Mae era un niño, con afán de aprender y en extremo curioso. Sus pasatiempos, era los convencionales en un niño, adicionando su extraña fijación con los juegos de mesa, en especial aquellos que implicaran armar algo, volviéndose muy entusiastas con los rompecabezas, particularmente por los juegos que fueran de lógica.
Una de las cosas que más le llamaba la atención, era que una de las razones del semblante decaído que su padre llegase a mostrar, era debido a que madre era alguien complicado; según llego a escuchar alguna vez, hasta su abuelo, mencionaba lo difícil que podía ser su madre.
El niño, aun sin entender a que se referían con esas palabras, o que quería decir que una persona fuera complicada, abrazaba a su padre, y le decía que no se rindiera, pensando, que un día, entendiendo que era alguien complicado, ayudaría a su padre; Mae intentaba disimular lo entretenido que le parecía la expresión de su padre al querer entender a su madre, como si intentara decir una palabra muy complicada.
A los tres años, Mae era un tanto parlanchín, tomando como rasgo de su padre, el ser demasiado quisquilloso con los términos y la forma correcta de decir las cosas; a pesar, de que el pequeño dejaba pasar sus errores naturales; con el ceño fruncido y ojos verdes corregía a sus padres, aun si el consejo no fuera uno, y solo cambiara la palabra a como Mae le parecía se pronunciaba, según lo que era capaz de recordar; sus padres le miraban divertidos.
El carácter del pequeño de la casa, comenzó a dar sus primeras grandes características poco después. Con una jovial y usual sonrisa, se mostraba tan amable como Hye, aunque solía ser algo apático cuando se enfadaba.
Para el mundo infantil del pequeño Byung Mae existían muchas cosas que no entendía, algunas otras, como lo era la expresión de alguien frustrado, las logro identificar en sus primeros años, en especial por su padre; el Alfa, a pesar de los años, aun sufría con el enigma de entender a Suni.
El primer día de escuela, como fue decidido por sus padres, el abogado llevo a Mae, aprovechando su ruta al trabajo. Mae miraba con cautela la verja del jardín de niños, para después fijar sus ojos verdes en los de su padre.
―No tienes que estar triste papá― la vocecilla del pequeño le hace notar que no ha soltado la mano de Mae― Estaré bien,―asegura―, ¿Te gusta el pastel? ― pregunta sin dar tiempo a Jian a decir nada―. A mí me gusta mucho.
―Eh...― parpadea el Alfa, intentando llevar el ritmo de su hijo― Si, me gusta mucho también, ¿Quieres un poco cuando regreses de la escuela?
―No es para mí― niega Mae, con expresión seria― Es para ti, para que te animes un poco...deberías buscar pastel papá.
Aquella peculiar forma de despedirse de Mae en su primer día, termino por hacer reír a Hye, e incluso a Suni quien, se burló de el diciéndole que talvez el pequeño lo vio sentimental.
―Es normal Jian― Sigue riéndose Suni por teléfono unas horas después de aquello― Todos los padres se ponen algo sentimentales con esas cosas.
Jian solo entrecerro los ojos algo molesto, simplemente dejando que Hye y Suni siguieran disfrutando de la situación― No estaba sentimental― replica algo avergonzado―. Mae solo pensó que lo estaba.
El infante, que aun desconocía que era Omega, era alguien que solía decir las cosas que le parecían incorrectas; si podía participar en clase, lo hacía sin dejar oportunidad ir, aunque era un niño que intentaba apegarse a lo lógico, o a lo que él creía era lo correcto.
En otras palabras, Mae era alguien que mostraba entusiasmo en estudiar; el chiquillo, puso su notable empeño cuando en algunas conversaciones, escucho que su madre tenía las cosas difíciles; con lo cual, el niño decidió dar todo de sí para ser alguien como su madre, y ayudarle para que no todo fuera difícil, aun si no le quedaba claro que era lo que era difícil para su madre.
Claro, que la convivencia con sus compañeros era amigable; a pesar de lo su afición por aconsejar, y lo estricto que podía ser con sus tareas; gustaba de correr o jugar con otros niños. Las clases, o el segundo genero aun no eran un problema, nadie tenía uno, haciéndoles iguales.
Poco después, sus esfuerzos estarían fundamentados en otra razón, una más personal, en especial cuando supiera lo que ser un Omega significaba; Mae avocaría enormes esfuerzos por sobresalir, siguiendo el ejemplo de su madre, y poder ser lo que él quisiera sin que le digieran nada. Mientras, todos los niños que aún no estaban regidos por un segundo género, jugarían libres y sin preocuparse por ello.
Nadie pensaba en lo que enlazarse podía significar, en las ventajas que ser un Alfa les daba, o ser un Beta sin estándares que alcanzar.
Y en uno de sus días, conocería al impulsivo, con tendencia a meterse en problemas por eso, Alfa Ahn.
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Comenzamos el arco com Mae y Ahn <3
Espero no se les haga lento o aburrido...como poquitos me dan su opinión no se jaja.
Pero la estoy haciendo con mucho cariño :3
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Maravillosas Heridas [Omegaverse]
Fanfictionchicoxchico, evitala si te incomoda. [Un cuento de maravillas #4] (se puede leer sin el 2 y el 3, pero es necesario leer el primero: maravillosa imperfección) La vida del Omega Keun Hye quizá un poco triste al principio, pero ideal cuando cono...