A la mañana siguiente, a mitad de mi entrenamiento con Jake, Josh apareció con el resto del equipo para dar la noticia de mi ingreso. Mientras Josh hablaba no pude evitar analizar las caras de los que serían mis futuros compañeros. Jake sonreía contentó. Eliot, Maggie y Tania —los cuales no había vuelto a ver desde la fiesta— no parecieron tan contentos. Eliot y Maggie aceptaron mi ingreso como lo que era, una orden que habían recibido, así que afirmaron sin más. Tania en cambio me lanzó una mirada rápida de desprecio antes de dibujar una bonita sonrisa en su rostro y pedirle amablemente a Josh si podía hablar con ella en privado. Una vez se alejaron no pude escuchar la conversación, pero el gesto de la muchacha mientras hablaba con Josh no me dejaba dudas de que no estaba a favor con la decisión que había tomado. Mis ojos dejaron de observarlos para pasar a Eliot y Maggie, que me miraron con recelo antes de ponerse hablar entre ellos a la par que se marchaban. "Estos son mis nuevos compañeros. ¡Genial!" pensé de forma irónica sin dejar de observar la espalda de los dos chicos mientras se alejaban.
—Son buenos chicos. —Escuché que me decía Jake a mi lado. No pude evitar la mueca que salió de mi rostro—. Seguro que os lleváis bien una vez que os conozcáis.
Miré a Jake que me observaba con una sonrisa cálida en el rostro. Le devolví la sonrisa agradeciendo los ánimos. Por lo menos le tenía a él. Mis ojos se desviaron hacía Josh y Tania que seguían discutiendo en voz baja a un lado. Podían ser buenos chicos, pero no les hacía ninguna gracia que yo fuera parte del equipo. Noté la mano de Jake en mi hombro que lo apretó con suavidad para llamar de nuevo mi atención.
—Deberías de irte a la ducha. Dentro de media hora Eliot vendrá a buscarte para enseñarte las instalaciones de abajo.
—Sí, es lo mejor. —Y sin mediar más palabras me puse de camino a la habitación de Sussie.
Cuando abrí la puerta de la habitación lo primero que hice fue mirar a la cama. Un par de ojos castaños se despegaron de la tablet para observarme con ilusión y esperanza. No hicieron falta palabras para la pregunta que se dibujaba en el rostro del muchacho.
—Sí, ya hemos terminado —contesté sin poder contener la sonrisa. Sin esperar ni un segundo, Tony saltó de la cama y salió como una bala hacía el gimnasio. Su objetivo: Jake. Su misión: convencerle para pasarse el resto de la mañana jugando con los videojuegos. Negué con la cabeza. El muchacho se aburría demasiado. Tenía que buscarle algo para entretenerse que no fueran sólo los videojuegos.
En cuanto el muchacho salió de la habitación di un repaso a la estancia. Esa era la única habitación cálida de la casa. Era el único espacio que parecía realmente habitado por alguien y ese alguien era Sussie. No había ni un sólo hueco de la habitación que no me recordase a ella: la colcha de vivos colores; el espejo de cuerpo lleno pañuelos y colgantes; el escritorio con una pantalla de ordenador que había decorado personalmente con brillantes en los bordes; hasta el intento de mural que había hecho en una de las paredes. Todo reflejaba su personalidad llena de energía. Después de dar el repaso visual me acerqué al tocador que se encontraba al lado de la cama. Era lo que más me gustaba de toda la habitación. Estaba lleno de productos de maquillaje y colonias. Pero también tenía un par de marcos digitales donde iban pasando una sucesión de fotos que ya había repasado una por una. Cogí uno de los marcos y volví a ver las imágenes. En todas salía sonriendo y siempre rodeada de gente. Dejé que las imágenes pasaran hasta que llegué a una. La paré de forma inconsciente. Era la foto que más me gustaba y... la que más me dolía. En ella aparecía Sussie abrazada a una chica rubia muy menuda, casi tanto como Sussie, aunque bastante mejor dotada físicamente que ella. Sussie se reía con la boca abierta mientras la otra chica sonreía de forma dulce a la cámara. Ambas vestían unos bonitos vestidos de fiesta. Un poco más alejadas de ellas estaban Jake y Josh. Al igual que las chicas iban arreglados, lo que me hizo suponer que estaban en alguna evento especial. Ninguno de los dos chicos miraba a la cámara. Jake hablaba a Josh mientras éste miraba a la chica rubia. La primera vez que vi la foto no le reconocí. Tenía el pelo más largo y su gesto era relajado. Parecía otra persona y se le veía más joven, pero sobre todo parecía enamorado. Sentí una punzada de dolor en el pecho que no supe reconocer. Me pasaba siempre que veía la foto, pero aun así la foto me gustaba, quizá porque todos parecían muy felices.
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Sector 0: El despertar (libro 1)
Science FictionLa vida de Lena se hunde cuando es arrestada y condenada a veinte años de cárcel tras un robo. Sin poder ayudar a las personas más importantes de su vida, su familia, se resigna a cumplir su condena. Pero el destino tiene otros planes para ella y su...