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Finalmente, me vi obligada a regresar a mi aula.

—Hasta que vuelves —dijo Eren mientras me sentaba—. ¿Qué te dijo la presidenta?

No tenía ganas de hablar, pero las disimulé con un suspiro.

—Nada. Que nos veríamos en la reunión de esta tarde, quería confirmar si iría o no.

Me sorprendí al sentir su mano fría en mi frente.

—E-Eren —murmuré—, ¿qué haces?

—Es que estás muy roja —tocó ahora su frente, comparando ambas temperaturas—. Pensé que tenías fiebre.

Sonreí al ver lo torpemente considerado que a veces podía llegar a ser.

Eren me defendía de todo casi todo el tiempo. Es un chico que protege sus creencias con todo lo que tiene y una de estas es que "el mundo constantemente intenta quebrar a Emilia Rangel", cosa que en momentos era desmesurado y lo volvía muy intenso, pero no le quitaba lo tierno. Honestamente, es algo que a pesar de que constantemente lo mete en problemas, admiro mucho. Siento que ser un poco así podría sacarme de varios problemas.

Las personas que nos conocen solían preguntarme "¿Por qué Eren y tú no son pareja aún?" constantemente, al punto que me irritaba demasiado. Sin embargo, admito que hubo un momento determinado donde me encontré a mí misma deseando que él me viera de otra manera, pero ese anhelo se vio extinguido por una época que tuvo mi amigo donde estaba casi obsesionado con Mikasa; eso cuando teníamos quince años y bueno, sabía perfectamente que no podía competir contra ella. En estos tres años, me di cuenta que Eren la consideraba una hermana, pero aun así yo ya había tenido éxito dejando esa confusión de lado, especialmente gracias a que el oji-esmeralda nunca me había mostrado un interés adicional al de una amiga...

Hasta este determinado momento.

En estos momentos precisos fue donde me di cuenta que me daba miedo tener una relación amorosa con Eren. Sabía perfectamente que eso era como si le pusiéramos una fecha de vencimiento a nuestra amistad. Si llegáramos a terminar, el ciclo del amor no iba a permitir que volvamos a ser amigos... o al menos no de inmediato. Eso significaría que nos volveríamos extraños y eso no podría tolerarlo... no cuando en estos momentos lo considero de las únicas cosas constantes que tengo en mi vida.

También cabe mencionar que Levi es un problema ahora dentro de este proceso de seguir la norma y permitirme sentir algo más por Eren, como en esos momentos cuando éramos más pequeños y el futuro no era una condición importante.

—Oye, ¿por qué no vamos a cenar algo esta noche? —preguntó de repente, sacándome de mis pensamientos—, yo invito.

—Malteada... ahora una cena —dije—. ¿Me estás invitando a salir?

Levantó los hombros.

—Sí. Te estoy invitando a una cita.

Abrí los ojos y sentí que la cara me ardía. Ese comentario era algo que no me esperaba, y mucho menos después de pensar en Eren como un pequeño cachorrito indefenso.

—P-Pues... después de la reunión suena bien... —respondí.

Comenzó a jugar con mis dedos.

—Tengo entrenamiento después de clases, entonces te espero a que salgas.

—¿Entrenamiento? —pregunté algo confundida—. Hoy es jueves, ¿no tienes entrenamiento lunes, miércoles y viernes?

El timbre de salida sonó.

Me dio un beso en la frente, dejándome pasmada por un momento. Eren no era así de lanzado... o bueno, no conmigo.

—Ya sabes, Hannes es un viejo loco. No te mates la cabecita pensando en bobadas —tomó su mochila—. Ahora corre, llegarás tarde a tu primera reunión como representante.

EXAMEN ✎ levi / eren y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora