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Me encontraba concentrada en la clase de inglés, lo cual de por sí era un milagro, ya que últimamente no le había prestado mucha atención a mi vida escolar. Sorpresivamente mi promedio sigue siendo decente.

Eren me miraba de reojo cada cinco minutos —sí, ya hice el cálculo—, esperando a que lo mirara de vuelta o le demostrara algún tipo de reacción, lo cual me negué rotundamente a hacer.

Debido a la Tercera Guerra Mundial que se ha formado en mi grupo de amigos —por culpa de los dos que se la pasan buscándome—, tomé la decisión de ir a la biblioteca en los recesos para no tener que hablar con absolutamente nadie. Llevaba esta actitud por un par de días y la verdad me había funcionado un poco para recobrar viejas costumbres y reconectar con gente diferente.

Terminé de tomar mis notas y la lección de la maestra se vio interrumpida por el timbre que anunciaba la hora de salida.

Me puse de pie, tomando mi reproductor de música y colocando los libros y cuadernos correspondientes en mi mochila antes de empezar a hacer mi camino hacia la puerta.

—¡M-Mila! —escuché la voz de Eren llamarme.

Me di media vuelta sin expresión alguna.

—¿Sí?

Él puso las manos en sus bolsillos con las mejillas totalmente rojas, mirando al suelo siendo que la valentía que lo había potenciado hace un momento se había acabado.

—¿Q-Qué harás después de clases?

—Iré a terminar trabajos en la biblioteca, supongo —le dije levantando los hombros.

—¿P-Puedo acompañarte?

—Lo siento, pero realmente me gustaría estar sola —respondí con sequedad.

—E-Entiendo... —tomó su suéter antes de salir delante mío—. Nos vemos en la siguiente hora entonces.

Asentí antes de verlo salir disparado por el pasillo, encontrándose con Mikasa quien iba saliendo de su aula también; ella me dirigió la mirada por un momento, pero el castaño la tomó del hombro, obligándola a seguirle el paso fuera del edificio.

Suspiré y salí del aula mientras me colocaba los auriculares y ponía "aleatorio" en mi lista de música, revelando así mi canción favorita por el momento. Caminaba por el largo pasillo, hasta que unas risas que pude escuchar por encima de la música llamaban mi atención.

Miré arriba y quedé absolutamente fría ante la escena que se presentaba en frente mío: mi madre estaba riendo con el Maestro Ackerman, ambos se notaban muy contentos... pero lo peor de todo...

Mamá tenía sus mejillas absolutamente rojas y sus ojos brillaban de una manera descomunal.

Traté de fingir no haber visto semejante cosa, hasta que escuché su voz.

—¡Mila! —llamó Mamá.

Me mordí el labio y di la vuelta, caminando hacia ellos mientras me quitaba los auriculares.

—M-Mamá... conque... tu reunión era hoy...

—Señorita Rangel —soltó Levi—. Buenas tardes.

¿Q-Qué demonios?

Mamá se rió coquetamente, lo cual hizo que tuviera una sensación amarga en el fondo de mi garganta.

—El Maestro Ackerman aquí me estaba diciendo que eres una gran influencia para todos, además que eres una señorita inigualable.

—Bueno, ahora lo entiendo proviniendo de una madre tan responsable —comentó con una media sonrisa.

No pude disimular una cara de asco, debido a la vibración constante en una de las comisuras de mis labios.

EXAMEN ✎ levi / eren y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora