La casa de Keun Hye, paso de estar llena de días pacíficos, a alegres ajetreos con la adición de Jian a la familia, y el próximo nacimiento de su nieto; el Omega se encontraba absolutamente feliz; el padre de Suni amaba a los niños, además de que la idea de que alguien tan amable como Jian estuviera para su hijo, le parecía algo casi idílico;
Casi.
El humor de Suni, se tornó un tanto huraño; su hijo, que no dejaba salir sus emociones, un viejo mecanismo de defensa en la niñez, se mostraba a veces huraño con el Alfa, poniéndose incluso irritable con la sola mención de la palabra Alfa, aunque, sus rabietas eran bastante llevaderas, el carácter poco explosivo del joven Omega, ayudaba a no generar grandes peleas.
Y también, estaba la cuestión de las hormonas.
El Alfa de cabellos negros, tenía una paciencia enorme para descifrar al pobre, y confundido Omega. El abogado entendía la situación; Suni vivió toda su vida como un Beta, los cambios en su cuerpo debían asustarle, claro que, el rostro del Alfa se tornaba en confusión, aprendiendo a leer entre gestos de su pareja, lo que sentía.
Las discusiones entre el matrimonio que apenas comenzaba, eran por demás peculiares; graciosas incluso. Los conflictos solían suceder en tres etapas: Jian preguntando al Omega que le pasaba; Suni que no respondía más allá de monosílabos; y finalmente, Jian se iba con gesto triste, ojos algo desesperados para darle espacio al Omega.
La parte curiosa de las discusiones, era cuando Suni regresaba a buscar a Jian, y terminaban ambos en su habitación, donde el Omega cedía abrazando al Alfa.
Hye suspiraba contento entonces, una familia grande, fue algo que siempre quiso; la llegada de un Alfa tan noble como Jian, y la inesperada noticia de un nieto, le hacían sentir completo.
Hye disfruta sus días con la presencia de su nueva familia.
El Omega mayor, con uso de su experiencia; orientaba a la joven pareja, que en ocasiones lucía un tanto inquieta con los cambios que Suni presentaba; la piel del Omega menor, se comenzó a ver lozana, sus ojos tenían un brillo peculiar, y sus caderas se notaban prominentes, a diferencia de sus medidas anteriores.
—¿Ya han decidido el nombre?— pregunto un día Hye, mientras veía a Suni dormirse agotado en el hombro de Jian, quien sonreía como si no hubiese nada más hermoso en el mundo, haciendo sonreír enternecido a Hye.
— ¿Nombre?— pregunto casi en un susurro el Alfa para no despertar a Suni—. Tenemos algunas opciones— se quedó pensando un momento intentando recordarlas.
—Así que han hablado sobre eso— dijo emocionado Hye, alegrándose de que su hijo estuviese abriéndose con Jian—. ¡Me alegra mucho!— finalizo con extremo entusiasmo.
—Ah bueno— Se sonrojo Jian ante el entusiasmo de Hye— Si, solemos hablar bastante, en la noche conversamos sobre planes futuros y cosas parecidas— reía apenado, con uno de sus brazos alrededor del Omega—. Aún estamos eligiendo nuestras opciones favoritas, hasta algunos de sus pacientes nos han sugerido algunos.
— ¿Cómo ese chico que tiene demasiado carácter?—menciona Hye, buscando el nombre en sus últimos recuerdos—. ¿Soo?— asiente seguro—. Sí, creo que era ese pelirrojo demasiado honesto.
—Honesto— resopla divertido el Alfa— Podemos decirle así, aunque parece que le entretiene insultarme...no le culpo, ha tenido una vida muy difícil, pero parece ser que mi amigo Yo tiene algo entre manos para ayudarles.
— ¿Es verdad?— pregunta esperanzado Hye—. Hubiese sido demasiado doloroso que les separaran, espero puedan ayudarles...estar con quien amas, no debería estar condicionado más que por tu propia felicidad— comenta el mayor, con sus ojos ausentes, como si recordase algo muy doloroso, como algo feliz.
Jian no dijo nada, solo sonrió triste; hacía tiempo, que Hye le conto la situación con la madre de Suni; haciéndole sentir miserable por sus dudas. La idea de todo lo que tuvo que pasar quien amaba desde su niñez le hacía rabiar, algo extraño en su naturaleza gentil.
—Pensé que se irían— susurra el Omega mayor, como si lo dijese para sí mismo.
—Confieso que se lo sugerí a Suni— el Alfa le miro sincero—. Pero él no permitiría que estuviese solo, al final, mientras pueda estar con él y con mi hijo, — Se encogió de hombros— El lugar no es importante.
El pelinegro, ve como su pareja está sumido en un profundo sopor, lo mueve un poco para asegurarse, y lo carga en brazos cuando ligero es para llevarlo a la cama. Antes de llevarlo a la habitación, donde ambos dormían juntos; miro al mayor y correspondió la sonrisa dulce que Hye le dedicaba.
—Asegúrate de que no se despierte— dijo con sus labios, sin emitir sonido alguno.
Aunque, conociendo a su hijo, ni un terremoto implacable lo despertaría pronto.
Hye se quedó en silencio en la sala una vez se retiró el abogado; con una taza de té frio en sus manos, reflexiono sobre las últimas palabras que le dijo a Jian:
<<Estar con quien amas, no debería estar condicionado más que por tu propia felicidad>>
Hasta ese momento, no noto, que antes, cuando todo lo que quería era estar con su Alfa; no habría sido capaz de decir algo similar, carente de valor y avocando su vida a complacer; como sus abuelos le dijeron, como todos le dijeron.
Apretó la taza en sus manos, y guardo esas palabras en su memoria, asegurándose de no olvidar ni una letra;
El amor no debería ser juzgado.
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Espero que no parezca que le doy vueltas xD
Tendrá 23 capítulos (epílogo incluido), también se incluirá un arco con la historia de Mae y Ahn.
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Maravillosas Heridas [Omegaverse]
Fanfictionchicoxchico, evitala si te incomoda. [Un cuento de maravillas #4] (se puede leer sin el 2 y el 3, pero es necesario leer el primero: maravillosa imperfección) La vida del Omega Keun Hye quizá un poco triste al principio, pero ideal cuando cono...