La cara de mi hermano amoratada con una bala en la frente me hizo gritar e incorporarme.
—Tranquila —me susurró al oído. Su voz me devolvió a la realidad calmándome, aunque seguía con el corazón acelerado. En la oscuridad de la habitación podía sentir su cuerpo junto al mío mientras me sujetaba con suavidad por los hombros—. Todo está bien, estás a salvo.
Me volví a tumbar haciéndome un ovillo mientras escondía mi rostro entré mis rodillas para ocultar un sollozo. La tristeza me oprimía el pecho. Noté cómo Jake se volvía a acostar. No me llegaba a tocar pero sentía su cuerpo detrás de mí. También oía la respiración acompasada de Tony enfrente. "Por lo menos no estoy sola" pensé a la par que los sucesos de la noche volvían a mi cabeza.
Después de conseguir escapar del edificio de la banda de Tim todo lo recordaba borroso, igual que un sueño.
Cruzamos la frontera a pie después de que Jake aparcarse a unas manzanas. Me guiaba cogida de la mano como si fuera un muñeco roto. En sus brazos llevaba a Tony que seguía gimoteando mientras trataba de calmarle con palabras suaves que no llegaba a entender. Nadie nos impidió cruzar la frontera. Había echado un vistazo desganado alrededor y me pareció que varios guardias dormían mientras otro se hizo el despistado. Ni control de identificación, ni drones de vigilancia. Al otro lado nos esperaba un amigo de Jake que nos llevó a su casa.
Una vez en su casa nos dio unas toallas y nos indicó dónde podíamos dormir. Tony se había dormido durante el camino, nada más llegar Jake lo tumbó en la cama y lo arropó. Después se sentó a mi lado y me envolvió con sus brazos. Estuve un buen rato llorando contra su pecho hasta que el agotamiento me pudo y me dormí.
Ahora cada vez que cerraba los ojos veía a mi hermano con una bala en la frente. Me volví apretujar más contra mis piernas.
—¿Mejor? —me preguntó Jake en un susurro. Me sorprendió escucharlo, pensaba que estaba durmiendo.
—Sí —respondí. Me quedé unos segundos callada antes de continuar—. No puedo dormir. Me da miedo cerrar los ojos. —Percibí cómo Jake se giraba hacía mí. Cuando apoyó una mano en mi brazo me sobresalté. Lo notó y apartó la mano murmurando una disculpa. ¿Por qué me había puesto así? Hacía unas horas me había estado abrazando para calmarme.
—Si quieres podemos charlar un rato —dijo pasado un rato.
—¿Sobre qué? —pregunté sorprendida mientras me giraba para estar frente a él.
—¿Quieres que hablemos sobre... tu hermano? —Nos quedamos en silencio. Apenas veía más del contorno de su rostro por la oscuridad, pero sentía el calor que transmitía su cuerpo y su olor. Eso me serenaba.
—Era como un grano en el culo. —Conseguí decir mientras una lágrima rodaba por mi mejilla—. Siempre estaba metido en problemas y tenía que buscar la forma de sacarle de ellos. —Me callé unos segundos—. Cuando se metió en la banda me dejó de lado, ya no me hablaba, ni me dejaba acercarme a él. Me dejó sola —dije con tono acusador.
—Tal vez quisiera protegerte —comentó de forma suave.
—Lo sé. —Cerré los ojos dejando que las lágrimas cayesen.
—Te quería y te mantuvo al margen. Era un buen hermano. —Me dio la sensación que había dolor en esas palabras.
"Ha sido mi culpa" pensé para mis adentros. No fui capaz de decirlo en alto, pero en mi cabeza no paraba de repetirme que mi hermano había muerto por mi culpa. Me tembló el cuerpo por el llanto. Jake estiró el brazo y me abrazó pegándome contra él. Esta vez no me sobresalte dejando que me consolara.
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Sector 0: El despertar (libro 1)
Sci-fiLa vida de Lena se hunde cuando es arrestada y condenada a veinte años de cárcel tras un robo. Sin poder ayudar a las personas más importantes de su vida, su familia, se resigna a cumplir su condena. Pero el destino tiene otros planes para ella y su...