años, se había quedado sola. Pero aún no era consciente de las causas de su situación de los errores que cometió, de cómo dejó que los juicios ajenos guiarán su vida.
A veces, cuando quedaba sola en los amplios pasillos del edificio donde trabajaba, forzaba a su mente a pensar en otras cosas, buscar obligaciones a pesar de haber acabado todo. Y cuando la soledad, parecía orillar a ver su realidad, entonces analizaba los problemas de otros, a veces los de su hermano; quien parecía estar en una posición similar.
Su hermano mayor, con quien tenía una relación de extraños que se conocía perfectamente, por más irónico que sonara— y siendo la única forma en que podía describirlo—, también era rechazado por su familia. Su hermano, Park Cheol, estaba atado a un Omega incapaz de concebir, pareciéndose ilógico lo devoto que le era, que a pesar de todo, permaneció con su pareja.
Y el desprecio por su hermano no disminuyó, mucho menos, al ver que a él no lo culpaban de la misma manera que a ella; su trabajo no sufrió cambios, nadie lo miró con alguien que había cometido un error; aquello no le extrañaba, su hermano siempre había tenido todo, las responsabilidades solo caían en su Omega.
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Cuando Shin se sentía más vulnerable, solía tomar su teléfono móvil, y llamar al que fuera su hogar; escuchaba el timbre de llamada, ignorando el silencio de su apartamento. Ella había pensado en conseguir una casa, pero su inconsciente temía, que las habitaciones vacías fueran a devorarle.
—Mamá— respondía siempre suni, con un tono amargo, y llamándola así por mera costumbre—. Si buscas a Papá, el no hablara contigo.
Colgaba sin decir nada, más que por su orgullo, por el rechazo de su Omega, lo que alguna vez fue su familia.
Y así, siguió su vida, esas noches, como tardes, solitarias; comenzó a beber en aquellos días que se sentía perdida, pero su orgullo; aquella naturaleza digna, con frecuencia sensata, que la caracterizaba, sabía que aturdir su mente no era la solución; entonces su orgullo, la mantuvo a flote.
Las caminatas largas, y el viento nocturno de la ciudad, parecen calmarla. Comienza a tomar como parte de su vida, el salir todas las noches, caminando hasta que su cuerpo se sienta agotado. Solía llegar hasta un parque, con largos pasillos de luminarias, y que tenía al fondo, como si de un escondite se tratara, unos columpios.
Le parecía gracioso, que el lugar donde pasó su infancia, fuera tan similar a ese; donde parecía que pasaría el resto de su adultez, pero igual de sola que en ese entonces.
Ahí es donde, a lo lejos, en un parque que le recordaba su infancia, está una mujer que la observa, que a veces, cuando la ve pasar, quiere hablarle, porque la recuerda, y nunca la ha olvidado. Esa persona, nunca podría olvidar aquellos ojos azules, mucho menos el nombre de esa Alfa, que componía uno de sus recuerdos felices de su infancia.
La primera vez que la vio, no estaba segura cómo acercarse, y a pesar de que trabajaban en el mismo lugar, eran técnicamente extrañas. Pero ya no era una niña, y las dudas pueden extenderse toda la vida.
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Estoy cansada jaja, debo bajar el ritmo nuevamente. Gracias por leer :)
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Maravillosas Heridas [Omegaverse]
Fanfictionchicoxchico, evitala si te incomoda. [Un cuento de maravillas #4] (se puede leer sin el 2 y el 3, pero es necesario leer el primero: maravillosa imperfección) La vida del Omega Keun Hye quizá un poco triste al principio, pero ideal cuando cono...