EXAMEN ✎ levi / eren y tú

❽

—¿Maestro Ackerman? —repetí al ver que él aún no me miraba.

Al segundo llamado, él me miró, pero no dijo nada, dejándome absolutamente fría.

—¿Levi? —escuché una voz femenina—. ¿Qué pasa? Te fuiste de forma tan repentina...

¿"Levi"?

Me quedé helada al reconocer a nadie más y nadie menos que a Petra Ral.

—Disculpa, este chico estaba poniendo a la señorita en una posición bastante incómoda —dijo con sequedad, señalando a Jean, quien ya no reaccionaba.

Ella me miró.

—Ay no, ¿estás bien, linda? —me preguntó con tono preocupado.

—S-Sí —murmuré.

—¿Cómo te llamas? —dijo en lo que me acomodaba el cabello.

—Emilia Rangel... —me limité a responder.

—Me llevo a Kirstein —anunció el Maestro Ackerman tomándolo por debajo de los brazos.

Petra lo frenó.

—No, deja que yo me encargue. Es mi fiesta después de todo —dijo poniendo el brazo de Jean alrededor de sus hombros—. Quédate con Emilia un par de minutos, mientras se tranquiliza un poco. Eres muy bueno en eso.

—Petra... —soltó él.

—Estaré bien, puedo pedirle a alguno de mis amigos que me ayude a ubicarle un taxi —respondió ella con ojos serenos—. Además, es mejor que no te vean más de tus alumnos.

Nos quedamos mirándola mientras caminaba con el pesado Jean hacia la puerta principal, donde la auxiliaron varios chicos mayores, buscando ayudarla.

Frenó antes de mirar atrás nuevamente.

—Ah y, Levi —dijo al pausar por un momento—. Piensa muy bien lo que te acabo de decir —advirtió antes de seguir con su tarea principal en compañía de los otros jóvenes.

No sabía por qué, pero esa última frase me había provocado un escalofrío por la espalda. No me veía capaz de moverme mucho, pero la curiosidad y la cantidad de preguntas en mi cabeza me daban cierto impulso.

—¿Te encuentras bien? —preguntó él mirándome a los ojos.

—Ah... eh... s-sí... —me limité a decir, ya que no podía enunciar demasiado debido a todo el impacto que me generaba la situación.

¿Me está tratando de tú?

Él se retiró a la sala momentáneamente para luego guiarme hacia unas escaleras donde me pidió que me sentara para ofrecerme un vaso que contenía un líquido transparente (por el cual se había retirado anteriormente). Miré este con incredulidad al pensar que era vodka u otro tipo de alcohol incoloro.

—No te preocupes, es agua —dijo—. Yo no bebo.

Lo agarré de su mano y tomé un sorbo lentamente, confirmando en efectivamente era agua. Ya después de respirar un poco, logré calmarme y recuperé el aliento.

—Maestro Ackerman... —al fin logré soltar.

Él me miró aún con seriedad, pero con menos frialdad, si algo, era una mirada comprensiva.

—¿Sí?

—¿Puedo preguntar qué está haciendo aquí? —pregunté—. Pensé que sólo vendrían universitarios y alumnos de nuestro instituto.

Se pasó la mano por su cabello negro antes de soltar un suspiro y sentarse un escalón debajo de donde estaba yo ubicada.

—No debería decírtelo. Pero siendo que ya estamos aquí, en circunstancias de todo menos normales... está bien —pausó—. Conozco a Petra hace tiempo, nuestros padres hacían negocios juntos. Además, a pesar de ser profesor de instituto, sigo haciendo mi maestría en la universidad. Así que técnicamente, soy universitario... eso no quita que mi presencia aquí sea menos inapropiada, claro está.