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Iba ya de regreso a mi casa, recordando la conversación que había tenido con Armin. Este, además de jurar solemnemente mantener el secreto de todo mi lío con el Maestro Ackerman, tampoco me juzgó por ello y por las decisiones que tomé posteriormente, cosa que agradecí mucho.

Debo admitir que nunca creí que la primera persona a la que le contaría toda esta telenovela sería Armin, después de todo pensé que iba a ser "poco útil" en situaciones como estas, dada su claro desconocimiento en el área, pero no es secreto de que se trataba del más maduro de mis amigos.

No quiero decir que no confiara en Mikasa, es sólo que, si ella se llegaba a enterar, era altamente probable que tomara el lado de Eren y, por ende, intentara hacer lo posible para atacar a Levi, ya fuera logrando que lo despidan o incluso algo peor. Si casi lo logra con Annie Leonheart por darle una paliza a Eren, no veo porqué con él no lo haría.

Volviendo a Armin, estaba impresionada por lo había tomado demasiado bien para ser un tema tan delicado. Me aconsejó que pensara de manera muy seria la decisión que iba a tomar, puesto que ya había llegado al punto donde era mi obligación hacerlo.

Eres mi amiga, Mila, pero si no hubieras dejado que pasara tanto tiempo, pienso yo que no tendrías que tomar la decisión entre ellos dos, es más, hasta pudiste haberlos rechazado.

Cuando me di cuenta, había parado de caminar. Levanté la mirada y vi un parque. Después de analizarlo un momento, un recuerdo llegó a mi mente inesperadamente.

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—¡Jajaja! ¡Mírenla! ¡Ya se va a poner a llorar otra vez!

Tendría aproximadamente unos cinco o seis años, y no era muy buena haciendo amigos.

Sé que dije que conocía a Eren desde los dos años, pero era sólo eso. Lo conocía. Él tenía sus amigos propios, y no establecimos una amistad hasta ese día.

Mi madre me había enviado a jugar en el parque un rato, a ver si conocía gente nueva y hacía un par de amigos antes de entrar a la escuela. Para mi mala fortuna, sólo conocí a tres chicos que comenzaron a molestarme.

—P-Por favor... déjenme en paz —suplicaba con lágrimas en los ojos.

Uno de ellos tomó mi cabello y lo haló.

—¿Dejarte en paz? ¡Pero si solo queremos jugar contigo! Deberías ser más agradecida ya que nadie más quiere hacerlo, niña fea.

Ya en ese momento me había rendido. Ya mi orgullo y mi corazón estaban vueltos trizas. Yo sabía que no era perfecta, y no me importaba... pero después de eso... vaya que sí me importó.

De repente sonó un golpe en la cabeza del chico, y este me soltó adolorido.

—¡¿Qué demonios, Jaeger?! —gritó.

Él ignoró su comentario y le lanzó un puñetazo en la cara, pero el otro no se rindió.

—¡Se nota que son unos desgraciados por molestar a una niña! —gritó Eren.

En ese momento, lo había reconocido como el hijo de un gran amigo de mi padre. Lográbamos vernos en algunas reuniones, o por algo planeado por nuestras madres, pero no hablábamos mucho.

¿Por qué me está defendiendo?

Seguían lanzándose golpes y puñetazos, sin muchas ganas de ceder.

Finalmente, uno de los amigos del chico llegó corriendo, casi llorando.

—¡Oye, ya ríndete! ¡Vámonos!

EXAMEN ✎ levi / eren y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora