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Caí en cuenta de que estaba mirando a la nada, pensando en recuerdos y sueños tontos que lo que hacían verdaderamente era complicar mi terrible y real vida.

Miré mi teléfono, tenía tres llamadas perdidas de mi madre, lo cual hizo que me pasara un escalofrío por la espalda.

La llamé de vuelta y no se tardó nada en contestar.

—¡Mila! ¡¿Dónde estás?!

—Mamá, mamá... —respondí intentando calmarla—. Perdón por no responder, me distraje en el regreso a casa. Tranquila... estoy en la librería, salgo en un par de minutos.

—Dios, niña, te pago ese teléfono para que lo respondas —me reprendió, pero con un tono más aliviado—. Tenía que decirte que esta noche voy a una reunión así que llegaré tarde —anunció—. Ya alimenté a Lois y te dejé algo de comer en el refrigerador, ¿está bien?

—Sí —afirmé—. Puedes salir ya si lo necesitas, tengo mis llaves. Te llamaré en cuanto llegue.

—Más te vale —pausó—. Te quiero.

Suspiré.

—Yo a ti —dije antes de colgar.

Seguí caminando, mientras también leía algunos mensajes que tenía sin responder.

De: Mikasa
Armin me dijo que te fue muy bien en tu primera reunión. No esperaba menos de ti (: Sabes dónde está Eren?

De: Armin
Mikasa seguramente te va a escribir. No te preocupes, no le dije nada al respecto. Llámame en cuanto tomes una decisión.

Realmente no tenía ánimos para responderles, lo haría en cuanto llegara a casa.

—¡Emilia! —escuché a alguien llamar a mis espaldas.

Me di media vuelta y el corazón comenzó a latirme de una manera que incluso sentí como se me bajaba la presión arterial, dejándome pálida; Eren y Levi venían tras mío desde la lejanía.

Puedo jurar que mis pies se movieron solos y comencé a correr. No quería ver a ninguno de los dos y mucho menos tener que lidiar con ambos al tiempo.

—¡Emilia, espera! —la áspera voz de Levi resonó.

—¡Mila, por favor, necesito que hablemos! —exclamó Eren.

Dios... ¿acaso mi camino a casa es tan predecible que lograron ubicarme tan puntualmente?

Escuchaba sus pasos más cerca. Ya me habían dicho que soy un fracaso en educación física... pero no pensé que me iba a afectar en la vida real.

Giré en una esquina y al segundo no dudé en meterme en un callejón y agacharme al lado de un bote de basura. Dios, aparentemente no tenía ni el más mínimo instinto de supervivencia en ese momento, esos dos me sacaban mi lado más imbécil, al parecer.

Sentí sus pasos y sus respiraciones aceleradas.

—Demonios... —murmuró Eren—. ¿La hemos perdido?

—Sí. Maldición, tenemos que encontrarla, está haciéndose de noche y no es muy seguro aquí —escuché afirmar a Levi con seriedad—. Esto no hubiera pasado de no ser por usted, Jaeger.

Este se rió con burla.

—Disculpa, pero a usted no pareció molestarle en lo absoluto. Eso hasta que ella entró por la puerta.

Mis mejillas se calentaron al recordar nuevamente la escena.

Levi soltó una risa ronca.

—Suficiente, ya me harté —soltó—. Voy a denunciar todo lo que ha hecho en este año. Eso debe ser suficiente para que lo expulsen de una vez por todas.

EXAMEN ✎ levi / eren y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora