11. La normalidad que se tenía

460 59 12
                                    

Ojos de color chocolate escudriñando analíticos, interpretaban cada acción de un rostro que le sonreía, ajeno al intensivo examen al que era sometido en ese momento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ojos de color chocolate escudriñando analíticos, interpretaban cada acción de un rostro que le sonreía, ajeno al intensivo examen al que era sometido en ese momento.

—Ahora somos amigos— dijo al joven terapeuta, que seguía buscando alguna señal de turbación—.Todavía es parte de la familia...me cuesta creer que al fin pudiéramos decir lo que guardamos por tanto tiempo.

—¿No discutieron? — negó suavemente— Mejor dicho; ¿No intento ella hacer lo que se le antoja? Como antes...

A Suni le parecía irreal, hasta risible que esa mujer tan resentida y despiadada hubiese cambiado; su trabajo le demostraba que dejar atrás los errores era posible, pero su infancia; su dolor lo hacía negar que su madre cambiara; título que lo decía más por costumbre que por convicción.

―No, realmente los años nos han hecho pensar...―insistió el Omega, viendo a su hijo, con una mueca idéntica a Shin cuando no quería aceptar algo―Sabes, hasta que platiqué con ella; me di cuenta de que tan mala era su relación con sus padres.

―Volverás... ¿Volverán? ―titubeo el más joven, acomodándose al otro lado de la mesa de la cocina.

Hye meneó su cabeza para responder, manteniendo su cálida sonrisa—. No, eso eso algo que no podría reconstruirse...solo quiero que sepas que la quiero por ser parte de la familia...y creo que hay alguien interesada en Shin— río divertido, recordando lo apenada que se veía al mencionar a la Omega.

― Me alegra por ti papá ―Los labios de Suni se curvaron amables, una expresión que solo mostraba a contadas personas.

― ¿Y Mae? ―pregunto curioso Hye.

―Hoy es el día libre de Jian, les di un poco de tiempo entre padre e hijo― explico riendo― Pero ya debe tener hambre.

Suni se levantó dejando a su padre quien asintió.

El Omega, no estaba seguro de que concluir con la plática, o si su opinión con respecto a su madre cambio en algo; desconoce si aún le guarda rencor, no obstante, si la Alfa quisiera ver a Mae, no se lo negaría; es su nieto por más que él se sintiera molesto al verla.

Esa misma tarde, aprovechando la presencia de Jian; comenzaron a poner en práctica el juego recomendado por el Beta. Algunas de las palabras, eran emociones, donde tenían que interpretarlas sin hablar; Suni estaba furioso por lo complicado que le resultaba, y porque Jian iba ganando.

Mae reía disfrutando las muecas que hacían sus padres y abuelo; aplaudía un poco agitándose sobre el regazo de quien lo cargara en el momento. El pequeño no estaba seguro de lo que ocurría; solo se entretenía viendo la irritación de su madre al expresarse.

Al final, el éxito del juego no fue notable; aunque, era un comienzo en ayudar a Suni a abrirse.

Un poco preocupado, el mayor de la casa llama a Teuk para pedirle consejo.

—Para Suni esta resultando difícil— suspira— ¿Quizá es por su trabajo?, quiero decir; ¿Por ser terapeuta que controla totalmente sus emociones?

El Beta escucha atentamente, analizando con detenimiento cada palabra.

Ser un terapeuta no te hace inmune o capaz de suprimir de manera absoluta tus emociones— aclara, con su tono cortes que le caracteriza— Es imposible o eso creo.

— Mi hijo— agregó el Omega—, Suni fue un niño que tuvo que madurar rápido, y al final tuvo que formar un carácter así...pero él es un gran hombre, dulce y amable; aun si él no lo acepta— termina con su voz decayendo triste.

Algunos adolescentes— comenta repentinamente— Embotellan todo y terminan sin saber qué hacer cuando tienen que enfrentar sus emociones— Teuk espera un momento para ver si Hye quiere decir algo—. Solo necesita tiempo, ya verás que aceptará lo que siente sin apenarse de ello— le anima.

— Supongo que no todas las cosas malas se olvidan fácilmente— reconoce Hye.

Es más fácil quedarse con lo malo— El Beta lo sabía, tanto por el cómo por sus alumnos—. Estoy aquí para ti.

Teuk se queda callado, dándose cuenta de las palabras nacidas por un impulso. El Beta se recrimina a sí mismo.

Talvez no lo escucho...

Yo...debo irme, hay algunos pendientes y....— el rubio trago grueso y con un poco de pánico—. Hasta pronto Hye.

El hombre cuelga, mientras el Omega ve el teléfono como un objeto en extremo fascinante. Escucha el tono de colgado del aparato sintiendo su rostro ruborizarse.

Ignorando una sonrisa más notoria de lo normal en Hye, continuaron con el juego poco después; el mayor se escabulle, dejando a la pareja sola y llevándose a Mae.

Había notado que Suni se relajaba más con menos personas; el intentar abrirse con su pareja, podría ser un paso muy importante, algo que creía Hye sin duda.

— ¿Y tú papá? Estaba aquí cuidando a Mae— pregunto Jian, siendo consciente apenas, de que ni Mae ni Hye estaban ahí.

— ¿Cuándo se fueron? — observo el Omega extrañado, aun en una pose inusual, buscando interpretar un mimo—. Supongo que tendría sueño Mae y papá se lo llevó.

Suni sabía que el pequeño de tres meses, gustaba de ser muy enérgico en la mañana, y agotarse por la tarde.

—Dejemos el juego hasta aquí— opinó el castaño—; Era papá quien quería jugarlo.

—Pero— pidió Jian, al ver al otro recoger algunas tarjetas— Deberíamos terminar las palabras que quedan al menos...y te has vuelto muy bueno expresando con pocos movimientos lo que quieres.

—¿Lo crees? — pregunto bajo, sonrojado y desviando la mirada.

—Sin duda— asintió enérgicamente.

El Alfa se volvió un poco aficionado del juego, y, aunque no lo dijese en voz alta; ver a Suni con diversas poses y expresiones que se le escapaban al concentrarse, era algo que disfrutaba; grabando en su mente aquella expresión triunfal cuando nadie atinaba lo que interpretaba.

Recordando con cierto vacío en su pecho; que solía jugar con su primo a algo parecido cuando niños, antes de que se lo llevarán una vez alcanzo cierta madurez como Omega.

Suni y él le buscaron, descubriendo que estaba en otro país; que se encontraba bien, aunque desconocían si era feliz.

Suni le animo a creerlo,

y el también quiso tener fe en que quien, fue como su hermano, era feliz.

__________________________________________________________________________________

¿Adivinen quien le robo la computadora a su vecino mientras esta de vacaciones 7w7?

Resulta que sin computadora me concentró más en mi hora diaria de escritura jaja.

Un abrazo <3

Maravillosas Heridas [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora