Capítulo 25: Incorporación

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La conversación que mantuve con Josh en el jardín de Gregory se me repetía una y otra vez. Mi forma de actuar nos ponía en peligro. Eso era lo que había dicho Josh. Entonces... ¿Qué se suponía que debía de hacer? ¿Tratarle cómo si fuera un príncipe porque pertenecía al Sector 2 y yo al cuatro? ¿Cómo si fuera alguien superior a mí? Cada vez que me lo preguntaba mi cuerpo reaccionaba con una negativa rotunda. Lo rechazaba de forma contundente. Por suerte los días siguientes vi tan poco a Josh que no tuve mucho tiempo de analizar mi comportamiento frente a él.

Al día siguiente de la fiesta, Josh interrumpió en nuestra habitación de madrugada para marcharnos de la casa de Gregory. Cuando le pregunté qué pasaba, tan sólo me contestó:

—Ya estás suficientemente recuperada para irnos.

Y con aquellas palabras nos hizo salir de la cama y prepararnos a toda prisa. En menos de diez minutos nos encontrábamos en un coche de lunas tintadas conducido por Jake.

No aclaró por qué nos marchábamos tan rápido, aunque me temía que era debido a mi actuación de la noche anterior.

El camino a casa de Josh fue largo, pero disfruté de cada momento. Y no sólo por lo cómodo que era el asiento de piel del vehículo, si no porque podía disfrutar observando el sector con calma y sin miedo de ser descubierta. Hacía mucho que no lo veía de día y no podía evitar admirar las casonas a la tenue luz del alba. Pocas tenían jardines, pero las calles estaban bordeadas por arboles. Eso y el hecho de que las calles estaban bien pavimentadas y señalizadas, daban una imagen de orden y limpieza que carecían los sectores inferiores.

Cuando llegamos a casa de Josh descubrí dos cosas que me llamaron la atención: una fue descubrir que nos había estado siguiendo un coche donde se encontraba el resto del grupo con el que había compartido un refresco la noche anterior; la otra, que la casa de Josh era mitad vivienda mitad sede de La Organización. Intenté disimular mi perturbación ante este último hecho. Todavía seguía intentando acostumbrarme a que Josh no era un simple miembro de La OLIC.

Mientras el resto del grupo se marchó a los departamentos de la sede que se encontraban ocultos detrás de una puerta del garaje, Josh nos guió a Tony y a mí a la parte superior de la vivienda para instalarnos.

La casa de Josh no tenía nada que ver con la casa de Gregory. Mientras que en la de éste reinaban lo clásico llegado a un extremo ostentoso, la casa de Josh era más bien moderna. También se apreciaba claramente que no existía el mismo nivel económico, la casa de Josh era la mitad de tamaño que la de Gregory, de la cual sólo vi una parte muy pequeña. En cambio sí que me recordó bastante el estilo a la casa de Aron. La tecnología y la domótica eran algo que predominaba en la vivienda, tanto como el color gris oscuro y beige. Aun así no era una vivienda oscura, ya que estaba recubierta por cristaleras ahumadas que iban de suelo a techo. Esto hacía que entrara mucha luz, sobre todo en el salón donde dos de sus paredes daban al exterior. La vivienda era increíble, realmente bonita y... tremendamente fría. Eso fue lo que pensé mientras recorría el pasillo decorado con cuadros minimalistas, de los cuales tenía la sensación de que Josh no era consciente ni de que estaban ahí.

La casa incluía un gimnasio, de un tamaño considerable, y una piscina vacía, a la que se accedía a través de los vestuarios del gimnasio. Cuando recorrí la vista por la sala impresionada por el enorme agujero que había en medio no pude evitar preguntarle a Josh por el motivo de que estuviese vacía. Sólo dijo que era muy caro, aunque tuve la sensación de que tenía un significado más profundo.

La vivienda tenía tres habitaciones con sus respectivos baños. La de Josh —que en su recorrido sólo nos la señaló sin abrir la puerta—, la de Sussie y la de invitados. La idea era que yo durmiese en la habitación de Sussie mientras Tony dormía en la de invitados. Así lo hicimos la primera noche. Sólo duró aquella noche. Al día siguiente apareció Tony con sus grandes ojos pardos húmedos por las pesadillas. Le había arropado en mis brazos hasta que se durmió, desde entonces dormía conmigo en la habitación de Sussie.

Sector 0: El despertar (libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora