Valentina despertó y se sorprendió al sentir un nudo en el estómago. Estaba nerviosa. Sería su primer día en el Instituto de Artes Dreams. Sonrió con nerviosismo, sintiendo cómo iba subiendo una ola de entusiasmo desde su garganta hasta su cuello, dándole ganas de gritar. Se levantó tranquila, y se dirigió al baño para tomarse una ducha fría. Luego de estar de vacaciones, necesitaba despertarse de buena forma y nada mejor que con agua helada.
1O minutos después se encontraba en la cocina tomando su desayuno. Vestía una camisa simple a cuadros amarillos con negro, unos jeans negros que se ajustaban a sus piernas, con unos botines con un poco de tacón de color negro. Hacía mucho frío en esa época en Washington. Tomó su jugo de naranja en segundos y luego se dirigió a la puerta. Tomó su abrigo, su bolso y salió.
Unos minutos después había llegado al instituto en el taxi. Pagó al chofer y se bajó del vehículo. Carolina estaba ahí, sonriendo un poco tímida a la demás gente. La asustó por detrás y luego de que su amiga diera un salto, se saludaron y entraron nerviosas al instituto.
Ambas miraron sus horarios y se dieron cuenta que les tocaba en diferentes clases. Acordaron de juntarse durante los cortos minutos libres que les daban y luego se fueron a sus clases. Valentina entró en la puerta que indicada 'Salón de instrumentos con cuerdas'.La mirada de Valentina se dirigió automáticamente hacia un grupo de chicas que miraban mucho hacia el otro lado del salón, siguió la mirada de ellas y un segundo después se quedó paralizada. El famoso Michael que había pensado durante varios minutos durante la noche estaba ahí. Frío y reservado, como lo era, al parecer, siempre. Debía admitir que era muy guapo, un cabello un tanto oscuro, no era negro, pero si castaño oscuro, nariz respingada, mandíbula masculina y delgada, unos ojos cafés y fríos, también unas pestañas largas. Pudo notar un lunar debajo del ojo izquierdo. No podía admirar el otro lado de su cara ya que estaba de perfil y solo podía ver el lado izquierdo.
- ¡Buenos Días! – saludó una voz profunda y rasposa. Notoriamente de una persona un tanto mayor, de aproximadamente unos 46 años – Yo soy el Profesor James, para los que no saben. Seré rápido, así que por favor, procedamos a presentar a los alumnos nuevos del Instituto de Artes Dreams – el hombre tomó una lista del escritorio y se puso unos anteojos para poder leer – Bueno, quiero que a los que nombre vengan aquí en frente y se presenten. Steven Klaint, Samanta Hansen, Valentina Zenere. Ellos son los nuevos que tenemos presentes, obviamente hay muchos más, pero se encuentran en otras clases.
Los nombrados procedieron a dirigirse al frente. Valentina al estar enfrente no pudo evitar mirar hacia Michael, quien estaba sumido en una pauta de notas... pareciera como si él pensará que era el único en el mundo.
- Ronda... – advirtió el profesor James al notar el poco interés del alumno. Michael, fastidiado, miró hacia el frente y al mirarla a ella en su mirada se atravesó un brillo extraño, pero antes de que pestañará ese brillo ya había desaparecido y volvía a ser tan fría como siempre.
- Hola... eemmm – Valentina se puso aún más nerviosa ante las miradas de sus compañeros – Bueno, mi nombre es Valentina Zenere, tengo 19 años, amo el arte y espero poder llevarnos muy bien.
- ¿Por qué esperas llevarte bien con todos? – una voz resonó a un lado del salón. A Valentina se le erizó la piel al comprobar que no era el profesor James, era el mismísimo Michael Ronda, como le había llamado el Profesor por su apellido.
- Púes, porque no quiero que nadie me odie o no le agrade por alguna razón. – Valentina estaba consternada ante la pregunta de él.
- Pero no puedes caerle bien a todo el mundo – reflexionó él.
- ¡Esta bien, Ronda, basta! – lo regañó el profesor James también descolocado ante las preguntas de Michael – Ahora procederemos a hacer lo que vinimos a hacer, trabajar y aprender . – El hombre se sentó en su escritorio y tomó una guitarra que estaba a su lado – Saquen sus guitarras y acomódense para ensayar. Valentina tu no sabías que había que traer guitarra propia, así que... – miró a los alumnos – Michael, acompaña a la señorita a buscar una guitarra al salón de instrumentos.
Michael se levantó serio e inexpresivo, miró hacia Valentina y le dijo con la mirada que lo acompañara. Salieron al pasillo y Michael iba demasiado rápido para impresión de Valentina. Era arrogante, o eso demostraba.
- ¿Puedes caminar un poco más lento? no soy Súper Sonic – intentó bromear Valentina acelerando el paso, pero sin provocar efecto en Michael.
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Como les cae Michael? En la novela original muy bien no me caía el protagonista, pero después de unos capítulos me terminé enamorando del personaje.
~Mely~
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¿Quién entiende a los hombres?
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